Inundaciones: La historia que se repite
Panamá/Todos los años la llegada de la temporada lluviosa pone en una situación de estrés a personas que, como si fuera tradición, se inundan sin que se haga algo por evitarlo. Un escenario repetitivo, que con el cambio climático se agrava y amenaza con ser cada vez peor.
Es el relato del señor Mizael Arias sobre la inundación que sufrió la noche del pasado domingo 4 de junio.
Increíblemente todos los años se inunda cada vez que empieza la temporada de lluvias, porque dice que no hay autoridad que haga algo para prevenirlo.
Y eso es lo que sufren en Puente del Rey, en Panamá Viejo, desde los últimos 30 años.
A pesar de las adecuaciones para crear barreras de protección, en lo que va de este año, en la casa del señor Mizael ya se inundaron dos veces. El estado del tiempo, la tabla de mareas, así como todo aquello que eleve muebles y electrodomésticos, son sus mejores aliados para evitar que el mal rato y las pérdidas sean peores.
El panorama detrás de la casa del señor Mizael es como una misma fotografía que se repite en otros puntos. Drenajes llenos de basura y maleza.
Para especialistas, el problema se debe a falta de mantenimiento, pero también a un sistema de drenajes obsoleto y que no está actualizado con la realidad climatológica del país.
Y es que dicen, son drenajes que fueron diseñados para la realidad de los años 70, pero ya pasaron 50 años y el patrón de las lluvias cambió.
Se trataría de un problema que no es nuevo, y que se estudia desde hace algún tiempo, pero sin que se produzcan acciones concretas.
El cambio climático habría desencadenado un nuevo ritmo en las lluvias, generando precipitaciones con más intensidad en poco tiempo, y a ello se sumaría que la ciudad de Panamá crece desde los años 70, con grandes infraestructuras y mayor población, pero sin ordenado desarrollo.
Un ejemplo sobre el impacto de la falta de ordenamiento territorial es que en un lugar donde haya dos casas, se levante un edificio de 15 pisos con cuatro apartamentos cada uno.
Cuando eso ocurre, se habría cambiado el uso de suelo de unas 10 personas, a 500, y si se sigue desarrollando con un sistema anterior, habrá una sobredemanda que inevitablemente colapsará.
Pero otra de las fallas es que ni siquiera se tienen registros precisos de la cantidad de lluvia que cae. Una información importante para planificar.
Y es que el cambio climático obliga a nuevos retos como diseñar medidas que permitan adaptar el sistema de infraestructura a soluciones basadas en la naturaleza.
Cuando ocurren las inundaciones, las miradas se van contra el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) donde dicen que no les corresponde, sino al Ministerio de Obras Públicas.
Este último admite que los puntos no son nuevos para la institución, y que en ellos fallan desde sistema de drenaje que colapsa frente a la cantidad de agua que cae en poco tiempo, así como construcciones sobre la servidumbre y drenajes obstruidos por basura y sedimentos, que requieren de mantenimiento anual.
El señor Mizael dice que lleva 30 años inundándose, y no tiene mayores esperanzas de acciones concretas.
Sin embargo, que el señor Mizael no se inunde otra vez no solo dependerá de las autoridades, y que mejore la planificación en cuanto a mantenimiento, diseño y ordenamiento territorial, sino también de todos aquellos que vierten la basura donde se les ocurre, indiscriminadamente.