Prevención, la materia pendiente de varios ministerios para combatir la delincuencia
Delincuencia en Panamá
"Las estrategias de intervención social a pandillas y a privados de libertad han sido los puntos débiles del gobierno".
En lo que va del año, 89 jóvenes entre 18 y 24 años han sido asesinados.
El problema de la violencia en las calles no solo se resume al trabajo que realizan los miembros de la Policía Nacional, también contempla una serie de acciones que deben comprometer a varias instituciones del Estado en un esfuerzo mancomunado para prevenir que niños y jóvenes vulnerables caigan en los tentáculos de la delincuencia.
Así lo dio a entender el investigador social Gilberto Toro, quien abogó para que el Estado invierta más en educación, cultura y deporte en los barrios, además de apoyar a los dirigentes sociales y culturales de estos sectores para que puedan continuar con las actividades que mantienen a los menores sanos fuera del alcance de las pandillas.
Para Toro, la prevención es un tema que debe estar liderado por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), acompañado con el Ministerio de Educación (Meduca), el Ministerio de Salud (Minsa), el Ministerio de Trabajo (Mitradel), el Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes) y el Ministerio de Cultura (MiCultura). Cuando se logre compactar a todas estas instituciones, entonces se pueden establecer estrategias para intervenir a los más vulnerables.
Niveles de prevención
Enumeró tres niveles de prevención que deben aplicarse en la sociedad:
La prevención primaria: Dirigida a atender a la población que está en riesgo, o sea, aquellos que son amenazados por factores que inciden en conductas delictivas dentro de su entorno.
La Prevención secundaria: Aquella que está dirigida a intervenir socialmente a las pandillas.
La Prevención terciaria: Apunta a la intervención en los centros penitenciarios para lograr un verdadero cambio de conducta entre los privados de libertad.
Para Toro, las dos últimas han sido los principales puntos débiles de intervención de tratamiento del actual gobierno.
“Esa estrategia se abandonó por completo, y supongo yo, que ante el fracaso que fue Barrio Seguro han querido tomar distancia totalmente de intervenir socialmente a las pandillas”, opinó Toro sobre la falta de la prevención secundaria.
Los jóvenes son unos de los más impactados por el tema de la violencia, ya sea porque se convierten en víctimas o victimarios. Según el último reporte de homicidios publicado por el Ministerio Público, hasta el 31 de octubre se habían registrado 463 homicidios, de estos 177 son entre jóvenes de 15 a 29 años, pero es prudente resaltar que entre 18 y 24 años se concentra un total de 89 asesinatos en lo que va del año.
Pero no solo eso, hasta el 31 de septiembre la Fiscalía Superior de Adolescentes receptó 2,553 denuncias de hechos delictivos supuestamente ejecutados por menores de edad, la mayoría de ellos por delitos contra la libertad e integridad sexual (822), contra la vida y la integridad personal (457) y contra el patrimonio económico (553).
Toro asegura que una de las principales cosas que hay que entender es ¿por qué están los jóvenes disponibles? Indicando que una de las razones es la desconexión que existe por parte del sistema educativo que no está ejerciendo influencia y esto empeora si el menor sale del sistema. Otra razón es que en los barrios y en las comunidades no se le ofrece nada atractivo a los jóvenes, señalando la falta de instalaciones deportivas de primer nivel.
“La oferta más activa que hay en un barrio es formar parte de las pandillas, solo hay que ver los barrios y hacer un diagnóstico rápido de qué hay”, expresó
El investigador social destacó que los gestores culturales, sociales y líderes espirituales no tienen herramientas, y trabajan sin recurso para poder ser efectivos ante el embate de la oferta delictiva y demasiado atractiva que se les ofrece a los jóvenes. Agregó que existe un tímido apoyo del gobierno, resaltando que hay que estructurar de forma urgente una estrategia para prevenir que más menores sigan ingresando a pandillas.
En su análisis, Toro dijo que, “está ausente la inversión en el paquete social, están ausentes los técnicos sociales, está ausente la oferta social, deportiva, recreativa y cultura; esto no es anunciar una feria de tres días, ni una liga de dos semanas, esto tiene que ser permanente, pero lo social está de último en la fila”.
Puntualizó que el crimen organizado en Panamá no está dirigido por pandillas, sino por personas superiores que llegan a ser hasta innombrables por el nivel de vida en el que se sitúan, sin embargo, es más fácil ver a las pandillas o al que ejecuta una orden que nunca se sabrá quién la dio.
La confianza que pueda desarrollar la Policía Comunitaria en la población, la inversión en prevención, la participación de los ministerios que impactan directamente a las personas y comunidades de forma permanente serán claves para cambiar el rumbo en materia de seguridad en el país, de lo contrario, se seguirán invirtiendo millones de dólares en represión y reacción sin tener resultados favorables.