Noticiero A.M.
En vivo
Ciudad de Panamá/Durante el periodo 2023-2024, Panamá experimentó una de las sequías más severas de su historia, influenciada por el fenómeno de El Niño. Esta situación llevó a una drástica reducción en los niveles de agua de los lagos Gatún y Alajuela, fuentes vitales para el funcionamiento del canal de Panamá y el suministro de agua potable para más de la mitad de la población del país. Como resultado, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) implementó restricciones en el tránsito de buques, reduciendo el número de tránsitos diarios de 36 a 22 en su punto más crítico. Estas medidas, aunque necesarias, tuvieron un impacto económico importante debido a la disminución de ingresos por peajes y afectaron el comercio marítimo internacional. Afortunadamente, con la llegada de la temporada de lluvias, los niveles de los lagos se estabilizaron en diciembre de 2024, permitiendo que las operaciones del Canal retornaran a su capacidad habitual.
Podría leer 🔗: Sequía y reducción de ingresos, entre los impactos que dejó 'El Niño 2023-2024' en Panamá
Contrario a los periodos de sequía, Panamá también enfrenta inundaciones frecuentes durante la temporada de lluvias. En noviembre de 2024, el huracán Rafael provocó lluvias intensas que resultaron en inundaciones y deslizamientos de tierra en diversas regiones del país. Estas inundaciones afectaron a cientos de personas, causando daños en viviendas y obligando a evacuaciones en áreas vulnerables. Además, se reportaron al menos 11 fallecidos debido a las condiciones adversas y unos 100 millones de dólares en pérdidas. Posteriormente, el 10 de enero de 2025, se declaró el fenómeno de La Niña, advirtiendo de una estación seca "húmeda" y "nublada", lo que demuestra que el país no está exento de sufrir las consecuencias del cambio climático, debido al calentamiento global.
De igual forma, hace algunos años Panamá sufrió devastaciones por los huracanes Otto, Eta e Iota.
Estos eventos climáticos extremos han evidenciado la vulnerabilidad de Panamá ante fenómenos naturales y la urgencia de implementar sistemas robustos de alerta temprana.
🔗También le puede interesar: Declaran oficialmente el fenómeno de La Niña, la temporada seca en Panamá será 'húmeda' y 'medio nublada'
Es por ello que el Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (Imhpa) presentó este miércoles 19 de febrero la iniciativa del "Sistema de Alerta Temprana para Todos", impulsada y presentada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 2022, que tiene como objetivo que para finales del 2027, todos o la mayor parte de la población mundial esté protegida con sistemas de alerta temprana. La meta es mejorar la capacidad de respuesta ante este tipo de eventos climáticos, que cobran vidas e impactan negativamente en la cotidianidad de los panameños. Durante la presentación de esta iniciativa, se explicaron las necesidades que tiene Panamá y las formas en que se puede fortalecer la capacidad del país para anticipar y responder eficazmente a desastres naturales, protegiendo así a sus ciudadanos y recursos vitales.
En la actualidad, la OMM está integrada por más de 190 países, y Panamá fue uno de los últimos países en adherirse a través del Imhpa, constituido de manera formal desde 2021.
Un EW4AII (por sus siglas en inglés) o un sistema de alerta temprana (SAT) es una integración que permite la vigilancia, previsión y predicción de peligros, evaluación del riesgo de catástrofes, actividades, sistemas y procesos de comunicación y preparación, a través del cual las personas, las comunidades, los gobiernos, las empresas y otros agentes pueden actuar a tiempo para reducir el riesgo de catástrofes antes de que se produzcan fenómenos peligrosos.
No tiene sentido una alerta temprana que no desencadene una acción temprana", resaltó Bárbara Tapia Cortés, coordinadora técnica de servicios de la Oficina Regional para las Américas de la OMM.
El sistema consta de cuatro pilares, y actualmente Panamá se encuentra en el pilar dos, mientras se trabaja en adaptar o implementar los siguientes pasos. Estos cuatro pilares son:
De acuerdo con la data que se tiene a la fecha y los modernos sistemas de monitoreo climáticos, se prevé que, de aquí a 2030, cada año se producirán 560 desastres de mediana o gran magnitud, equivalente a 1,5 desastres al día.
Según se explicó, cuando se emite una alerta al menos con 24 horas de anticipación, se pueden reducir los daños en un 30%.
Además, la implementación de estos sistemas aporta beneficios económicos y multiplica por 10 el rendimiento de la inversión. En los países en donde no se tienen los SAT o presentan una baja cobertura, se presenta una mortalidad ocho veces mayor.
En su presentación, Tapia Cortés explicó que a la fecha se ha logrado que 100 países informen las alertas, y 45 de estos lo hacen a través del "cell bradcast" en 2024. Mientras que para el año 2023, 47 países contaban con al menos un marco de acción anticipatoria, casi el doble del año anterior. Sin embargo, a pesar de que la previsión mundial de peligros ha mejorado, todavía el 75% de los miembros de la OMM carecen de una capacidad adecuada, siendo Panamá uno de estos.
Se espera que en los próximos años la OMM, en colaboración con los países miembros, pueda amplificar la cantidad de países que inviertan en sus sistemas de alerta temprana y una rápida identificación de intervenciones prioritarias.
Teniendo en cuenta la cantidad de desastres naturales que se anticipan en los próximos cinco años, y la crisis hidrológica que se registró en el 2023, siendo el año más seco en tres décadas, impactando a todos los ríos a nivel mundial, mejorar los mecanismos para mitigar los impactos sociales y económicos que genera ya sea la sequía o las inundaciones, será clave en el próximo lustro, debido a la variabilidad climática que sufre Panamá y el mundo.
Actualmente, el Instituto de Meteorología cuenta con 400 estaciones meteorológicas e hidrológicas a nivel nacional, un radar meteorológico, tres perfiladores de viento, dos redes de sensores de descargas eléctricas atmosféricas y 10 sensores de visibilidad, lo cual permite monitorear y pronosticar las condiciones del clima de manera diaria, mensual y trimestral, permitiendo que los tomadores de decisiones tomen en cuenta estos datos y se desarrollen estrategias de acción para minimizar los riesgos que se pudieran presentar en un determinado momento.
Contenidos relacionados: