El poderoso impacto de las legumbres: ¿Qué se dice en Panamá?
Legumbres en Panamá
Legumbres como las habas, los guisantes y los garbanzos brillan por su ausencia en la mesa de los panameños, mientras que las lentejas, frijoles, porotos y las arvejas se asoman tímidamente.
El consumo de estas legumbres se da de manera casi diaria en todo el país, aunque en pequeñas cantidades que no sobrepasan la onza, de acuerdo con el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá.
Con un alto contenido de nutrientes, las legumbres, nombre con el cual se denomina a la semilla contenida en las plantas de la familia de las leguminosas, aportan proteínas, fibras, minerales y vitaminas, entre otros múltiples nutrientes.
Este 10 de febrero, en el Día Mundial de las Legumbres, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) indica que estas contribuyen a aumentar la resilencia de los sistemas de cultivo y permiten a los agricultores llevar una vida mejor en entornos donde escasea el agua, “pues su huella hídrica es baja y pueden tolerar mejor las sequías y las catástrofes relacionadas con el clima en comparación con otros cultivos alimentarios”.
Adoniram Sánchez, coordinador de la FAO para Mesoamérica, sostuvo que “las propiedades fijadoras de nitrógeno de las legumbres mejoran la fertilidad del suelo, lo que aumenta la productividad de las tierras de cultivo. Usando legumbres para los cultivos intercalados y de cobertura, los agricultores también pueden promover la biodiversidad agrícola y del suelo, manteniendo a raya las plagas y enfermedades nocivas”.
De acuerdo con el Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe 2022, entre 2019 y 2020 el costo de una dieta saludable en la región aumentó un 3,4 %, y es aquí donde las legumbres juegan un papel fundamental, toda vez que son un excelente alimento que pueden incluirse en las dietas de los niños por medio de la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad.
En Panamá la canasta básica de alimentos se acerca a los 300 dólares.
La FAO manifiesta que en su estado natural las legumbres son bajas en grasas y no tienen colesterol, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Indica que el cloruro de sodio -o sal- contribuye a la hipertensión y se puede evitar consumiendo alimentos bajos en sodio como las legumbres, que igualmente son una fuente excelente de proteínas de origen vegetal.
A manera de ejemplo, el organismo internacional señala que 100 gramos de lentejas crudas contienen 25 gramos de proteínas.
Advierte que durante la cocción las legumbres absorben una gran cantidad de agua: el contenido en proteínas de las lentejas cocidas se reduce en torno a un 8%, sin embargo, puede aumentar la calidad de la proteína de las legumbres cocidas simplemente combinándolas con cereales, como el arroz.
“Al combinarse con alimentos ricos en vitamina C, el alto contenido de hierro de las legumbres puede convertirlas en un alimento poderoso para reabastecer las reservas de este mineral, en especial para las mujeres en edad reproductiva y los niños pequeños, que son más vulnerables a la anemia. Las legumbres son también muy beneficiosas para la dieta de las personas más mayores”, manifestó Israel Ríos Castillo, oficial de Nutrición de la FAO.