La historia del ranger de Texas que se convirtió en el ‘verdugo’ de Panamá
Historia en Panamá
Panamá, Panamá/Una de las mejores formas de tener un acercamiento a la historia es a través de la novela. Y sin duda alguna uno de los personajes de nuestra historia que ha protagonizado varias novelas, gran cantidad de artículos, investigaciones y ensayos es Randolph “Ran” Runnels.
Pertenece a esa historia compartida con Estados Unidos y la región centroamericana que tiene como escenario principal la ruta entre los dos mares a través de Panamá.
Existen muchas contradicciones sobre la vida del “sheriff” —como algunos le llamaban—, lo que ha contribuido al surgimiento de una leyenda que tiene su origen en la época de la fiebre del oro de California, pero que se mantiene hasta nuestros días.
Para el escritor y periodista Andrés Villa, autor de la novela Runnels, el verdugo de Panamá, “Runnel es un personaje de su época, es contratado para salvaguardar la mayor inversión en el extranjero hecha por una empresa privada estadounidense, aquí construyeron una ciudad que sentían suya, la llamaron Aspinwall e hicieron un ferrocarril transístmico en medio de la selva y apostaron por líneas de vapores, pero también había inversionistas interesados en que la ruta fuera por Nicaragua. En ese tiempo había muchos intereses y es lo que plasmo en mi novela, que los enemigos de la ruta por Panamá apoyaban a las bandas que atacaban a los viajeros, igual que en una película de vaqueros”.
¿Quién era Ran Runnels?
De acuerdo con Maritza Carriols en su artículo Incógnitas y realidades sobre Ran Runnels, la Encyclopedia of Frontier Biography registra su nombre como Randall y su nacimiento alrededor de 1830 en Mississippi —Wikipedia lo fija el 23 de diciembre de 1827—, dentro una familia que había llegado de Georgia y después se trasladó a Texas donde se convirtió en un ranger, una especie de soldado especializado en vigilancia.
Al parecer participó en la guerra de Estados Unidos contra México y, según la autora, “adquirió fama por su audacia, decisión y buena puntería”.
Algunos lo califican como un aventurero y un cazarrecompensas que llegó a Panamá por dinero y deseo de aventura y lo vinculan al paso de William Walker por la región, pero no existe evidencia de este hecho.
La versión más extendida es que llega al istmo más o menos a los 23 años contratado por la compañía del ferrocarril para contrarrestar el ataque de bandoleros, principalmente contra los argonautas que utilizaban la ruta de Panamá para trasladarse de una costa a otra de los Estados Unidos.
Recordemos que en los primeros años de los 1850s estábamos en el apogeo de la fiebre del oro y el istmo era el paso más rápido y seguro para llegar a California. El Yankee Strip, como le llamaban a la ruta, tenía 10 millas de ancho y 40 en línea recta de mar a mar era, como señala Villa, “un elemento clave para la economía de Nueva York y de los Estados Unidos en general en el siglo XIX”.
La profecía: una misión divina
Sobre la vida de Runnels hay mucha información, aunque no necesariamente verdadera. Pero un dato que resulta sumamente novelesco es que su misión en Panamá respondía a un designio divino. Es lo que cuenta Octavia Charity quien escribe en 1930 los recuerdos de su hermano: su conversión, la profecía y su misión en Panamá.
Según Corriols, en una visita que hicieron a familiares al este de Texas donde coinciden con el pastor pentecostal Jesse Hord: “Narra la hermana que el pastor cayó de rodillas y cubriéndose los ojos con una mano le dijo: ‘Randolph Runnels, has sido pecador y los días de tu reconcialición serán muchos y llenos de dolor…Veo que aún te queda algo por resolver. Veo que serás llamado a una misión en una tierra extraña y lejana. Veo largas jornadas por agua, un gran río poblado de demonios y mostruos, con una gran pestilencia que camina en la oscuridad…’ Después Hord se levantó y le dijo: ‘cuando la misión te sea ofrecida, hermano Runnels, no debes rechazarla. El deseo del señor es ir”.
Por lo que, cuando el representante de Howland and Aspinwall Company, quienes construian el ferrocarril, llega a su rancho en Texas y solicita sus servicios en Panamá, le describe el escenario y la situación de inseguridad por la que atravesaba la ruta, no lo duda ni un segundo, lo considera “un llamado divino” y acepta inmediatamente.
El verdugo de Panamá
Para la compañía del ferrocarril representaba un grave problema el constante ataque de bandas de ladrones contra los viajeros que atravesaban en istmo, una de las más famosas y sanguinarias era de los “Darienni”, que no solo despojaban a sus víctimas de sus bienes materiales, sino, además, les asesinaban brutalmente.
Es así como Ran Runnels llegó a Panamá y se hizo pasar por empresario abriendo un servicio de alquiler de mulas para transportar pasajeros y carga: Runnels Express Service (Panama-Gorgona or ocean to ocean), de esta manera podría disimular sus movimientos a lo largo de la zona de tránsito. Todo esto con el total respaldo de los directivos de la compañía del ferrocarril y con la complicidad de las autoridades locales, que le otorgan completos poderes.
