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Llega la temporada de avistamiento de ballenas en Panamá

Turismo en Panamá

El turismo de avistamiento de cetáceos empezó a desarrollarse en Panamá a finales de 1990.

Avistamiento de ballena
La observación de cetáceos cuenta una serie de reglas que son necesarias seguir, a fin de proteger a la fauna marina y al ser humano / ATP

Ciudad de Panamá, Panamá/Las ballenas jorobadas, viajan miles de kilómetros todos los años en búsqueda de aguas cálidas para sus crías. Cada año a mediado de junio o julio estos gigantes marinos comienzan a llegar a las costas panameñas del Pacífico para su proceso reproductivo.

La temporada de avistamiento se da entre julio y octubre, meses en que estos mamíferos se trasladan desde el Pacífico Sur a las cálidas aguas del Pacífico panameño para aparearse y dar a luz a sus crías, sin peligro de los depredadores. Durante ese tiempo más de 2,000 ballenas viajan desde el polo sur hacia el pacífico panameño. 

El Archipiélago de las Perlas en el Golfo de Panamá, Isla Iguana en Los Santos, Coiba en Veraguas e Islas Secas en Chiriquí, son espacios marinos en donde se pueden ubicar a las ballenas jorobadas, cuando llegan en mayor número provenientes del Pacífico Sur. Las que vienen del Pacífico Norte arriban entre diciembre y marzo pero en número muy reducido y solo se pueden observar en el Golfo de Chiriquí, detalla el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente).

La playa El Arenal de Pedasí, es uno de los muchos lugares en el Istmo donde pueden los turistas ver estos cetáceos. Deben de abordar una lancha con una capacidad máxima de seis pasajeros.

En unos 15 minutos los guías turísticos (capitanes de lancha) certificados por la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP) y MiAmbiente los trasladan hasta el sitio donde las ballenas conocidas como jorobadas, amamanta a sus crías. Los enormes mamíferos saltan, dan vueltas entre las olas y con su peculiar ruido expulsan aire por los espiráculos.

La actividad atrae durante este tiempo a centenares de turistas por semana, lo que representa un impacto económico para los residentes de Pedasí como en los otros lugares del país donde realizan esta actividad.

Con la temporada de avistamiento de cetáceos( ballenas y delfines), la economía en la región se fortalece. Los turistas llegan de todas partes del mundo, Francia, Alemania, Estados Unidos, España.

José Julio Casas, director nacional de Costas y Mares de MiAmbiente, explica que el avistamiento de cetáceos es una de las actividades turísticas de mayor crecimiento en el mundo, y en países como Panamá es una opción sostenible para las comunidades costeras que lo ofrecen.

Esta actividad moviliza más de 15 millones de turistas y general mil millones de dólares anuales.

¿Por qué las aguas panameñas?

De acuerdo con expertos, las ballenas llegan a estas aguas por ser cálidas convirtiéndolas en el sitio perfecto para que las madres y sus crías estén libres de los depredadores.

Ellos nacen con poca grasa, durante cinco semanas engordan rápidamente al tomar más de 80 galones de leche al día. También precisan de las cálidas aguas panameñas para mantener su temperatura y de las mareas bajas, así las madres puedan enseñar a sus crías a nadar, sumergirse y respirar.

Cuando los ballenatos se sienten fuertes, inician una larga migración cercana al continente, aprovechando los lugares que le ofrece la geografía de las costas latinoamericanas de Sudamérica, hasta llegar a la Antártida.

Protocolo de Avistamiento

El Ministerio de Ambiente realiza el seguimiento para que esta actividad se registre de forma correcta y recomienda tomar en cuenta al momento de los avistamientos las siguientes normativas:

  1. No acercarse a menos de 100m de delfines ni a menos de 250m de ballenas.
  2. La velocidad máxima permitida en presencia de cetáceos es de 4 nudos o 7 km/h.
  3. El motor de la embarcación debe permanecer en neutro durante el avistamiento.
  4. El avistamiento no podrá superar los 30 minutos con un mismo grupo de cetáceos.
  5. Cuando se observe una ballena con cría el tiempo máximo será de 15 minutos.
  6. Las embarcaciones no deberán acercarse a los cetáceos en dirección contraria a su desplazamiento.
  7. No interrumpir el curso de cetáceos, dividirlos o dispersarlos cuando nadan en grupo.
  8. No se debe seguir el curso de inmersión para emboscarlos en el momento en que salgan a tomar aire a la superficie.
  9. Evitar los cambios repentinos de velocidad o curso de la embarcación durante el avistamiento.
  10. El uso de ecosondas en las áreas de observación queda terminantemente prohibido.
  11. Se prohíben los desplazamientos circulares alrededor de un organismo o grupo de organismos.
  12. Se prohíbe nadar, bucear con snorkel o tanque, o cualquier actividad que implique interactuar con los cetáceos en su hábitat.
  13. El acercamiento para la observación debe realizarse siempre en forma paralela al curso de desplazamiento de los cetáceos y ligeramente por detrás de éstos.

Las ballenas reproductoras están amenazadas por la contaminación marina, colisiones con barcos, el cambio climático, el ruido y las perturbaciones mientras descansan, socializan y se alimentan.

Las hembras de las ballenas jorobadas pueden tener una longitud de hasta 17 metros de largo, mientras que los machos pueden medir hasta 15 metros. Estos animales alcanzan pesos de hasta 36 toneladas y viven un promedio 50 años.

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