Producción de quesos panameños en peligro por el TPC con Estados Unidos
Economía panameña
Ciudad de Panamá/David y Goliat o el queso y el ratón. Con 35 queserías en todo el país, la industria quesera local compra anualmente 40 millones de litros de leche a los productores de leche grado C, actividad que según esta agroindustria se verá impactada por la desgravación arancelaria producto del Tratado de Promoción Comercial (TPC) entre Panamá y Estados Unidos.
Las queserías locales fabrican queso molido, conocido como queso del país, además del prensado y mozarella, que según lo pactado por Panamá en el TPC están incluidos en el renglón “otros quesos”, que comienzan su periodo de desgravación arancelaria en el 2028.
Ya en el 2014 la producción de queso mozarella local fue estremecida por una importación desmedida, mientras que en 2018 se trajeron al país 1,105 toneladas, equivalente a 8.8 millones de litros de leche grado C.
Poner a tambalear la industria quesera es poner a tambalear a los productores de leche, asegura Nilo Murillo, presidente de la Asociación de Productores de Quesos y Lácteos de Panamá (Aproquelpa).
Desde enero a junio de 2017 a igual periodo de 2021 la producción y recepción de leche grado C a nivel industrial ha tenido un retroceso de 62%, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Ganaderos tabulados de información suministrada por las empresas Estrella Azul, Bonlac, Nevada, Prolacsa, Nestlé y Lavery Panamá.
Adriano Solís, presidente la Asociación de Productores de Leche de Provincias Centrales (Aplepc), sostiene que la desgravación arancelaria pactada en el TPC “afecta a todos, además de ser desleal, pues la mayoría de los agricultores y productores de Estados Unidos reciben subsidios”, lo que les permite competir a un bajo costo.
Para evitar una afectación mayor a esta actividad pecuaria, el presidente de la Aplepc manifestó que Panamá tiene mecanismos, como las normas fitosanitarias, que puede aplicar para ayudar a limitar la importación masiva de productos lácteos.
Panamá, agregó, no tiene aftosa ni brucelosis bovina, enfermedades que sí existen en otros países, por lo que deberá aplicar las normas con rigurosidad.
La mayoría de las queserías agrupadas en la Aplepc le venden su producción de leche grado C a las queserías locales, aunque una cantidad significativa comercializa leche grado A con las grandes empresas.
Nilo Murillo, de la Aproquelpa, hizo hincapié en que desde que se firmó el TPC Panamá no lleva mayores ventajas, sobre todo en cuanto a la producción y fabricación de quesos, pese a que la idea inicial era la de acrecentar tanto las importaciones en toda la actividad comercial.
“Somos una población pequeña, con un consumo pequeño, en donde los Estados Unidos es sumamente superior en la producción, pero aunque la nuestra no es tan alta sí es sostenible para darle la oportunidad económica a jornaleros, productores y a la industria quesera”, señaló Murillo.
Lo que se avecina, presagió, es la crónica de una muerte anunciada, pues “Panamá no soporta este tratado en la manera en que está estipulado”.
Manifestó que algunas empresas que comercialmente se dedican a la distribución se han servido de este tratado, bajo el pretexto de traer productos más baratos y no es así, pues muchas veces son productos análogos, no tienen los niveles de 100% leche, son procesados con grasa vegetal, y otros que son fabricados con leche tampoco tienen las medidas de los productos panameños.
Pese a las afectaciones que sufre y sufrirá la producción nacional, el encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos en Panamá, Stewart Tuttle, dijo recientemente que su país no contempla renegociar el TPC. “… nosotros no pensamos renegociar el tratado…”, aclaró el diplomático, alegando que Panamá ya tiene 10 años aprovechando este tratado, periodo en el cual casi todos los productos panameños han entrado a Estados Unidos sin aranceles ni impuestos.
En 2005 las incipientes negociaciones del TPC contribuyeron a la renuncia del entonces ministro de Desarrollo Agropecuario, Laurentino Cortizo Cohen, hoy presidente de la República, una renuncia que según productores consultados en nada ayudó al sector.
Hasta el momento, los países que han firmado tratados comerciales con Estados Unidos no han salido bien librados. Guatemala, por ejemplo, que está dentro del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos de América -CAFTA DR, exportó a Estados Unidos productos por un valor de $3,625.8 millones en 2019, pero ese mismo año importó de esa nación productos por un valor de $7,361.3 millones.
Desde la entrada en vigencia del TPC con Panamá, en 2012, Estados Unidos ha registrado respecto a la nación canalera un superávit de más de $2,800 millones en la balanza comercial general y de más de $400 millones en la balanza comercial agrícola.
En tanto, Panamá ha exportado a esa nación productos diversos con un valor aproximado de 90 millones de dólares.