Panorama incierto, récords inesperados: claves de la semana en finanzas

Foto archivo de la Bolsa de Valores de Nueva York
Foto archivo de la Bolsa de Valores de Nueva York / AFP

Ciudad de Panamá, Panamá/Esta ha sido una semana relevante para los mercados financieros internacionales como domésticos. Veamos.

Contexto

Una de las palabras claves en este momento en la discusión financiera —internacional y local— es la incertidumbre, acompañada por el concepto de manejo de riesgo.

Incertidumbre en cuanto al futuro de la guerra de Ucrania —con la nación invadida necesitada de ayuda estadounidense, prometida pero no desembolsada— además de la política monetaria internacional. Y localmente, la posible pérdida del grado de inversión.

Pero si hay temor, no se nota.

Los mercados financieros internacionales están experimentando récords históricos, propiciados, en parte, por la inmensa creación de valor alrededor del aprendizaje de máquinas, los modelos de lenguaje y el campo de la inteligencia artificial en general. Este promete revolucionar todas las industrias, desde la salud y el bienestar psicológico hasta la innovación química y las comunicaciones.

El índice industrial Dow Jones, uno de los estándares financieros internacionales, está coqueteando con un máximo de $40,000.

El S&P500, más comprensivo, ya superó su techo simbólico previo de $5,000 y está flotando en los $200 dólares por encima de tal récord.

El Russell 2000 del Reino Unido no está en sus máximos históricos de $2,400 —que alcanzó en el verano boreal pasado— pero no ha caído por debajo de los $2,000. Esto, a pesar de toda la turbulencia que está experimentando esa nación, la cual podría convocar a elecciones parlamentarias tan pronto como el segundo semestre de este año.

Por su lado, China es un mercado enorme, así que capturar su efervescencia financiera a través de un solo índice borda en lo imposible, pero algunos de los principales, como el Compuesto de Shanghai y la ponderación china de S&P Global, han demostrado resiliencia a pesar de fuertes vientos desfavorables, en particular, la turbulencia del mercado inmobiliario chino.

Y por último, el índice japonés Nikkei 225 está en su máximo histórico de $40,888.

Revés japonés

Mencionando Japón, valdría la pena comentar sobre la reciente decisión histórica del banco central de ese país de subir —pequeña, pero simbólicamente– su tasa de interés.

Desde el cambio de siglo, Japón ha estado pisando el acelerador en cuanto a política monetaria, con una política inflacionaria y tasas de interés al 0% —o incluso debajo— para mantener un estímulo constante a su economía.

Japón es uno de los países del mundo donde la población ya pasó su máximo histórico, con recientes censos ligeramente menores que anteriores.

Banco de Japón
Banco de Japón / AFP

La reciente subida de interés es relativamente mínima, pero todo aumento sobre cero es infinito, y el alza representa un golpe de timón inaugural por parte del nuevo gobernador del Banco Central de Japón, Kazuo Ueda, quien comenzó a ocupar el puesto en abril del año pasado.

En parte, la movida muestra una resignación estoica —estilo bushido— a la nueva realidad de la economía japonesa y el inicio de la búsqueda de estrategias para atender e incluso contrarrestar los augurios de una contracción demográfica y, por lo tanto, económica.

Y parte de la nueva estrategia de Japón será invertir en la población que ya tienen, con algunas de las principales empresas de ese país anunciando un aumento salarial de 5.28%, el más grande en tres décadas. Se espera que tal movida también estimule el mercado doméstico de consumo personal.

Con la decisión del Banco Central Japonés, ya no hay país en el mundo cuyo banco central tenga tasas de interés negativas.

Steady as she goes

Quienes no han variado sus tasas de interés han sido dos de los bancos centrales más poderosos del mundo: Estados Unidos y el Reino Unido.

Aunque el Reino Unido no es una economía tan grande como la estadounidense, la reputación y uso de la libra esterlina en los mercados internacionales, además de ser la moneda del centro financiero londinense, le conceden especial importancia.

En su reunión del martes y miércoles pasado, el Federal Open Market Committee (Comité Federal de Mercado Abierto) del sistema estadounidense decidió mantener su tasa de referencia entre 5¼% y 5½%. Esta es la quinta reunión en que mantienen tal nivel de intereses, los más altos en 22 años.

