El legado de Gorgas que sentó las bases de la sanidad en Panamá
Historia en Panamá
En 1904, cuando Gorgas desembarca en Colón, toda la región del Istmo era el "paraíso del mosquito".
Por iniciativa de Belisario Porras se crea el Instituto Conmemorativo Gorgas en honor a su amigo William C. Gorgas quien hizo posible la construcción del Canal de Panamá.
Desde que se desató la pandemia el año pasado hemos escuchado constantemente el nombre del Instituto Conmemorativo Gorgas, institución que ha jugado un rol fundamental en las medidas que se han implementado en la pandemia.
Sin embargo, esta institución existe desde la segunda década del siglo pasado y su historia tiene mucho que ver con el desarrollo de la salud, la medicina y la ciencia en nuestro país.
Los inicios del Instituto Gorgas se remontan a enero de 1921 cuando una iniciativa del presidente Belisario Porras, en su tercer periodo de gobierno, propone la creación del Instituto Conmemorativo Gorgas de Medicina Tropical y Preventiva, como un homenaje a su amigo el coronel William Crawford Gorgas, cirujano general del ejército de los Estados Unidos y famoso por su combate a enfermedades como la fiebre amarilla, malaria y cólera, para hacer posible la construcción del Canal.
Al año siguiente el gobierno panameño compra un terreno cerca del Hospital Santo Tomás para la construcción de un edifico que albergaría al Laboratorio Gorgas, así como también a la escuela de medicina de la Universidad Bolivariana en proyecto.
En 18 de febrero 1923 el Dr. Belisario Porras coloca la primera piedra del imponente edificio que desde entonces se mantiene en el mismo lugar y es inaugurado seis años más tarde —en 1929— por el presidente Florencio Harmodio Arosemena.
En 1929 se creó la biblioteca científica del instituto, en la cual reposan las publicaciones originales de todos los prestigiosos investigadores que en él han trabajado.
El Instituto Gorgas, fue uno de los pocos laboratorios para el estudio de las enfermedades tropicales ubicado en un país tropical.
El proyecto fue promovido en Estados Unidos por la Embajada de Panamá en Washington y logró unir el apoyo de importantes instituciones internacionales de salud e investigación y el Congreso de Estados Unidos, que le otorgó un subsidio anual de entre $50 mil y $2 millones anuales.
Entre 1921 y 1990 el instituto estuvo administrado desde Washington por una junta de 47 directores, presidida por el presidente de Estados Unidos.
Al traspasarse el Canal a Panamá, el Instituto Conmemorativo fue trasladado a la Universidad de Alabama.
Panamá mantuvo el laboratorio, que en 1997 fue renombrado Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES) del Ministerio de Salud de Panamá (MINSA).
El Instituto Conmemorativo Gorgas y Laboratorio Gorgas operaron en Panamá desde 1928 hasta el año 1990, produciendo investigaciones vitales para el cuidado de la salud de los habitantes de Panamá, Centroamérica y otros países.
Monumento histórico nacional
Por su importante valor histórico se declara en 2017 monumento histórico nacional al imponente edifico que sus instalaciones.
Así describe el edifico el arquitecto Eduardo Tejeira Davis en el libro Panamá Cosmopolita: “Otro importante ejemplo en esta línea es el Instituto Conmemorativo Gorgas, en la avenida Justo Arosemena, entre las calles 35 y 36 Este. Construido entre 1926 y 1928, es obra de los arquitectos James C. Wright y Ernesto Jaén Guardia. Este centro de investigación de enfermedades tropicales fue creado con la idea de integrarlo, como Facultad de Medicina, a la universidad estatal que en ese entonces se pensaba abrir en Panamá. Pero la que habría de llamarse Universidad Bolivariana nunca se materializó. Una vez construido, el edifico fue cedido a las autoridades zoneita de salud y recibió el hombre Laboratorio Conmemorativo Gorgas. No fue sino hasta 1990 que revirtió a Panamá. El proyecto es neoclásico en la tradición británica y estadounidense. El pórtico, de gran profundidad por ser una puerta cochera, tiene un capital inventado, o sea que no corresponde a ninguno de los órdenes canónicos; pero sus proporciones siguen muy de cerca las de un templo romano: las paredes están articulada con órdenes colosales”.
