Ganaderos se quejan por 'lentitud' de las autoridades para atacar al gusano barrenador
Gusano barrenador
El 5 de julio el presidente Laurentino Cortizo decretó una “emergencia zoosanitaria”, que implicaba reforzar los puestos de control de movilización del ganado, que se tienen abandonados.
Ciudad de Panamá, Panamá/Vuelo certero. Ganado de la raza cebú y algunos perros han sido las primeras víctimas del resurgimiento en el país de la larva del gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), cuya mosca portadora vuela libremente por todo el territorio, registrando esta semana 188 infestaciones, para un total acumulado de 3,520 casos.
Afectaciones en perros
Las afectaciones en los perros se han dado hasta el momento en las provincias de Los Santos y Chiriquí, situación que este 14 de julio, también se presentó en Costa Rica en el cantón Corredores, provincia de Puntarenas, cerca de la frontera con Panamá, lo que parece indicar que la mosca revolotea a sus anchas, de frontera a frontera.
Un aparente relajamiento sanitario de parte del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), a quien le corresponde la vigilancia zoosanitaria en el país, ha dado al traste con el control que se mantenía de enfermedades como la peste porcina, gripe aviar, leptospirosis, estomatitis, bruselosis y rabia paralítica bovina, a la que ahora se le suma el gusano barrenador, según productores consultados.
Respecto a este último, se informó que desde el 2015 dicho ministerio tiene la responsabilidad de la vigilancia sanitaria, mientras que desde el 2006 la binacional Comisión Panamá- Estados Unidos para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado (Copeg) es la responsable de la franja fronteriza con Colombia y de la planta productora de moscas estériles.
Estas moscas, que ahora se dispersan por todo el país para tratar de controlar la plaga, antes solo eran dispersadas vía aérea desde la parte este de la provincia de Panamá, en toda la provincia de Darién y a 20 millas náuticas dentro del territorio colombiano, en el Departamento del Chocó.
Ganaderos exigen agilizar acciones contra el gusano barrenador
“Notamos como que hay una falencia y una lentitud” en atacar el resurgimiento del gusano barrenador, sostuvo Euclides Díaz, secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan).
Por ello, agregó que este gremio está exigiendo que la Copeg se reúna lo más pronto posible y que establezca un programa que lleve una línea de financiamiento para que pueda accionar, “pues de nada sirve detallar las acciones a tomar si no se establecen costos y cuándo se dispondrá de los fondos”.
Al respecto, Enrique Samudio, director por la parte panameña en la Copeg, informó que actualmente se tiene personal en campo realizando una intensa campaña de educación , investigación y trampeo para la captura de las moscas fértiles.
Ante el relajamiento sanitario, los ganaderos piden establecer un fondo permanente de 10 millones de dólares para atender este tipo de emergencias.
La Cochliomyia hominivorax, o larva del gusano barrenador del ganado, es causa de una miasis cutánea, o sea, de una invasión de los tejidos de los animales por larvas que dañan las pieles, además de que afectan la producción de carne y leche, limitan el comercio de animales y provocan la muerte si no es tratada a tiempo.
Díaz negó que el incremento del “barrenador” ponga en riesgo el suministro de carne y menos un alza en el precio al consumidor, al explicar que generalmente un 70% de la presencia de la larva se da en los terneros a los que no se les cura el ombligo al momento del parto, pero que en los novillos o vacas que están siendo engordadas para el sacrificio “hay una vigilancia más permanente, sobre todo cuando van de salida, de manera tal que no se debe afectar la oferta de carne al mercado”.
Eso, añadió, no será un factor que determine que de un incremento en el precio de la carne al público.
Ante la presencia cada vez más visible del gusano, que podría afectar al hato ganadero nacional estimado en 1.5 millones de cabezas, la Anagan también le exige al ministro de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama, que convoque al Consejo Agropecuario Centroamericano para lograr que todos los países de la región se integren física y financieramente a la ejecución de un programa, “ya que todos están siendo amenazados por el avance del insecto”.
“De la mano del ministro consejero, Carlos Salcedo, el ministro Valderrama está entretenido con una supuesta ley mágica que arreglará el sector, perdiendo de vista el relajamiento que se ha dado en la sanidad animal del país”, sostuvo en tono de disgusto un productor de las tierras altas chiricanas, que pidió reserva de su identidad.
Esto, pese a que el 5 de julio el presidente Laurentino Cortizo decretó una “emergencia zoosanitaria”, que implicaba reforzar los puestos de control de movilización del ganado, que se tienen abandonados.
Ricardo Morcillo, ganadero de la región de Azuero, sostiene que el problema que se está dando es de “credibilidad”, pues poco o nada es lo que se informa, por lo que manifestó que se necesita tener la versión de la parte estadounidense de la Copeg.
Panamá fue declarada técnicamente libre del gusano barrenador del ganado el 12 de julio de 2006, por lo que Morcillo asegura que “nunca debimos pasar nuevamente por esto, que no es más que un descuido total de las autoridades”.
Para Aquiles Acevedo, ganadero de la provincia de Panamá Oeste, el resurgimiento del gusano barrenador se “escapó de las manos”, ya que hay más de 3 mil casos a nivel nacional, cuando el histórico no sobrepasaba los 90 casos.
Lamentó que en julio del 2022 ya se tenían más de 500 casos sin que las autoridades le prestaran la debida atención y que ahora aumenta la incertidumbre sobre cuántos casos se tendrán a final de año.
El gusano “barrenador”, que afecta a los animales de sangre caliente, incluyendo al hombre, debe su nombre a que sus larvas se asemejan a la de un tornillo, con la cabeza plana y el cuerpo cónico rodeado por segmentos con espinas, que dan la impresión de la cuerda de un tornillo, según registra la literatura científica.
Se explica que infesta la parte más profunda de los tejidos vivos como la piel, las cavidades: ocular, oral, nasal, genital y otras, provocando lesiones graves, la pérdida de la función del órgano parasitado y la muerte especialmente en los animales recién nacidos. Si las heridas afectadas no son tratadas dan origen a nuevas reinfestaciones.