Producción panameña de arroz en peligro por los bloqueos de carreteras
Economía en Panamá
Ciudad de Panamá/Tuna sin arroz. Los 600 mil quintales de arroz en cáscara que deben entrar al país a más tardar este 1 de agosto para garantizar el consumo del grano mientras entra el grueso de la cosecha nacional “están retrasados”, lo que pone en una “situación delicada” el abastecimiento del cereal preferido por los panameños.
El arroz en cáscara a importar desde Estados Unidos “demorará”, confirmó el presidente de la Asociación Nacional de Molineros (Analmo), Alberto Martinelli, quien agregó que esta situación agrava la existencia del grano, pues por si fuera poco las primeras cosechas se están quedando en el campo y en los camiones que van hacia los molinos, debido a la falta de abonos y a los bloqueos de las carreteras.
A esto se le suma que la siembra de 50 mil hectáreas que faltan para completar la producción nacional no se ha podido realizar, toda vez que escasean los insumos y el diésel en las áreas productivas.
La importancia del grano en el país es notoria: cada panameño consume unos 70 kilogramos (154.32 libras) de arroz al año, lejos de Perú, que según la literatura consultada registra el consumo per cápita anual más alto del continente americano, con 54 kilogramos.
Los 600 mil quintales de arroz en cáscara a importar representan un “colchón” hasta que en septiembre entre el grueso de la ahora tambaleante producción nacional, según había anunciado un otrora optimista ministro de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama, quien había catalogado como una “confusión” los problemas que desde inicios del año presentaba el grano.
En su momento, las autoridades anunciaron que durante el ciclo agrícola 2022-2023 se proyectaba una siembra del grano en más de 90 mil hectáreas, de las que 79 mil 600 hectáreas serían en secano y 10 mil 400 en hectáreas de bajo riesgo, lo que para Gabriel Araúz, presidente de la Nueva Asociación de Productores de Arroz provincia de Chiriquí, estaba lejos de la realidad.
Para Araúz, lo que sucedió es que la proyección gubernamental se basó en información que no se había recogido de manera eficiente, pues la realidad indica que quizás se estará sembrando un máximo de unas 80 mil hectáreas.
Para Araúz, lo que sucedió es que la proyección gubernamental se basó en información que no se había recogido de manera eficiente, pues la realidad indica que quizás se estará sembrando un máximo de unas 80 mil hectáreas.
Respecto al hectareaje que hace falta por sembrar, explicó que actualmente en la provincia de Chiriquí “no hay diésel” para las labores agropecuarias, pues las estaciones de combustibles están despachando solo para los automóviles, y las pocas veces que les venden a los productores lo hacen sin el subsidio de 3.25 dólares el galón, aprobado recientemente.
Al referirse al futuro de la producción de arroz en el país, Araúz puntualizó que “está bien difícil”, ya que el endeudamiento de los productores se agrava, y como si fuera poco se enfrentan a la liberación de aranceles, “que dará la estocada” final.
Desde este 2022 el arancel de importación del arroz baja del 90% al 79%, y debe quedar en cero en el 2030, según lo pactado en el Tratado de Libre Comercio ratificado por Panamá en diciembre de 2007, promulgado por Estados Unidos en octubre de 2011 y que el año pasado cumplió sus 10 años de periodo de gracia.
Según el presidente de la Analmo, desde abril habían solicitado la importación de incluso más quintales de arroz, pero las autoridades les dieron largas y “nos la achicaron a 600 mil quintales”.
Meses atrás, en una misiva los molineros habían advertido al ministro Valderrama que esa cantidad era “menor a un mes de consumo”, e “insuficiente para cubrir las necesidades del mercado y empalmar con la cosecha nacional”, que debía entrar a principios de agosto.
La situación actual, agregó Martinelli, hace predecir que tendremos un déficit de 4 millones de quintales, en momentos en que a nivel internacional el grano se cotiza a precios exorbitantes, además de que las naciones productoras, entre ellas Estados Unidos y Brasil han destinado el 20% de las hectáreas que utilizaban para la siembra del cereal a la producción de trigo.
“Es muy difícil adquirir arroz afuera, y países como Guyana, a donde pretendimos comprar, ya lo tiene comprometido con Europa y con las naciones pertenecientes a la Commonwealth”, indicó.
Ante la crisis mundial agravada por la guerra entre Rusia y Ucrania las demás naciones han decidido “llenar sus alacenas”, protegiendo su producción y reduciendo las ventas al exterior, señaló una fuente del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, que pidió al anonimato.
Manifestó que localmente el arroz que se está cosechando es el sembrado en abril y mayo, “y eso todavía está atrasado y aparentemente hay muchos productores que no tienen recursos para seguir en la faena”.
La proyección del inventario indica que hasta septiembre no debiera afectarse el consumo, pero sí lo que viene después, porque ya la cantidad de hectáreas peligraba por la falta de insumos, aseguró otra fuente del citado ministerio.
Confirmó que ahora, con toda esta situación que se vive en el país se confirmará que la cantidad de hectáreas no llegará a lo proyectado, toda vez que la siembra está siendo afectada.
El 50% de las hectáreas que hacen falta, y que ya están afectadas por la situación que vive el país, deben estar sembrándose en los próximos 20 o 25 días, detalló por su parte Omar Spiegel, presidente del Comité de Productores de Arroz en Veraguas.
“Ya deben estar sembradas”, clamó por su parte el presidente de la Analmo, Alberto Martinelli, quien aseguró que los pequeños productores se verán seriamente afectados, pues no contarán con un seguro que los proteja, por lo que no descarta que muchos se retiren de esta actividad agrícola.
“En la provincia de Chiriquí el que va cosechando lo está vendiendo allí mismo, ya que le es imposible trasladarlo, lo que puede incidir en un desabastecimiento a nivel nacional”, señaló un arrocero de las tierras bajas chiricanas.
“La tuna se puede quedar sin arroz”, afirmó.