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Piratas del mar

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El objetivo de los piratas es robarles sus motores, la mercancía y hasta las lanchas que utilizan los pescadores para trabajar.

Hellen Concepción - Periodista
02 de octubre 2024 - 20:14

Ciudad de Panamá, Panamá/La vida para miles de pescadores cambió desde hace años; lo que para ellos era su trabajo diario y su sustento de vida ahora se ha convertido en una profesión peligrosa, ya que en el mar están a merced de los piratas que los atacan para robarles todo, incluso muchos han sido heridos con armas de fuego en medio de su jornada.

Salen al mar con temor, preocupados por lo que les pueda pasar, preguntándose si se encontrarán a los despiadados piratas que acechan en la clandestinidad, esperando su oportunidad para atracarlos, pero siguen pescando porque es lo que saben hacer y no tienen otra manera de ganarse la vida. Es la realidad de muchos pescadores artesanales que desde hace años se han dedicado a esta actividad para sobrevivir, educar a sus hijos y demás familiares, para ellos salir a pescar es y seguirá siendo su único sustento. Esta actividad se ha visto amenazada durante los últimos años por los conocidos "piratas del mar", que se han convertido en el principal problema que enfrentan. 

Estos pescadores han sufrido múltiples ataques que muchas veces los han obligado a volver a empezar de cero.

Solo sentí el golpe del arma en la cabeza, me tiraron, amarraron de manos y pie y sólo escuché cuando dijeron si miras para arriba te matamos”, Edwin Herrera, pescador.

El objetivo de estos piratas es robarles sus motores, la mercancía y hasta las lanchas que utilizan para trabajar.

Los casos se han reportado con más frecuencia en el litoral Pacífico y ocurren a cualquier hora; no importa si es de día o de noche.

Para observar de forma más amplia las zonas que están siendo golpeadas por estos criminales, hicimos un recorrido aéreo y desde lo alto se pudo observar que no hay mucha distancia entre un poblado y otro. Impera el miedo, que hace que pocos se atrevan a denunciar, tal vez saben quiénes son, pero por su seguridad y porque sienten que nunca hay respuesta y temen represalias, prefieren quedarse callados.

Algunos pescadores han estado al filo de la muerte en medio de estos atracos. Los dos últimos casos registrados cerca de Punta Chame levantaron las alertas, ya que dos humildes pescadores fueron baleados, pero vivieron para contar su historia.

Hemos escuchado de compañeros atacados, pero al final ninguno de nosotros está seguro”, José Menchaca, pescador.

Las estadísticas indican que unas 12 denuncias han sido interpuestas ante el Ministerio Público por estos casos, pero la triste realidad es que son muchas familias las que dependen de esta actividad.

Magaly Welch: "Yo presenté la denuncia, mi motor era nuevo y no sirvió para nada, me costó 7,000 dólares, saqué préstamo y ahora tengo un año detrás para que alguien me dé una repuesta. Quedé en el aire".

Ganarse la vida como un pescador no es nada fácil, entre madrugar, pasar largas jornadas bajo el sol y tener mucha paciencia. Edwin Rodríguez, con su compañero de pesca, nos mostró como es su faena.

Su trasmallo, una lámpara y el rugir de las olas son sus únicos aliados cuando está en el mar y ahora no saben en qué momento pueden aparecer estos piratas para llevarse todo lo que con esfuerzo se han ganado.

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Todo está caro, la gasolina, no hay pescado y tras eso no roban lo poco que agarramos”, dijo Rodríguez.

La oscuridad de la noche y la madrugada son las mejores horas para desarrollar esta actividad, por ello, con el pasar de los años los pescadores se han visto obligados a cambiar su rutina, ahora trabajan en grupo para protegerse más de los ataques de los piratas y ahora prefieren pescar de día.

No es fácil, no es fácil; mis compañeros la han vivido y para evitar esos líos mejor salimos varios en las lanchas”, destacó José Solano.

Los robos de los motores de las lanchas no sólo se dan durante la navegación, también los hacen en los puertos, donde los pescadores dejan sus embarcaciones como ha pasado en el muelle de Pedasí.

"Unas 80 lanchas quedan aquí y cada una tiene un costo de unos 10 mil dólares, queremos más seguridad para evitar estos casos”, destacó Franklin Herrera.

Pequeños barcos de pescadores en un puerto
Pequeños barcos de pescadores en un puerto / TVN Noticias

Juan Díaz Cedeño de Boca Parita tiene 50 años de realizar esta actividad, sus vivencias han sido muchas. Contó que afuera la cosa es complicada, no solo por la fuerza del mar y la inclemencia del tiempo, sino por los hechos de violencia a los que se enfrentan.

Afuera uno no se da ni cuenta cuando lo golpean y con arma te atacan, te tiran al agua y bueno, toca sobrevivir”, reiteró Cedeño.

¿Y qué están haciendo las autoridades para enfrentar este grave problema?

Del Servicio Nacional Aeronaval contaron que han redoblado el patrullaje a lo largo de las costas, tanto área, como marítima, para proteger a los pescadores y tratar de ubicar a los grupos que están detrás de estos robos.

El subcomisionado Maicol Palacios indicó que podrían ser personas del lugar, pescadores. “Estamos detrás de bandas que están ligadas al narcotráfico porque son ellos quienes quieren estos motores”.

La Autoridad de los Recursos Acuáticos (ARAP) y otras entidades nos dijeron que buscan alternativas para darle mejor protección a estos pescadores e intentar frenar estos delitos.

Eduardo Carrasquilla, director de ARAP, indicó que entre las posibles opciones están más patrullajes del Senan en los sitios más vulnerables, dotarlos de un kit de seguridad que podría incluir luces de bengala, GPS y botones de pánico. Se habilitará un sitio web para que denuncien de forma anónima.

Tras estos hechos se lanzó el operativo “pesca digna”. Hace menos de un mes que busca ubicar a los grupos detrás de este delito y dar con los responsables de atacar a estos humildes hombres del mar. Por ahora no hay ningún detenido, aunque se han recuperado lanchas y motores.

Nada puede ser peor para nuestra sociedad que la delincuencia y violencia que existe en tierra firme, se traslade también a nuestros mares.

Las víctimas, miles si contamos a las familias que dependen de la pesca artesanal, han desistido de interponer denuncias por la casi total impunidad que prevalece.

Las autoridades siguen sin dar respuesta efectiva a pesar de que saben que robar un motor, una lancha o la cosecha de mar de los pescadores, es el preámbulo de delitos mayores como el narcotráfico.

Permitir que criminales naveguen a sus anchas, además del peligro para la actividad y la vida de humildes trabajadores, es entregarles la soberanía de una parte sagrada de nuestro territorio.

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