¿Qué posibilidad hay de recuperar los cultivos de marañón en Panamá?
Producción en Panamá
Ciudad de Panamá, Panamá/¿Quién no recuerda el agradable aroma y el rico sabor de la chicha y las pepitas asadas del marañón? Una fruta de temporada que prácticamente ha desaparecido en Panamá.
Conocido científicamente como (Anacardium occidentale)”, el marañón ahora está casi extinto en el país a causa de un complejo fungoso -hongos- y por la influencia del cambio climático.
El fenómeno, que se viene estudiando, en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Panamá, principalmente afecta la etapa de floración del árbol marchitándolo en su totalidad.
Héctor Pérez, jefe del área técnica de la Dirección de Agricultura del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, contó a TVN-2.com, que actualmente el complejo de hongos afecta a más del 90% de los árboles de marañón a nivel nacional. Dicha bacteria se transmite a las hojas, al punto de que va causando la muerte lenta de los árboles, los cuales se secan de arriba hacia abajo.
Pérez indicó que, para recuperar el cultivo de la fruta de consumo nacional, y la cual desde hace unos seis años presenta una escasez progresiva en su producción, no solo en Panamá sino en países como Brasil, Colombia, Venezuela, Centroamérica y el Caribe, la facultad Agropecuaria de la UP desarrolla una serie de estudios.
En ese sentido la Universidad de Panamá recientemente reveló los primeros avances en cuanto a la investigación acerca de los principales agentes que causan el complejo de cuatro enfermedades.
- La Antracnosis: síntoma de enfermedad de las plantas afectadas por hongos de los géneros Gloeosporium, Collectotrichum y el Coniothyrium fuckelii.
- La Virosis: conjunto de enfermedades transmitidas por virus patógenos; la resinosis es la enfermedad más severa que mata a los árboles.
- La Pestalotiopsis: enfermedad fungosa considerada generalmente menor, ataca el follaje que ha sido dañado o debilitado por un clima desfavorable o condiciones de crecimiento, intentando encontrar métodos
Pérez agregó que, también existe una especie de proyecto a su consideración muy insipiente, el mismo consiste en traer semillas de Brasil para que puedan confrontar las adversidades con la que no ha podido la semilla local. “Eso está muy insipiente y todavía no hay nada en firme… solo es una especie de exploración”, dijo.
El marañón al igual que cualquier otro cultivo agrícola debe recibir un manejo agronómico eficiente, desde la selección de una buena semilla y la selección de un buen sitio para siembra. Esto también implica disponer de terrenos con buena capacidad agrícola para el cultivo de la especie, buena nutrición, buena densidad de siembra y buen manejo de la poda, de la altura de los árboles.
¿Hay otras frutas en escasez en el país?
Melvin Jaén, ingeniero Agrónomo Fitotecnista, del Centro de Recursos Genéticos de Río Hato, explicó que hay especies frutales que ya no se consumen como antes, por lo que no se observan en los mercados, pero no necesariamente significa que han desaparecido.
Según Jaén, esto se debe más que todo, a los cambios en los hábitos de consumo generacionales, es decir que "quizás un frutal que le gustaba consumir a alguno de sus antecesores, no necesariamente usted, tiene que seguir consumiéndolo por tradición familiar".
Lo interesante en la fruticultura es sobre todo eso, la evolución que se da, producto de los cambios en los hábitos de consumo. Y estos hábitos pueden ser modificados por diversos factores tales como:
- Facilidad de pelado de la fruta.
- Facilidad para consumirlo, si dejan fibras entre la dentadura, el olor que se impregna en las manos, algunos contienen látex que manchan los labios, etc.
Nuevos hábitos de consumo
A juicio de Jaén, el consumidor cada vez se vuelve más práctico y prefiere frutales que le faciliten su consumo, sobre todo si lo llevan como complemento de su lonchera.
Y esto se debe a que el consumidor cada día se vuelve mas exigente en esos hábitos de consumo, ahora quieren frutas de mejor calidad y exigen una mayor diversidad de donde poder extraer sus preferencias. Un ejemplo práctico es el mango, antes solo se tenían los mangos criollos, hoy día con las aperturas comerciales no solo se tienen los mangos criollos, también hay variedades introducidas, enriqueciendo la disponibilidad de ese producto en el mercado.
Lo cual constituye una gran ventaja para el comprador al poder tener una mayor cantidad de opciones, de las cuales poder elegir la que se adapte mejor a sus necesidades. "Así de pronto, diría los mangos criollos están desapareciendo, no, lo que sucede es que ahora hay mas opciones de mangos en el mercado. Y si el consumidor opta por las introducidas se observarán en el mercado mayor cantidad de esas frutas que las criollas, que siguen estando ahí", ahondó el experto.
En el caso de los mangos, el Idiap mantiene una colección con mangos introducidos y mangos criollos y están en la finca Río Hato Sur, al igual que la colección de marañón (criollos e introducidos) y otras anacardiáceas ( ciruelas y jobo) y otros materiales como las anonáceas (guanábana, anonita, toreta, anón).
Antes se tenían en los patios árboles de níspero y mamey, especies que no a todas las personas les gusta, por presentar una sustancia pegajosa que dificulta su consumo, y por lo tanto no necesariamente lo van a sembrar por mantener una tradición familiar. Y desde luego que las personas a las cuales les gustaba su consumo no les va a ser tan fácil conseguirlas como antes. Pero esto no significa que han desaparecido.
Igual podría pasar con algunas especies de la familia de las anonáceas (familia de la guanábana), si a las personas no les gusta el anón, la anonita, o toreta, pues no las siembran.
"Para mí todo se debe a un patrón cultural ligado a los hábitos de consumo, y a lo práctico de consumir las frutas a las cuales algunas personas que de antaño les gustaba o bien escucharon hablar de ellas, podrían referirse a que han desaparecido", puntualizó.