Panamá y las tasas de interés, ¿Qué nos espera?
Economía en Panamá
Ciudad de Panamá, Panamá/El 2023 se distingue por ser el primer año en bastante tiempo que inicia con un programa agresivo por parte de los bancos centrales de las grandes potencias para frenar la inflación en sus propios países y a nivel internacional.
Esto mediante la subida sustancial de sus tasas de interés, las cuales iniciaron con fuerza en marzo del año pasado con la de Estados Unidos, luego de tres años de marcar por debajo de un cuarto de un punto porcentual — o 25 puntos base.
¿Cómo funciona?
Según un reciente reportaje de la BBC: “la subida de las tasas de interés ayuda a controlar la inflación haciendo que sea más caro pedir dinero prestado. Esto causa que las personas tomen menos deuda, gasten menos y guarden más. Ahora bien, es un difícil acto de equilibrio ya que los bancos centrales no quieren desacelerar la economía demasiado”.
Poco se sabía al cierre del primer trimestre del año pasado que la tasa de fondeo del sistema de la Reserva Federal —que para ese entonces oscilaba alrededor del 0.20%— hoy superaría el 4%.
Este salto, a pesar de no aparentar mucho, logró extraer en seis meses un trillón —o millón de millones— de dólares estadounidenses de la economía, logrando contener en ese país el despegue de la tasa de inflación, que pasó desde menos del 2% en el 2020, a más de 6% el año pasado. A esa tasa, un dólar perderá un cuarto de su valor en siete turnos.
Decisión — y ejecución — difícil
Tanto la Junta de Gobernadores del Banco de la Reserva Federal como aquella del Banco de Inglaterra fueron cuestionadas en su momento si la decisión de subir las tasas era absolutamente necesaria, ya que pondría en riesgo la recuperación económica posterior a la pandemia, impactando los niveles de comercio y empleo.
En la conferencia de febrero del año pasado del Banco de Inglaterra, el gobernador del banco, Andrew Bailey, respondió que, a pesar del apretón económico que se sentiría en el corto plazo, la devastación que causaría la inflación a largo plazo sería peor y que por lo tanto, era el tiempo de remedios severos.
Y en la conferencia de febrero de este año, Bailey regresó para sugerir que la movida estaría funcionado, lográndose evitar que la tasa de inflación en ese país se disparara por encima del 12% —donde en siete turnos, el dinero pierde ya la mitad de su valor— quedando cerca del 10%.
La maniobra no ha sido fácil. En esa misma conferencia, Ben Broadbent, encargado de temas monetarios para el banco central británico, indicó que la situación no era similar “a aquella de la crisis global financiera [de 2009] cuando la oferta potencial” —el nivel de producción que puede sostener una economía sin generar demasiada inflación— “crecía de forma estable con la demanda oscilando alrededor de ella. Ahora tenemos más partes en movimiento, más shocks que enfrentar”.
Estos shocks son, en particular, la interrupción prolongada de la cadena de suministros por la pandemia y el alza súbita de los precios de energía luego de la invasión rusa a Ucrania.
No obstante, los números iniciales parecen mostrar resultados favorables, llevando a Bailey a anunciar que la “inflación dobló la esquina”, esperándose que luego de mantenerse estable por un tiempo, la tasa baje en el mediano plazo a alrededor del 2%.
La Reserva Federal estadounidense tiene una expectativa similar, con el presidente de su junta de gobernadores, Jerome Powell, describiendo como “gratificante” el cambio en dirección.
La meta de inflación
El “número mágico” del 2% fue elegido en 1996 —en secreto— por la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal como la tasa óptima de inflación para mantener pleno empleo y estabilidad de precios, operando sobre la teoría del economista británico John Maynard Keynes, entre otros, de que una ligera depreciación del dinero a través del tiempo tendería a estimular el gasto, la demanda y, por consecuencia, el empleo.
La tasa secreta del 2% posteriormente fue reconocida en público por la Reserva Federal en 2012.
El impacto en Panamá
En cuanto a Panamá, aún no hemos visto el efecto total de las alzas al interés sobre la economía nacional.
Según estudios de la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP), como de la base de datos El Tabulario, las tasas de interés locales siguen a las de Estados Unidos, más o menos, con seis meses de diferencia, por lo que aún se puede esperar más aumentos en las tasas locales.
La tendencia ya se veía al cierre de diciembre pasado, con la tasa de referencia de la SBP de las tarjetas de crédito aumentando dos puntos base, de 20.15% a 20.17%, luego de estar en 20% toda la primera mitad del año pasado, y la tasa de referencia de préstamos de construcción subiendo cuatro puntos base desde 6.68% a 6.72%. Para un préstamo de más de $100 mil, esa diferencia equivale a varios miles de dólares.
Y se espera que tales cifras muestren saltos más notables en los reportes de enero, ya que varios de los bancos de la plaza anunciaron sus aumentos este último mes.
El creciente peso de las tasas sobre la demanda podría también comenzar a incidir en los próximos meses en el número y calidad de empleos nuevos creados en el país. Según el ingeniero René Quevedo, durante el cierre del 2022, ya el país mostraba una importante reducción en el registro de nuevos contratos laborales, en comparación a años anteriores, además de un aumento en la proporción de aquellos a tiempo parcial.
Vale la pena agregar que la tasa de referencia de la SBP de depósito a plazo fijo por un año también aumentó: luego de oscilar alrededor del 2.6% por los últimos dos años, hoy día está a 2.9%. Por su lado, la tasa de referencia pagada a una cuenta de ahorro corriente se ha mantenido en 0.95% desde septiembre de 2021, por encima del promedio de los últimos cinco años.
¿Hasta cuándo durará la época de tasas altas, que en Panamá apenas inicia?
No obstante los logros en política monetaria, dice Bailey en su conferencia de prensa que “los eventos podrían no desarrollarse según lo previsto” agregando que es “demasiado temprano para cantar victoria” ya que las presiones inflacionarias siguen allí, por lo que es posible que los bancos centrales opten por mantener sus tasas de interés relativamente altas en el mediano plazo. “Estamos aún temprano y el riesgo es muy grande”.
Por su lado, Powell, de la Reserva Federal, coincidió el pasado 2 de febrero que no prevé que los intereses se reduzcan antes del cierre del año, e incluso sugirió que podrían subir por encima del 5%, cifra no vista desde la primera década del siglo, antes de la recesión del 2009.