El precio del cobre: ¿Cómo ha evolucionado a través de la historia? Parte III
Precio del cobre
Cada día, la administración de Laurentino Cortizo se acerca más a ratificar un acuerdo con Minera Panamá que ataría alrededor de un veinteavo —5%— de los ingresos corrientes del Tesoro Nacional al precio del cobre. ¿Cómo ha evolucionado éste en el pasado y qué se espera a futuro?
Ciudad de Panamá, Panamá/En una nota anterior, empezamos un zambullido en el tema del cobre, repasando desde los orígenes estelares del metal, su valor simbólico y utilitario, además de las reservas existentes. Recordamos que según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, quedan alrededor de 5,600 millones de toneladas —una tonelada es alrededor del peso de un rinoceronte adulto— de cobre disponibles para la extracción humana.
De las reservas comprobadas, Chile tiene 200 millones de toneladas, Australia tiene 90 millones y le siguen Perú, México y Estados Unidos. Un dato curioso que vimos es que la República Popular de China, el sexto país por reservas, es el segundo en producción anual de cobre procesado, con más de dos millones de toneladas anuales.
En comparación, la cantidad de producción anual de cobre proyectada por Minera Panamá es mucho más modesta, esperando la extracción de alrededor de 320 mil toneladas al año.
En la segunda nota de la serie, exploramos el precio del cobre entre 1800 y 1900, para entender un poco el pasado histórico de esta industria, repasando cómo el precio del cobre, que estaba en 1800 a alrededor del equivalente de hoy día de $20 mil por tonelada, debido a su uso en la cobertura de naves marinas con este metal para prolongar su vida útil, cayó hasta los $10 mil por tonelada, similar al precio que tiene hoy día.
Una amplia demanda por el cobre por su uso en la transmisión eléctrica, los telégrafos y teléfonos, además de la industria ferroviaria fue balanceada a largo plazo por mayores eficiencias en su producción y el descubrimiento de nuevos yacimientos, tira y jala que mantuvo el precio del cobre oscilando por gran parte del Siglo 19 entre el equivalente de hoy día de $13 mil y $15 mil por tonelada.
Hacia el cierre del Siglo XIX, con nuevos procesos para refinar el cobre, el precio fue cayendo considerablemente hasta llegar al equivalente de hoy día de mil dólares la tonelada. Tan estrepitosa fue la caída, que en 1887 un grupo de productores de cobre, liderados por el francés Pierre Secrétan, intentaron arrinconar el mercado, comprando la mayor parte del cobre disponible en Europa con el propósito de aumentar el precio de su inventario.
La jugada no funcionó. Con el fuerte aumento del precio, nuevas fuentes de cobre, antes sin rentabilidad suficiente, se abrieron, inundando el continente europeo, entre ellas, el cobre reciclado. Secrétan y sus socios vieron con desesperación como las nuevas ofertas del metal tumbaron el precio por debajo de los mil dólares, sufriendo fuertes pérdidas en su inventario. Después de tal colapso, el precio del cobre se mantuvo en el equivalente de $800 hasta el cierre del siglo.
Inicios del Siglo 20
En tal nota anterior cerramos con una pregunta: ¿Cómo pasamos de cerrar el Siglo 19 con el cobre a mil dólares la tonelada a un precio de alrededor de nueve mil dólares la tonelada hoy día? Veamos.
La jugada de Secrétan no sería fácilmente olvidada y muchos otros productores y especuladores empezaron a preguntarse cómo podrían empujar de forma artificial el precio de sus inventarios. El siguiente en intentarlo sería la Compañía Amalgamada de Cobre (CAC), de capital estadounidense, una filial de la imponente Standard Oil, monopolio de productos de petróleo de la multimillonaria familia Rockefeller.
Al cierre del Siglo 19, la CAC controlaba una mina de cobre en Montana, al noroeste de Estados Unidos, que fue uno de los nuevos yacimientos que permitió la reducción sustancial del precio del cobre. La CAC optó por cerrar su producción estadounidense, lo cual comenzó a empujar los precios nuevamente hacia arriba, regresando el mismo hasta alrededor del equivalente de hoy día de $10 mil, un salto impactante. A la par, la CAC compraba a productores competidores en Europa en su intento de arrinconar el mercado.
Al encontrarse con productores que rehusaban o no tenían interés en vender, la CAC, dirigida en su momento por el hermano de John Rockefeller, William, y la mano derecha de John, Henry Huttleston Rogers, intentaron cambiar el campo de juego. La CAC empezó a vender cobre barato, haciendo el precio caer de forma notable nuevamente, en un intento de sacar de negocio a sus competidores. El precio bajó en su momento hasta alrededor del equivalente de hoy día de $6 mil por tonelada, una pérdida de dos quintos del valor.