Los altos mandos del sistema de la Reserva Federal han indicado que su estrategia de contracción monetaria estaría dando resultado y que mantendrán las tasas hasta regresar la inflación de precios estadounidenses a un nivel estable cerca del 2%.

Partes del mercado financiero de Estados Unidos han hecho bulla pidiendo un recorte pronto del interés de referencia, pero otros actores, como el presidente ejecutivo de JPMorgan, Jamie Dimon, han recomendado a la directiva de la Reserva Federal mantener el curso para evitar las peores consecuencias de una inflación no controlada a mediano plazo.

Luego, el jueves pasado, se reunió el Banco de Inglaterra, banco central del Reino Unido, cuyos altos mandos también dijeron que mantendrían su tasa de referencia en 5¼%.

El Reino Unido enfrenta una inflación mucho más perniciosa, y además, tal nación, a diferencia de Estados Unidos, recibe vientos económicos contrarios más fuertes, afectando tanto el costo de energía como de alimentos.

Bitcoin

A pesar de la enorme proliferación de criptomonedas durante 2021, solo Bitcoin ha logrado el reconocimiento de los mercados tradicionales, los cuales recientemente han comenzado a permitir la creación de fondos para comprar la moneda digital.

Impresionante pensar que en 2010, se necesitaban diez mil bitcoins para comprar dos pizzas grandes. Hoy día, diez mil bitcoins valen $640 millones.

Mirada local

Aterricemos en Panamá: el rumor más grande en los mercados financieros es que se avecina la pérdida del grado de inversión, quizás antes del cierre del segundo trimestre —el cual inicia el próximo lunes, 1 de abril.

No obstante, se escucha de varias campañas políticas que algunos candidatos presidenciales se estarían reuniendo con las casas calificadoras internacionales —Moody’s, Fitch y S&P— para pedir a las mismas postergar una decisión de calificación hasta después de que entre el siguiente gobierno en julio próximo.

Logo de Moody's
Logo de Moody's / Archivo EFE

Lo cierto es que ya los mercados han asumido que Panamá perderá el grado de inversión en algún momento en el mediano plazo y quizás no solo por la falta de flexibilidad fiscal, sino también por análisis que considera una reducida competitividad nacional, relativo a otros países de la región, en el largo plazo.

Al cierre de febrero, la deuda pública cifraba los $49,808 millones. De este monto, $42,844 millones están en manos de acreedores extranjeros.

La mayor parte de la deuda está emitida en bonos al extranjero: $33,187 millones. Y en lo que va del año, hemos pagado ya $330 millones en intereses por estos títulos de deuda.

Recientemente recibimos un nuevo crédito por parte del Banco Mundial, el cual nos ha prestado $350 millones para inversión en sostenibilidad. El dinero será destinado a reducir la dependencia de nuestro sistema de transporte en el consumo de carbono, además de financiar un cambio en la electrificación rural a fuentes renovables, como la energía solar.

En total, Panamá le debe cerca de $10,000 millones a bancos y fondos internacionales.

Finalmente, para no solo pintar un panorama preocupante e incierto —que lo es— Panamá celebra que salió de una de las listas punitivas de la Unión Europea, en la cual entró en mayo de 2020.

La decisión de la Unión Europea sigue a la salida de Panamá de la lista del Grupo de Acción Financiera Internacional al cierre del año pasado.

Tal progreso en su reputación internacional de cara a Estados Unidos y Europa ha costado al país varias de sus principales ventajas competitivas en materia fiscal y bancaria, por lo que el sector bancario y financiero local ha comenzado a proyectar la estabilidad y la resiliencia como dos puntos de venta del país ante la región y el mundo, apoyados sobre una base de capital nacional.

Con la expectativa de que el sistema de la Reserva Federal pueda comenzar a bajar sus intereses en el segundo semestre, también crecerá aquella de que los bancos nacionales reduzcan sus tasas de interés para préstamos hipotecarios o comerciales en o después del primer semestre del próximo año.

Estudios tanto de la Superintendencia de Bancos de Panamá, como de la base de datos El Tabulario, sugieren que existe una diferencia de seis meses entre que la Reserva Federal toma una decisión de intereses y que los efectos de tal decisión se sienten en el campo crediticio de Panamá.

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