Luces a la distancia: ¿alivio económico o un espejismo?

La misión de la Reserva Federal es prevenir las crisis bancarias y asegurar tanto la estabilidad de precios —mantener la inflación bajo control.

Trabajadores de la Bolsa de Valores en expectativa por el anuncio de La Fed
Trabajadores de la Bolsa de Valores en expectativa por el anuncio de La Fed / AFP

Ciudad de Panamá, Panamá/Panamá está enfrentando importantes retos económicos causados, en parte, por un cambiante contexto global, pero también por severas deficiencias en la calidad de la participación del Estado en la economía.

No obstante, medidas recientes, tanto internacionales como locales, dan razón para subir las expectativas de un alivio futuro a la presión presente. Ahora bien, los efectos de estas medidas tardarán tiempo en rendir fruto en Panamá, probablemente después de mediados del próximo año o más allá.

Giro

El sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos anunció que estará reduciendo su tasa de interés —en efecto, el precio del dólar— sonando un cambio en su estrategia de política monetaria. Hasta ahora, la Reserva Federal había buscado contener la inflación mediante el alza de su tasa de interés, para reducir la circulación del dinero y suavizar la presión sobre los precios.

Pero ahora, de cara a un posible estancamiento en la creación de empleos en Estados Unidos, además de señales de una fuerte resiliencia económica en ese país, la Reserva Federal ha optado por reducir su presión sobre el flujo comercial y financiero.

Para referencia, la misión de la Reserva Federal es prevenir las crisis bancarias y asegurar tanto la estabilidad de precios —mantener la inflación bajo control— como el crecimiento del empleo —que se beneficia de una inflación moderada.

Economistas han calculado que el nivel óptimo de inflación es del 2%, suficientemente alto para estimular el gasto del dinero —cada día los dólares pierden un poquito de valor— como suficientemente bajo para evitar un alza vertiginosa de precios.

Contexto

Luego de la pandemia del COVID-19, la inflación global aumentó, exacerbada por la inestabilidad de las cadenas de suministro y la guerra en Ucrania.

La Reserva Federal respondió a esta situación subiendo las tasas de interés para así reducir la cantidad de dinero en circulación. Esto, con el fin de frenar la inflación.

Antes de la pandemia, había en circulación cerca de $4 millones de millones de dólares. Para el cierre de 2021, la cifra rondaba los $20 millones de millones.

De cara a la fuertísima inflación que siguió a la pandemia, la Reserva Federal elevó sus intereses de casi 0% a más de 5% en una de las movidas más rápidas en sus últimos 20 años de historia. Y aquí vale la pena recordar que las acciones de la Reserva Federal pueden tardar meses, sino años, en impactar la realidad económica global.

Tal movida extrajo más de $3 millones de dólares de circulación, causando, según argumentaron varias escuelas económicas, la reducción de la tasa de inflación tanto dentro de Estados Unidos como también en otras partes del mundo.

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No obstante, la extracción de dólares de la economía se puede ver acompañada de una contracción del empleo —menos dólares, menos salarios. Después de todo, el objetivo no es eliminar la inflación, sino quedarse en 2% para continuar estimulando el empleo a mediano plazo.

Si la Reserva Federal mantiene sus intereses demasiado altos por demasiado tiempo, arriesgaría reducir la inflación más allá de lo deseado y quizás causaría una contracción laboral, lo cual a su vez, podría llevar a inestabilidad social.

Curiosamente, la reducción de intereses por parte de la Reserva Federal podría ser positiva para Panamá no solo por implicar una caída ligera para la Nación en el costo de pedir dinero prestado —que seguirá alto debido a los importantes retos económicos que debe enfrentar el país— sino también porque podría estimular, de darse reducciones futuras, una salida de capital de Estados Unidos hacia los mercados emergentes para buscar retornos más altos.

Local

Una de las agendas económicas más interesantes del nuevo Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) es el robustecimiento del mercado local de valores.

En otros países, la emisión de valores públicos en el mercado local sirve como una herramienta para proteger los ahorros de la ciudadanía, a la par que financia la inversión pública. Esto, dice la teoría, eventualmente genera suficiente crecimiento económico para pagar tal inversión.

Además, la emisión de valores públicos en el mercado local diversifica las fuentes de financiamiento para el país, cambio favorable considerando el alza de las tasas para Panamá a nivel internacional.

El ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman, ha demostrado una destreza económica notable, haciendo una de sus prioridades principales el desarrollo de esta herramienta financiera, flotando deuda a corto plazo del Estado panameño en la Bolsa Latinoamericana de Valores para, como se diría coloquialmente, ver que pasa.

La respuesta ha sido positiva. El pasado miércoles, 18 de septiembre, el MEF vendió en un día más de $200 millones en deuda del Estado a través del mercado local, suficiente para financiar por dos años el presupuesto del Instituto Oncológico Nacional.

El precio que Panamá deberá pagar por estos $200 millones es ligeramente inferior al que tendría que pagar si vendiera la misma deuda a los mercados internacionales, un pequeño ahorro para el Tesoro Nacional que en estos tiempos de precariedad económica resulta bastante útil.

Y además fue inferior a lo que ofreció pagar en una venta anterior, en el mes de agosto, sugiriendo, al menos a corto plazo, una tendencia a la baja.

Reforma

A pesar de la complejidad de la tarea, Panamá también enfrenta un desafío aún no ampliamente reconocido: la necesidad de reformar su Código Fiscal.

Esto no solo por su desfasada complejidad de cara a una era de simplificación tecnológica, sino también por su evidente fracaso rotundo en proveer una estructura fiscal que incentive la participación de la ciudadanía en el financiamiento del Estado.

Algunos de los cambios propuestos incluyen aumentos en las tasas del impuesto sobre la renta y la expansión de la base tributaria.

Además, se ha discutido la posibilidad de aumentar el Impuesto sobre la Transferencia de Bienes Muebles y Servicios. Ahora bien, cualquier aumento a este impuesto en particular tendría que gestionarse de la forma más cuidadosa posible para evitar disrupciones a corto plazo que podrían afectar la planificación de las empresas y el crecimiento salarial. Un alza desmedida podría, paradójicamente, reducir los ingresos tributarios.

Mejor sería desarrollar un sistema escalonado de participación en la estructura tributaria del país para atraer a los trabajadores informales. 

La ventaja de este tipo de estrategia es que la base legal para la misma ya fue establecida por el ex-diputado independiente y hoy director de la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, Raúl Fernández, a través de la ley de sociedades de emprendimiento, sancionada en el periodo gubernamental anterior.

Ahora bien, aunque la reforma fiscal parece inevitable, es poco probable que ocurra de inmediato. El Gobierno ha señalado que su prioridad inicial es reestructurar la Caja de Seguro Social para generar legitimidad antes de abordar la reforma del Estado. Esto indica que cualquier cambio importante en el ámbito fiscal tomará tiempo.

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