No obstante, igual que Secrétan, la CAC falló en su cometido. Los productores europeos de cobre mantuvieron su nervio y decidieron no vender.
La CAC había agotado su tiempo de maniobra y el precio comenzó a subir nuevamente, esta vez no por algún juego artificial, sino por una impactante ampliación de la demanda por el cobre impulsada por el crecimiento veloz de las redes eléctricas.
Las guerras mundiales
Para el inicio de la primera guerra mundial, el precio del cobre estaba entre en el equivalente de hoy día de $10 mil a $15 mil la tonelada, suficiente para generar una impetuosa oferta que abrió nuevas minas en naciones africanas como Rodesia del Sur —una historia cruenta de subyugación y violencia— a la par que desató avances científicos en la capacidad de refinar cobre reciclado y menas de menor calidad. La mena, según la Real Academia Española, es “el mineral del que se extrae un metal, tal y como se encuentra en el yacimiento”.
¿Qué disparó la demanda? Pues un rifle. El cobre se dirigía principalmente a la producción de balas, proyectiles y partes de máquina para consumo en el frente de batalla. La primera guerra mundial acabó con la vida de alrededor de 15 millones de personas, de las cuales casi 10 millones fueron soldados, también dando ruina a estados poderosos como Austria-Hungría y el Imperio Otomano.
Apenas terminó la guerra, con el Armisticio de 1918 firmado en los bosques de Compiègne, al norte de Francia, entre los Aliados y Alemania, la demanda cayó de forma súbita. No obstante, la oferta ya había tomado una importante velocidad, causando una sobre oferta que hizo los precios bajar de forma notable. A pesar de algunas alzas causadas por breves roturas de coordinación en el suministro del metal, los precios del cobre se mantendrían bajos, incluso durante la Gran Depresión.
Durante este periodo, el cobre se cotizaba al equivalente de hoy día de $4 mil, una caída importante de las alturas de $15 mil. Con la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos para incentivar su mercado doméstico, el mercado del cobre se debilitó aún más y los precios cayeron por debajo de los $4 mil.
Igual que durante la primera guerra mundial, la segunda también impactó de forma importante la demanda, elevando nuevamente los precios del cobre en su vaivén histórico. Pero, en esta ocasión, los gobiernos de las principales potencias buscaron aprender de las lecciones del conflicto anterior y establecieron un control de precios. Por todo este tiempo, el precio del cobre fue el equivalente a hoy día de $5 mil.
En resumidas cuentas, la respuesta a la pregunta sobre cómo subió el precio del cobre empieza respondiéndose por estas dos guerras. La segunda guerra mundial dejó un saldo de más de 80 millones de muertes y es ampliamente considerado como el momento cuando el centro del poder del mundo pasó de Europa a Estados Unidos.
La posguerra
Con la gravedad del poder centrada en Estados Unidos, es ahora este país el que comienza a marcar la pauta en cuanto al precio del cobre. La expansión notable de su clase media impulsa la demanda, que necesita del metal para la electrificación de barrios y su conexión mediante redes telefónicas. También, los avances en el mercado ferroviario continuaban.
De cara a su entrada a una guerra en la península coreana, que terminaría con su división entre Corea del Norte y Corea del Sur, Estados Unidos fijó un techo al precio del cobre de alrededor del equivalente de $6 mil el día de hoy. Esto partió el mercado internacional en dos, con el precio del cobre fuera de Estados Unidos manteniendo un importante ritmo de aumento.
En un momento, la diferencia fue tal, que el cobre fuera de Estados Unidos costaba poco más del equivalente de hoy día de $10 mil la tonelada, mientras que dentro de Estados Unidos, costaba $6 mil.
Coda
Para cerrar el recuento por ahora, terminamos con un momento álgido en la historia del cobre. Hacia el inicio de 1970, se descubrieron formas de hacer el aluminio de forma más efectiva para conducir electricidad, propiciando una batalla contra el cobre. De tal uso dependía la alta cotización.
Al final, por más que el aluminio era más efectivo siendo moldeado en la forma que estaba procesado para las construcciones, la durabilidad y fuerza del cobre mantuvo su predominancia en el mercado.
Esta victoria estableció el panorama para una última ronda de alzas, que nos regresarán en el último tercio del siglo pasado, hasta los $10 mil la tonelada de hoy día, la cual veremos en el próximo artículo de la serie.