La primera ronda: Chapman y la Comisión de Presupuesto

Chapman defendió su propuesta de reformar los viáticos y los límites de reasignaciones como un método para agilizar las operaciones del gobierno y ahorrar dinero.

Felipe Chapman, ministro de Economía y Finanzas, en la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional. / TVN Noticias

Ciudad de Panamá, Panamá/Esta nota recuenta lo ocurrido durante la primera participación del ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, ante la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional en su intento de dar al Órgano Ejecutivo mayor flexibilidad presupuestaria, además de restaurar a tal órgano el poder de disponer de sus viáticos sin autorización previa.

Campana

La sesión comenzó con la lectura por la comisión del proyecto de ley presentado por el Ministerio de Economía y Finanzas que proponía, primero, una escala de viáticos con la obligación de rendir cuentas y que excluía a los miembros de los poderes judicial y legislativo.

Además, buscaba establecer un límite de cinco millones de dólares sobre el cual las reasignaciones presupuestarias —o traslados de partida— necesitarían la aprobación de la Comisión de Presupuesto.

Antes del 2017, este límite era de $300 mil, se redujo posteriormente a $200 mil y el año pasado cayó a casi cero, lo que llevó a que todas las reasignaciones pasaran por tal comisión, medida vista como un intento de la Asamblea de controlar al Ejecutivo.

Por su lado, el ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, inició su intervención agradeciendo a la Asamblea Nacional por el trato recibido, buscando establecer un tono de cooperación. Sin embargo, la Comisión de Presupuesto optó por seguir otra ruta.

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Argumentos

Chapman defendió su propuesta de reformar los viáticos y los límites de reasignaciones como un método para agilizar las operaciones del gobierno y ahorrar dinero, permitiendo a las nuevas administraciones ajustar sus gastos y responder mejor al cambiante panorama económico.

El ministro también repasó la historia de las reasignaciones presupuestarias, señalando que el Ejecutivo tenía plena autonomía en la gestión del presupuesto hacia el año 2000. Según Chapman, cerca de 2001 se impuso el primer límite, sin una explicación clara. Estos límites, en los cientos de miles, por la pérdida de valor del dólar en el tiempo, quedaron desactualizados, restringiendo la capacidad operativa del Estado.

Para Chapman, la palabra clave es rigurosidad: que las decisiones se tomen con lógica y razón. Sin embargo, la lógica y la razón no han sido las fortalezas de la Asamblea Nacional, y menos aún las matemáticas.

El discurso de Chapman fue claro y técnico. Su equipo calculó el mínimo, el promedio y el máximo histórico de los traslados de partida.

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Según Chapman, la mediana anual de las reasignaciones fue de $1.5 millones en el año más alto y de $1 millón en el más bajo.

Con estos cálculos, y considerando que el producto interno bruto del país se dirige a los $90,000 millones, Chapman argumentó que era necesario aumentar el límite para mantener la proporción.

Preguntas

Al cerrar su intervención, el tono de la reunión cambió de lo lógico a lo combativo.

El primero en cuestionar a Chapman fue el diputado darienita Isaac Mosquera, quien preguntó, en esencia: si el Estado presupuesta $30,000 millones anuales, ¿por qué Darién no ha avanzado?

Chapman estuvo de acuerdo con Mosquera, reconociendo que la situación de Darién es prioritaria y prometió al diputado viajar a la provincia oriental a visitarlo.

Mosquera cerró su intervención pidiendo la ayuda de Chapman para rehabilitar una escuela en Barriales, cerca del río Congo, al noroeste de Darién.

Luego, Jorge González, diputado del área metropolitana norte, cuestionó el uso del concepto de emergencias para gastar dinero rápidamente sin garantizar el cumplimiento de los proyectos. González pidió eliminar la dispensa para emergencias. Chapman indicó que tal decisión, al final, era de la Comisión, cediendo en el punto.

El ministro también fue cuestionado por el diputado Ariel Vallarino, también del área metropolitana norte, sobre los controles internos que el ministerio implementaría para asegurar la eficiencia del gasto si se aumentara el límite para los traslados de partida.

Respondió la viceministra Eida Sáiz, quien dijo que se optimizaría el uso de la tecnología existente para prevenir reasignaciones irregulares y explicó que la propuesta presentada se desarrolló a través del análisis de datos de estos sistemas.

Posteriormente, se convocó a un receso.

Vuelta

Al regresar, la comisión presentó su propia posición, desconociendo sin consideración los argumentos de Chapman.

Los diputados de la coalición Vamos presentaron una modificación a la propuesta de Chapman, reduciendo la escala de viáticos para los funcionarios de mayor rango al nivel de los de menor rango, restándoles $100 diarios.

Además, se restableció el límite anterior de $200 mil para los traslados de partida, rechazando la propuesta de Chapman, aunque dándole la razón implícitamente de que no hay una verdadera justificación a tal límite, sino que sería una arbitrariedad.

Finalmente, se estableció que la Asamblea tendría 30 días para revisar las reasignaciones, en lugar de 15.

Chapman intentó compartir su criterio sobre tales modificaciones, pero su intervención fue declarada fuera de lugar y la comisión aprobó los cambios por unanimidad.

Otorgada la oportunidad de despedirse, Chapman protestó por la falta de una posición clara y de argumentos por parte de la comisión y pidió que su protesta constara en el acta.

Observaciones

Primero, es lamentable que la discusión sobre fondos públicos, por millones y miles de millones, se desarrolle en un salón mal acondicionado y sucio, con paredes manchadas y diputados inclinándose hacia delante en sus sillas para dejar pasar a los asistentes a la comisión por el espacio apretado entre la mesa y la pared.

Choca la imagen de decidir y supervisar los asuntos financieros más importantes de la nación en un ambiente a todas luces desagradable y poco cuidado.

Pero lo más importante, la observación de sustancia, es que no hubo un verdadero contacto entre las partes.

El ministro llegó con la intención de dialogar y recibió, en vez, un dictado.

Y es probable que los diputados de la Comisión de Presupuesto se verían bien servidos y ganarían aún más legitimidad si al menos tomaran los argumentos del ministro.

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