Panamá: Larga espera para una cita con especialistas en salud mental, ¿No hay recurso humano?
Salud mental
Los trastornos a la salud mental no distinguen ni clases sociales, religión o estatus económico. Se necesita hablar del tema, pero también buscar ayuda.
La ansiedad, la depresión, los traumas porque hay mucha gente que todavía no han superado los duelos no resueltos, trastornos del sueño y el consumo de alcohol son los principales problemas que afectan la salud mental por la pandemia.
Ciudad de Panamá/La ansiedad, la depresión y los trastornos postraumáticos provocados por duelos no resueltos son algunas de las patologías que aumentan la demanda de cupos para recibir atención en los servicios de salud mental del sistema de salud pública.
Las citas más cercanas están para los meses de marzo y abril próximos, es decir, para dentro de tres y hasta cuatro meses calendario.
Al respecto, la jefa Nacional del programa de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), Juana Herrera, reconoció que aumentó la demanda de cupos y que la respuesta que le brindan a los usuarios no es tan rápida como quisieran.
No obstante, expresó que las atenciones de urgencia - pacientes con crisis de ansiedad que comenzaron a escuchar voces y con pensamientos suicidas - se mantienen en todos los servicios de emergencia de las instalaciones sanitarias del país.
La pandemia de la Covid-19
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó que el miedo, la preocupación y el estrés son respuestas normales al momento en que las personas se enfrentan a cambios y situaciones que provocan incertidumbre, como es la llegada de la pandemia de Covid-19.
La pandemia de Covid-19 no solo llegó para provocar enfermedad y muerte, sino que también impactó la vida laboral porque muchas empresas cerraron o redujeron su número de trabajadores, la social debido a que las personas permanecen más tiempo encerradas en sus casas y la familiar por todos los cambios que en los dos últimos años experimenta el entorno familiar.
“Una vez instalada la pandemia, local e internacional, hubo un cambio radical que afecta el día a día de las relaciones laborales, familiares y sociales, lo cual genera otras situaciones y pueden aparecer nuevos casos y exacerbar los que están diagnosticados”, indicó Herrera.
Y es que informes internacionales de antes de la pandemia dieron cuenta de la existencia de un número considerable de personas con trastornos mentales y transitorios como son 300 millones con depresión, 270 millones con ansiedad, 50 millones con trastornos demenciales, 20 millones con esquizofrenia, 50 millones con epilepsia y un millón de personas con ideas suicidas.
El Instituto Nacional de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República destacó que en 2019, unas 31 mil 707 personas acudieron a los servicios de atención psiquiátrica en 16 instalaciones del sistema de salud pública, principalmente hospitales de la Caja de Seguro Social (CSS) y el Ministerio de Salud (Minsa).
En una investigación, la cual publicó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el pasado mes de noviembre, los autores recomendaron que para “mitigar el impacto de la pandemia, la salud mental debe incorporarse a los planes de preparación, respuesta y recuperación ante emergencias”.
Atención a la salud mental
Para la jefa nacional del programa de Salud Mental del Minsa, Juana Herrera, el incremento en la solicitud de citas tiene un componente positivo, porque significa que la población comenzó a romper los estigmas y crear conciencia sobre la importancia de atenderse la salud mental.
Agregó que los nuevos casos pueden ser una consecuencia directa de que existe una población más susceptible por situaciones como no poder conseguir medicamentos, el encierro y el temor a contraer la Covid-19. “Todo esto ayuda a aumentar el problema”.
“Todas las crisis tienen oportunidades. Tienen temas dolorosos, muy preocupantes, pero también tienen oportunidades y una de las oportunidades importantes fue visibilizar la salud mental. Todavía hace falta, pero se ha visibilizado que debemos hablar del tema, romper mitos como si voy a atenderme con un equipo de salud mental me voy a quedar así para toda la vida”, señaló Herrera.
Mientras, explicó que para enfrentar la demanda de cupos conformaron equipos de salud, contrataron psicólogos clínicos para reforzar las áreas donde no estaban completos y nombraron a los psiquiatras recién graduados.
En este punto explicó que los nuevos especialistas tienen sus lugares de destino dentro de sus contratos porque la idea es reforzar las provincias donde hacen falta, pero uno de los problemas que confrontan es que no se estaban formando con regularidad.
La formación de un psiquiatra es de cuatro años calendario más el periodo de los documentos de idoneidad, es decir, son cuatro años y medio que demoran entre la formación y el nombramiento, pero antes el Minsa y la CSS se ponen de acuerdo para ver la cantidad de profesionales que se tienen que preparar para nombrar y cubrir las plazas necesarias. “Se están formando, pero en un número que no iba a representar la cobertura que desean y que exige la pandemia”.
Sin embargo, junto a la OPS, desde hace varias administraciones llevan adelante un programa tendiente a reducir las brechas de atención de la salud mental con el cual capacitan a personal NO especializado como médicos generales, enfermeras generalistas y psicólogos generales.
La capacitación es en temas de salud mental prioritarios para que puedan detectar y atender los casos leves desde sus respectivas áreas y remitir los casos graves a los servicios especializados, como una alternativa para poder brindar atención a los nuevos casos que se presentan o los que ya existen y requieren atención.
Entre los nuevos casos se encuentran el trastorno de ansiedad, depresión, traumas porque hay mucha gente que todavía no han superado los duelos no resueltos, así como los que se presentan en el personal de primera línea como son los agentes de las instituciones de Seguridad, Servicio Nacional de Protección Civil; al igual que todos los que están en los hospitales, las unidades respiratorias y en los hoteles hospitales que pueden sufrir de un síndrome de desgaste o de post trauma.
Los trastornos de sueño y el consumo de alcohol, porque las personas creen que los ayuda a relajarse cuando no es así, indicó Herrera.
“Los estudios muestran altas tasas de depresión y ansiedad, entre otros síntomas psicológicos, particularmente entre mujeres, jóvenes, personas con condiciones de salud mental preexistentes, trabajadores de la salud y personas que viven en condiciones vulnerables”, destacó la investigación de la OPS sobre el impacto que la pandemia de la Covid-19 tiene en la salud mental de las poblaciones de las Américas.
Por su lado, el vocero de los pacientes de Salud Mental, Plinio Cerrud, expresó que la pandemia de la Covid-19 evidenció la fragilidad en la que se encuentra la salud mental de la población en general.
En estos momentos, explicó Cerrud, las personas que no tienen diagnóstico o no sufren trastornos psiquiátricos han experimentado ataques o episodios de tristeza, de ansiedad, de falta de sueño, de llanto por mencionar algunos, provocados por la incertidumbre, el encierro y los problemas económicos que trajo consigo esta enfermedad.
"En estas personas los episodios son pasajeros, mientras que las personas con trastornos psiquiátricos, viven con éstos desagradables síntomas por lo que requieren de una atención más expedita, una hospitalización oportuna y el acceso a las ambulancias", indicó Cerrud.
No obstante, indicó que en estos momentos todos estos servicios son un "caos". Hay desabastecimiento de algunos medicamentos psiquiátricos importantes en las policlínicas de la CSS y en los centros de salud del Minsa donde los pacientes se acercan a buscar hasta cuatro medicamentos para manejar la enfermedad, pero salen sin ninguna.