Golpes o respeto por los niños: ¿Funciona la correa como método de crianza?

“Soy de la vieja escuela en la educación y amo a mi mamá porque usó mano dura para corregirme. De niña no entendía, pero ahora de adulta la entiendo y le doy gracias”, comentarios como este llenaron las redes sociales, luego que se publicara en redes sociales un video de la pastora Keys Lewis, donde hacía un llamado a los padres de familia a usar métodos de crianza basados en regaños y golpes.

“Te soplaban tu gaznatada. Te decían no llores y tu aguantabas, ¿Dónde están esos que le dieron una tanda?”, fueron parte de las frases de la pastora durante su intervención y cuyas palabras recibieron la aceptación de los presentes.

Ante esta publicación que tuvo más puntos a favor que en contra, surge el cuestionamiento: ¿Correa o crianza respetuosa? para educar a los niños.

He aquí la discordia, porque hay quienes opinan que no es necesario llegar hasta este punto para conseguir corregir a los hijos y que sean personas de bien para la sociedad.

Cesar Pérez, psicólogo y experto en familia, explicó a TVN-2.com, que los métodos de educación, formación y crianza de los hijos dependerá de la estructura familiar de donde ellos provengan, si es o no funcional y si es disfuncional.

No obstante, explica que hay familias en las que solo existe uno de los padres y es funcional, porque esta madre o padre, aunque esté sola está formando en valores, educación y en respeto.

Por otro lado, cuando se tiene una familia extendida, es decir, donde otros miembros de esta forman parte de la educación, este chico, seguramente, crecerá con seguridad y autoestima alta.

Educar con respeto

Sin embargo, no considera prudente que la formación sea a base de golpes, sino en respeto y comunicación.

“Cuando un padre comunica y da con el ejemplo una educación, los chicos van a seguir ese camino” recalcó. La crianza dependerá siempre, de la estructura familiar, de la conducta como padres y con ello, se tendrá un hijo bien formado, respetuoso y con proyecto de vida.

El método de corrección agresivo, utilizado por los padres de antaño (golpes con correas, sandalias u otros objetos), y que hoy día algunos padres siguen implementando, a juicio del especialista, no fue lo que formó o no formó adecuadamente a los hijos.

Lo que realmente lograba el objetivo de la formación era el aspecto integral de valores y de comunicación en el cual la familia estaba formada y no disfuncionalmente; era una familia formada en valores, comunicación y respeto.

“Esta formación iba unida con golpes, pero los golpes no eran o son los que realmente formaban, los golpes lo que producían era acrecentar el temor en los chicos”, añadió.

Lo que sí es cierto, es que en las familias de aquellas épocas existía, comunicación, unión y respeto, y se apoyaban en la familia extendida (abuelos y tíos).

La posición de Unicef

El respeto por los niños inicia desde su nacimiento, por lo tanto es importante que para que se conviertan en adultos seguros y con buena comunicación se les eduque en base al buen trato. Filosofía de crianza que es defendida por la Unicef.

"Las personas que tienen a su cuidado a niñas, niños y adolescentes tienen la responsabilidad de protegerles y formarles respetando sus derechos humanos, y por el contrario no deben ejercer maltratos y castigos físicos o humillantes como golpes, azotes, nalgadas, amenazas, gritos, regaños o críticas atemorizantes", destaca el organismo de la Naciones Unidas que promueve el respeto de los derechos humanos de niños y adolescentes.

De acuerdo a un documentos de Unicef, los niños que son educados en base al respeto, crecen con las siguientes características:

• Son cariñosos y comprensivos. 
• Pasan tiempo con ellas y ellos. 
• Conocen su vida y comprenden su conducta. 
• Construyen acuerdos y normas claras. 
• Tienen expectativas de acuerdo con sus capacidades. 
• Tienen apertura para la comunicación. 
• Reaccionan a sus comportamientos aplicando medidas adecuadas y ofreciendo explicaciones.

"El uso de la educación respetuosa no significa promover un estilo de crianza permisivo, tampoco renunciar al papel de autoridad; significa respetar la dignidad de la niña, niño y adolescente en todo momento con límites claros", concluye el documento.