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Cada panameño dejó de consumir 3 libras de carne de res durante abril

Un corte de carne / Pixabay

Ciudad de Panamá, Panamá/En abril de este año cada panameño dejó de consumir 1.4 kilos de carne de res, o sea 3.09 libras, debido a que una baja en la producción cárnica disparó los precios al consumidor, que solo se benefició con una rebaja de 0.45 centavos en el kilo de la carne para sopa (costilla).

La babilla, el bistec de cinta y la carne molida de primera registraron el mes en referencia un precio promedio en kilos de $6.57, $5.51 y $4.52, respectivamente, según la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco).

No obstante, desde la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan) se informó que actualmente se ha dado un incremento en el sacrificio de vacunos machos, que rinden más, lo que es un indicativo de que esta situación ha mejorado.

En el país el consumo per cápita de carne de res se estima en unos 12.29 kilogramos (27 libras), cifra que en 2020 era de 11.63 kilogramos (25.6 libras), de acuerdo con las estadísticas oficiales.

Euclides Díaz, secretario ejecutivo de la Anagan, explicó que en marzo los ganaderos estaban disminuyendo la producción en aproximadamente 7,535 cabezas, en relación con el mismo periodo del año pasado.

Aseguró que esa misma cantidad en la disminución de la producción se dio en abril, impulsada por el sacrificio de vacas “que viene muy lento”, lo que en su opinión es “bueno”.

Detalló que en marzo tenían 54% machos y 46% hembras, y que en abril las estadísticas indican que había 55% machos y 45% hembras, lo que quiere decir que los ganaderos están reteniendo vientre, después de que tuvieron que desalojar las fincas producto del fenómeno atmosférico de El Niño en 2023, que venía con una afectación de La Niña ocurrida en 2022.

Este año aparenta que vendrá una recuperación”, sostuvo el secretario ejecutivo de la Anagan.

Detalló que el consumo interno hay que verlo también desde el balance de la importación y la exportación, “pues teníamos 115 toneladas más importadas que las exportadas”.

Respecto a la plaga del gusano barrenador del ganado que azota la ganadería nacional y regional, Díaz manifestó que los ganaderos han retomado la técnica de curación de las heridas en los vacunos, por más minúsculas que sean, y ya cuentan con nuevos productos que se habían dejado de importar a Panamá.

Sobre el tema, Enrique Samudio, director general por Panamá de la Comisión Panamá- Estados Unidos para la Erradicación y Prevención del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg), informó que se espera un quinto avión para dispersar moscas estériles arribe al país antes de finalizar junio.

La Cochliomyia hominivorax, o larva del gusano barrenador del ganado, es causa de una miasis cutánea, o sea, de una invasión de los tejidos de los animales por larvas que dañan las pieles, además de que afectan la producción de carne y leche, limitan el comercio de animales y provocan la muerte si no es tratada a tiempo.

Esta plaga también afecta a todo animal de sangre caliente, incluido los seres humanos, y en lo que va de este 2024 el sistema de vigilancia epidemiológica del Ministerio de Salud ha detectado más de 30 casos de gusano barrenador en personas.

Estamos evaluando dónde ubicar un centro de dispersión temporal (de moscas estériles). De momento estamos considerando a Honduras como país sede”, comentó Samudio.

En cuanto a cómo pudieran afectar las lluvias la presencia de las moscas portadoras del gusano barrenador, manifestó que estas pueden incidir de dos maneras: si son copiosas y extendidas podrían contribuir a disminuir el número de casos, ya que las áreas anegadas no favorece el desarrollo de la pupa, etapa que se da en el suelo, pero si son esporádicas podrían favorecer la aparición de nuevos casos.

Hasta el momento, Samudio afirmó que en el país se han detectado 6,535 casos del gusano barrenador del ganado.

Díaz, de la Anagan, añadió que semanalmente la planta productora de moscas estériles ya alcanza una producción de 75 millones.

Sin embargo, agregó que el rango se va abriendo para el norte, por lo que el gobierno de Estados Unidos ha reforzado el presupuesto de la Copeg, que según reportes de prensa será de $18 millones para el 2025.

En julio de 2023 el aún presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen, calificó como un “descuido” el descontrol que ya era visible en el incremento de la plaga, cuyos efectos negativos para la ganadería regional hoy día llegan hasta Nicaragua.

En aquella oportunidad el mandatario decretó una “estado de emergencia zoosanitaria”, todo esto bajo la constante promesa del ministro de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama, de que se reforzaría la educación sanitaria, las capacitaciones, los puestos de control y la dispersión de las moscas estériles.

Todo se quedó en promesas y el barrenador sigue apareciendo en todo el país”, apuntó un ganadero de la provincia de Los Santos.

Por su parte, en Nicaragua el director del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria, Ricardo Somarriba, culpó a las autoridades de Panamá y Costa Rica por el avance de la plaga, de la cual estaba libre desde 1999.

Panamá fue declarada técnicamente libre de esta plaga en julio de 2006 y en junio de 2021 la Organización Mundial de Salud Animal (OIE) aceptó y publicó una “autoproclamación” de las autoridades actuales, donde afirmaban que el país estaba “libre de la mosca del gusano barrenador del ganado, a excepción de la provincia de Darién y la comarca Emberá-Wounaan”.

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