Las iglesias se ponen la camiseta política ¿Qué tanto pesará su influencia en las próximas elecciones?
Política en Panamá
Los diputados quisieron eliminar el veto a las donaciones políticas por parte de las iglesias. No lo lograron pero eso no ha impedido la organización y apoyo económico de una agenda fundamentalista que cada vez gana más terreno dentro de los órganos del Estado.
Ciudad de Panamá/Las últimas reformas electorales sancionadas por el presidente Laurentino Cortizo prohíben las donaciones privadas a campañas políticas que provengan de “congregaciones religiosas de cualquier denominación u origen, sean nacionales o extranjeras”. Pero hubo una clara intención por parte de los diputados de eliminar ese veto durante la polémica discusión de dichas reformas en la Asamblea Nacional, reformas que al final el mismo Tribunal Electoral terminó calificando como “un retroceso”.
Pero si bien el dinero de las iglesias no podrá entrar –al menos oficialmente– en las campañas políticas para las próximas elecciones, los grupos religiosos han encontrado aliados en todos los poderes del Estado para reproducir su agenda, a ratos fundamentalista, en las políticas públicas y leyes del Estado.
El uso de la fe como instrumento político no es nuevo, pero –hasta ahora- no ha podido conquistar espacios suficientes para consolidar su influencia. Pero eso puede cambiar en las próximas elecciones tal como advierte la diputada suplente Walkiria Chandler, quien no duda de que grupos religiosos cada día ganen más terreno dentro del Estado y la política panameña, poniendo en riesgo el estado laico que consagra la Constitución.
Chandler pone ejemplos como la asistencia de Monseñor José Domingo Ulloa, máximo representante local de la Iglesia Católica en Panamá en la presentación de las guías de educación sexual y reproductiva, que debieron estar “basadas en ciencia y conocimiento y no en conceptos espirituales que mitifican los hechos”. La diputada suplente también recordó que muchos de los albergues donde se dieron los abusos son dirigidos por congregaciones religiosas a las que el Ministerio de Desarrollo Social sigue subsidiando, y que tras 10 meses de haber iniciado la investigación, todavía el Ministerio Público no ha deslindado responsabilidades mientras esas personas siguen en sus puestos.
Otras iniciativas legislativas como las que apoya la diputada Corina Cano, del Molinera, -quien se identifica abiertamente como “defensora de la vida y la familia”-, también van en la misma línea que la agenda clerical. Propuestas como la criminalización del aborto, el reconocimiento del feto como un ser vivo desde su concepción para su inscripción y velorio en caso de aborto y la posibilidad de dar en adopción al niño o la niña antes de nacer –aunque sea en caso de violación- , dan cuenta de un claro músculo que va tomando fuerza en el ámbito político. Aunque Cano pondera el veto de las donaciones políticas por parte de las iglesias porque “ellas deberían es estar ayudando a sus feligreses”.
En contraste, la diputada suplente Walkiria Chandler, de corriente feminista y progresista, plantea que “esto (la influencia de las iglesias) se va a evidenciar con mayor fuerza después de las elecciones de 2024 porque estas congregaciones están poniendo candidatos…están pagando para colocar a sus fichas en puestos de tomas de decisiones; están dirigiendo todos sus esfuerzos para tener más diputados que marquen una corriente espiritual dentro de la Asamblea”, advirtió.
Por su parte, el abogado y presidente del recién inscrito partido PAIS, José Alberto Álvarez, quien se describe como “millón porciento católico” y es de escuchar misa todos los días, piensa que las iglesias tienen otra función (diferente) a la participación con donaciones en las campañas políticas. Pero, a renglón seguido, aclaró –en entrevista para esta nota- que “si individualmente algún miembro de alguna iglesia, sea evangélica o católica, quiere donar, no hay ningún problema”. Álvarez es primo del pastor Edwin Álvarez, máximo líder de Hossana, probablemente la iglesia evangélica más grande del país. El abogado negó algún apoyo económico de dicha iglesia al partido que encabeza (PAIS).
La postura política de Álvarez comulga con la de la diputada Corina Cano. A pesar de no pertenecer al mismo partido, Álvarez fue el mayor donante de la campaña política de Cano para la Asamblea en las elecciones pasadas, cuando PAIS no llegó a completar las firmas requeridas y por tanto Cano se inscribió en el Molinera para lograr la postulación, contó el jurista y también expresidente del Colegio Nacional de Abogados. A la vez, dijo sentirse satisfecho con el trabajo de Cano: “ha estado en primera línea, no ha rehuido los debates”, defendió.
Cano reconoció que no hubo una discusión abierta sobre la postura del derecho a la vida dentro del Molirena, pero que allí “también hay una corriente y nunca me han cortado las alas en defensa de la vida y la familia”. También adelantó que le gustaría ser diputada al menos por un periodo más.
Por otro lado, la politóloga e investigadora del CIEPS, Claire Nevache, quien ha estudiado ampliamente el tema de las iglesias en la política, concluyó en un artículo científico que publicó en 2019 que los evangélicos “han sin duda logrado constituirse como un nuevo actor político en Panamá”, y que “es evidente que en los últimos meses han demostrado su capacidad de impedir la autonomía, supervivencia o crecimiento de otros, especialmente, la avanzada de una agenda progresista y favorable a políticas públicas de igualdad de género y de protección de las minorías sexuales”. El mayor activo político de las iglesias evangélicas, según el análisis de Nevache, es su capacidad de movilización de feligreses y la confrontación e interacción con las autoridades.
Siendo así, la agenda “anti derechos” -como la califica la socióloga y feminista Juana Camargo- encontraría cada vez más terreno mientras las donaciones a título personal o a través de fundaciones privadas puedan alimentar nuevos proyectos o figuras políticas. “Es una estrategia para irse metiendo desde adentro e ir implementando esa agenda anti-derechos”, explica Camargo.
Y es que la fe mueve montañas…y también votos. Lo saben todos los candidatos a presidente que desde hace unos años se congregan el mismo día para recibir la bendición televisada del pastor de Álvarez. Lo sabe el Ejecutivo actual, que mandó una alerta de “cuidado con lo que te encuentres porque estas personas no solo donan dinero sino que también aconductan a su congregación” a propósito de las investigaciones abiertas por los abusos en albergues que denunció la comisión parlamentaria en la que participó Chandler.
Lo sabe también el presidente de PAIS y primo del máximo pastor de Hossana, quien apela al “milagro de que cada sacerdote o cada pastor le pida a sus feligreses cuando predica que no vote por ningún corrupto”, anteponiendo la premisa de que “los que profundamente profesan una fe son las personas menos corruptas de un país”.