Este edificio, junto a otros levantados en el área de La Exposición como el de los Archivos Nacionales, el Hospital Santo Tomás, la Gobernación, entre otros forman parte de un plan progresista del presidente Porras y que de acuerdo con el arquitecto e historiador Samuel Gutiérrez: “propicia la consolidación de la modernidad del país y de la urbe capitalina (…)”.
Se considera que este edificio reúne aspectos muy destacados como su estilo y diseño, materiales, uso y función a lo largo de la historia; además de su ubicación en el entorno. Por otra parte, su integridad es excepcional, pues conserva sus terrenos aledaños así como detalles de la construcción original.
El legado de Gorgas
William Crawford Gorgas, fue un médico estadounidense y el vigésimo segundo Cirujano General de la Armada de los Estados Unidos (1914-18). Es mejor conocido por su trabajo en disminuir la transmisión de la fiebre amarilla y la malaria por medio de control de los mosquitos que la transmiten, en un período donde esto era considerado con escepticismo y existía oposición hacía dichas medidas de control.
Gorgas desembarca en Colón en junio de 1904 como oficial jefe de sanidad en el proyecto del canal y se encontró con un lugar terrible. “Toda la región del Istmo, según dijeron, era el paraíso del mosquito”, se leen en el libro The Path Between the Seas de David McCullough y que detalla la saga sanitaria emprendida por Gorgas.
A lo largo de su trabajo, el médico, estableció programas de sanidad de amplio alcance que incluían el drenaje de estanques y pantanos, fumigación, mosquiteros, y sistemas públicos de agua.
Estas medidas fueron fundamentales para permitir la construcción del Canal de Panamá, ya que impidieron de manera significativa enfermedades debido a la fiebre amarilla y la malaria entre los miles de trabajadores que participan en el proyecto de construcción.
“Este universo bucólico cambió en forma dramática a partir de 1904 con la llegada de los estadounidenses, quienes se abocaron a realizar los trabajos de pavimentación de las calles, instalación del sistema de desagües y alcantarillado, fumigación de las casas, adopción de malles en puertas y ventanas, mientras imponían nuevas leyes higiénicas. (…) La campaña de saneamiento, a cargo de las cuadrillas de antillanos al mando del coronel William Crawford Gorgas, le declaró la guerra a los insectos y alas ratas, aunque para ello fuera necesario incendiar las viviendas. Se impuso la vacunación y la revacunación obligatorias, se aislaron a los leprosos, se reglamentó el servicio de recolección de basura, de los mataderos, de los mercados públicos, se decretó la inspección de las lecherías, barberías y caballerizas, el examen diario de la calidad de las carnes de consumo y de todos los alimentos y bebidas, en general, se reguló el modo de inhumar y exhumar los cadáveres, se exigió que cada edificio que se usara como habitación debería contar con un excusado para cada familia”, explica Patricia Pizzurno en el libro El miedo a la modernidad.
El impacto de la presencia de Gorgas en el Istmo se hace evidente cuando encontramos su nombre ligado a varias instituciones importantes para el desarrollo de la ciencia y la medicina del país.
Un ejemplo es el antiguo hospital Gorgas, que fue administrado por el ejército de Estados Unidos y que llevó su nombre desde 1928 hasta que en 1999 es convertido en el Instituto Oncológico Nacional, en la sede del Ministerio de Salud y de la Corte Suprema de Justicia.
Por otra parte, el Instituto Conmemorativo Gorgas, aún conserva su nombre y la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Latina de Panamá fue nombrada: Dr. William C. Gorgas.
Todo esto, debido a sus grandes contribuciones a la sanidad y la ciencia en Panamá.