Del consumo de frutas a la ingesta de desechos sólidos: La adaptación de los mapaches en los entornos urbanos

Mapaches de la Cinta Costera

La construcción masiva de edificios es una de las razones por las que su hábitat natural se ha visto impactado.

Población de mapaches en la Cinta Costera
Población de mapaches en la Cinta Costera / AFP

Ciudad de Panamá, Panamá/Ver mapaches acercándose a las personas, en busca de restos de comida y recibiendo sobras de alimentos ultraprocesados de parte de algunos turistas o visitantes, es una escena muy cotidiana para quienes acuden con frecuencia a la Cinta Costera.

Esta actividad se ha convertido en uno de los atractivos turísticos más populares en los últimos años.

En redes sociales, turistas de diversos países comparten fotos y videos de sus increíbles experiencias al poder interactuar con estos animales, que habitan en la zona desde hace varios años, mucho antes de la construcción de lo que hoy se conoce como la Cinta Costera. Sin embargo, esta interacción aparentemente inocente tiene implicaciones preocupantes para la especie.

A lo largo de los años, estos mapaches que habitan en zonas urbanas han cambiado sus hábitos alimenticios naturales, dejando de consumir frutas y semillas para sobrevivir con restos de basura y alimentos procesados que encuentran en la zona.

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Cabe mencionar que son animales omnívoros, es decir que consumen tanto plantas como otros animales, suelen ser de tamaño mediano, y su peso oscila entre 5 y 15 kilos, se caracterizan por su distintiva máscara oscura alrededor de los ojos y una cola de franjas alternas, una característica que llama la atención del público.

Su hábitat natural, generalmente, está asociado a manglares y arroyos, pero se ha visto reducido por la expansión urbana, lo que los ha obligado a buscar alternativas de alimentación en las zonas de contacto humano.

Una manada de mapaches se acerca a un turista en la Cinta Costera
Una manada de mapaches se acerca a un turista en la Cinta Costera / AFP

Anaury Ayarza, bióloga del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente), explicó a TVN-2.com que el mapache tiene una alto nivel de adaptación, pero la interacción con el ser humano tiene algunas consecuencias negativas para la especie.

La bióloga subrayó que el acceso constante a alimentos humanos está modificando el comportamiento y la salud de estos animales.

"Los animales se adaptan al estilo de vida en el cual se pueden encontrar por la disponibilidad de alimentos. Ya sea los residuos sólidos que dejan las personas, ellos van a alimentarse de eso porque es lo que les queda más cerca (...) si las personas siguen alimentándolos, en este caso dejando los residuos sólidos por ahí, entonces ellos se van a alimentar y puede que haya cambios en su comportamiento", indicó.

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El problema es que los residuos sólidos y alimentos procesados no tienen los nutrientes que los mapaches necesitan, y esta dieta artificial puede causarles trastornos metabólicos, deteriorando su calidad de vida.

Al ser una especie silvestre, esta situación es preocupante, ya que los mapaches dependen de una dieta variada que incluye frutas, semillas, insectos, cangrejos y roedores para obtener los nutrientes necesarios para su supervivencia, y una de las características de los animales silvestres, según Ayarza, es que no deben depender del ser humano para su subsistencia.

Un grupo de mapaches consume restos de alimentos humanos en la Cinta Costera
Un grupo de mapaches consume restos de alimentos humanos en la Cinta Costera / Imagen propiedad de iNaturalist

Consecuencias de alimentar a los mapaches

El darles comida o dejar residuos accesibles, no solo modifica sus hábitos, sino que los hace dependientes de la alimentación humana, explica Ayarza. En su ambiente natural, los mapaches cumplen un papel ecológico importante: dispersan semillas y controlan poblaciones de insectos y pequeños animales. No obstante, al depender de comida fácil de conseguir, como la basura en la Cinta Costera, estas funciones ecológicas se ven comprometidas.

Aunque los mapaches son animales altamente adaptables, Ayarza advierte que esta capacidad de adaptación no significa que deban ser alimentados por el ser humano, ya que al no encontrar alimentos en un área, ellos se desplazan a otros lugares.

“Ellos se pueden ir desplazando, si no consiguen los alimentos del humano, ellos se empiezan a desplazar, pero por ellos mismos, no de que nosotros vamos a intervenir en eso. Entonces, nosotros estamos interviniendo en su comportamiento al dejarle llegar a los residuos sólidos, que es lo que está pasando hoy día”, señaló.

Al encontrar alimentación de fácil acceso, el animal no le importará si sus necesidades nutricionales son cubiertas, generándole trastornos metabólicos, lo que reduce su calidad de vida. También se les ha visto alimentándose de comida para gatos, lo cual no es una fuente de alimento para la vida silvestre, sin embargo, esta es su forma de vida en la actualidad.

Un mapache consume helado de un vaso sobre una banca
Un mapache consume helado de un vaso sobre una banca / omagen propiedad de iNaturalist

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Acciones para preservar su comportamiento natural

La bióloga destacó la importancia de adoptar medidas que permitan una coexistencia saludable con la fauna urbana. Entre las recomendaciones de MiAmbiente están: evitar alimentar a los mapaches, cerrar los botes de basura y reducir el contacto directo con los animales.

Además, Ayarza sugirió que sería útil trabajar en conjunto con la Alcaldía de Panamá para rediseñar los contenedores de basura en estas áreas urbanas y asegurar que tengan tapas que dificulten el acceso de los animales.

Ayarza también enfatizó que los mapaches son un atractivo turístico en la región y que promover una coexistencia equilibrada ayuda a preservar la biodiversidad local.

"Se debe promover la coexistencia de la biodiversidad, ayuda a mantener el equilibrio ecológico y nos permite disfrutar de esas riquezas naturales, porque obviamente muchas turistas en otros países no tienen como esa facilidad de ver estos tipos de animales y lo ven así fácilmente, entonces eso viene siendo también como un atractivo turístico”, puntualizó.

Mi Ambiente detalló que en este momento no mantienen ningún plan de reubicación de los animales y en lo que se debe trabajar es en la educación ambiental.

Indicó la institución que a través de su Departamento de Cultura Ambiental, se llevan a cabo campañas de concienciación en medios de comunicación y visitas a escuelas.

Desde el Ministerio de Ambiente afirman que la “realidad es que el animal está en su hábitat, está buscando alimento, es un animal que es su área donde vive y lo que toca hacer es trabajar mucho con las personas para, uno, evitar el tema del contacto, porque al final sigue siendo un animal silvestre”. 

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