Como cuenta Joseph Millard en su artículo La matanza de Panamá, que se publicó en la revista Lotería, “se convirtió en figura tan familiar en los barrios bajos, como en los bares, cantinas y elegantes salones de los mejores hoteles, como el Aspinwall. Hasta recorría el hediondo barrio de Santa Ana. Gradualmente logró ser aceptado en todas partes como un agradable e inofensivo muchacho en busca de aventuras y lo suficientemente despreocupado como para codearse con el peor elemento”.
Durante tres meses el “sheriff” se dedicó secretamente a reclutar hombre para su organización: Los guardianes del Istmo. Dicen que llegó a tener una nómina de 40 espías de diversos orígenes y que se mezclaban fácilmente escuchando rumores y detectando actividades sospechosas.
Los mensajes de sus agentes eran cuidadosamente anotados en un libro negro que guardaba en su caja fuerte y en esta lista se encontraban los nombres de individuos que regularmente se involucraban en delitos y en crímenes violentos.
En el relato que hace Joseph L. Schott en el libro Rails Across Panama cuenta como la amenaza de perder clientela que empezaba a mirar la ruta por Nicaragua más segura que la panameña, el cónsul William A. Nelson envía un mensaje de solo dos palabras: “strike soon” (ataca pronto).
Lo que pasa luego ha sido recogido en novelas como El caballo de oro de Juan David Morgan de la siguiente manera, “en la noche del 30 de marzo de 1852, un total de 14 hombres de la banda del Jaguar fueron capturados en Gorgona por órdenes de Ran Runnels. Simultáneamente fueron apresados 26 individuos vinculados a las Darieni: 9 en Aspinwall, 3 en el poblado de Cruces, 2 en Paraíso y 12 en la ciudad de Panamá. En la operación cuidadosamente sincronizada, Runnels había movilizado sesenta de sus hombres, los mismos que durante los últimos meses habían espiado y anotado los movimientos de cada uno de los sospechosos”.
Una semana después los habitantes de la ciudad de Panamá se despertaban con la horrible escena de 37 cuerpos colgando de un gigantesco patíbulo construido en el Paseo de Las Bóvedas.
Esta fue la primera de varias purgas de manos de la Guardia del Istmo. Ya que, aunque los ataques de las bandas disminuyeron y se espaciaron, no desaparecieron por completo. Este comportamiento le ganó a Runnel el apodo de “El verdugo de Panamá”.
Además, en un artículo de la revista Lotería, Ernesto J. Castillero R. destaca que la gobernación de la provincia de Panamá les dio a los señores G.M. Totten, H.H. Moore, Gabriel Neira, Ran Runnels y Carlos Zachrisson autorización para que “organicen y armen a las personas que merezcan su confianza, a fin de perseguir y capturar a los asesinos, ladrones y demás salteadores que se hallan en los distritos parroquiales de Calidonia, Cruces y Gorgona y el Ferrocarril”.
Por otra parte, al mismo Runnels le autorizan para que “con la guardia haga patrullas nocturnas y capture a todas las personas que están perturbando el orden público o que se encuentren sospechosas a deshoras de la noche por las calles de San Felipe y Santa Ana”.
Final en Nicaragua
Para el historiador Juan Antonio Susto, Runnels llegó a Panamá en 1848 camino a California en busca de fortuna y aventuras, pero el clima económico favorable de la ruta influyó para que se estableciera en el istmo.
Y en una especie de texto aclaratorio para la revista Lotería sobre la vida del “sheriff” señala que el acontecimiento mayor en su vida fue su matrimonio en 2 de julio de 1855 en su residencia del barrio de San Felipe con Estefanía Labarriere de Santiago de Veraguas.
Con esto intenta desmentir la afirmación de Joseph Millard que asegura que Runnels contrajo matrimonio con Manuela López, sobrina del gobernador de Panamá y con quien Carriols asegura llega a Nicaragua en 1859 cuando es nombrado cónsul de Estados Unidos en San Juan del Sur, Nicaragua.
Ahí fallece el 7 de julio de 1882 en su cama y está enterrado en el cementerio municipal de la ciudad de Rivas, en el sur de Nicaragua.
Andrés Villa hace suya la descripción de Marco Gandásegui en la presentación de Runnels el verdugo de Panamá afirmando, “Runnels era un personaje nefasto y representa una de las primeras intervenciones imperialistas norteamicanas en la historia de Panamá”.
La figura de Ran Runnels ha despertado una gran curiosidad. Para algunos fue un héroe para otros un villano despiadado, pero lo que sí es cierto es que este típico cowboy que se paseaba con su revólver Colt Navy 1851 al cinto es uno de los personajes más singulares de la historia panameña del siglo XIX.
Por eso recomiendo muchísimo la lectura de las novelas Runnels el verdugo de Panamá de Andrés Villa, así como El caballo de oro de Juan David Morgan, así como escritos de historiadores e investigadores accesibles por internet y en libros dedicados a la historia panameña.