Ganaderos panameños no han podido exportar ni un kilo de carne a EEUU
Economía en Panamá
Desde la firma del tratado los únicos beneficiados han sido los importadores, asegura Euclides Díaz, secretario ejecutivo de Anagan.
Ciudad de Panamá/Ni un kilo de carne y menos un ternero o un novillo han logrado exportar los ganaderos panameños a Estados Unidos desde que en 2012 se firmó el Tratado de Promoción Comercial (TPC), aunque desde esa nación se continúa exportando a Panamá una gran cantidad de carne buena, regular y de mala calidad.
Solo a julio de este año han ingresado al país 767.34 toneladas métricas de carne congelada procedente de Estados Unidos, para un importe en dólares de 5,173,503.43, de acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan).
Desde la firma del tratado los únicos beneficiados han sido los importadores, asegura Euclides Díaz, secretario ejecutivo de este gremio, quien los califica de “tramposos”, toda vez que según dijo, “adulteraban los documentos”.
Afirmó que esta situación ha mejorado un poco, ya que la actual administración gubernamental de Laurentino Cortizo Cohen “paró” a los importadores con una medida de certificación en Estados Unidos de la calidad de la carne antes del embarque, a pesar de que en esa nación hay una agencia de inspección certificadora. Importadores contactados declinaron por el momento hacer comentarios al respecto.
Con la entrada en vigencia del TPC en 2012 la carne panameña entró en un periodo de gracia de 5 años, y a partir del 1 de enero de 2017 empezó el periodo de desgravación que termina en el 2026.
Actualmente, el arancel para importar carne congelada procedente de Estados Unidos a Panamá disminuyó del 30% al 17 ½%, mientras que para la carne fresca refrigerada la desgravación pasó del 25% al 12 ½ %.
“Pronto estaremos en 10%, lo cual no protege, y menos en este país donde los importadores son unos verdaderos piratas que aprovecharán cualquier tipo de carne para traer y acabar con la producción local, que tanto trabajo ha costado”, recalcó Díaz.
Afectado en los últimos 5 años por una baja de 150 mil cabezas, producto de la peor sequía que ha tenido el país debido al Fenómeno del Niño, que se extendió desde mediados del 2016 hasta junio de 2018, el hato ganadero tuvo un ligero incremento de 1% en 2020, llegando a un total de un millón 550 mil cabezas.
La carne es uno de los mayores ingresos de los ganaderos, por la cual reciben en el mercado interno un aproximado de 3.55 dólares el kilo en canal, cuando hasta hace poco percibían entre 4.15 y 4.20 dólares, amén de que para vender sus animales solo tienen dos opciones: la empresa Carnes de Coclé y la Subasta Ganadera, según detalló recientemente Luis Martínez, expresidente de la Anagan.
Con la desgravación arancelaria “aquí tenemos un problema en ciernes que ya prontito empezará a sentirse”, afirmó Euclides Díaz, quien aclaró que no es que hasta el 2026 la carne está protegida, pues ese año es cuando hay una cláusula que permite considerar algunas posibilidades para que en determinados productos sensitivos pueda hacerse algún tipo de ajuste.
Indicó que ante el difícil panorama que se les presenta los ganaderos conformaron un grupo, que está en su etapa de organización, para propiciar algún tipo de conversación con las autoridades estadounidenses.
Recordó que en algunas naciones centroamericanas ya llegó al periodo de revisión de sus tratados con Estados Unidos, pero “no les ha ido muy bien”.
El secretario ejecutivo de la Anagan es consciente de que las autoridades estadounidenses encargadas de las entidades que tienen que ver con el libre comercio apuntan a que lo negociado es lo negociado y poco les importa la asimetría, ni el daño que hagan.
La inminente desgravación arancelaria de los productos agropecuarios también mantiene en estado de alerta a los avicultores, quienes desde abril pasado le advirtieron al Gobierno que se corre el riesgo de un aumento en las importaciones, desplazando la producción nacional, que brinda empleo a 240 mil panameños, según la Asociación Nacional de Avicultores (Anavip).
Recientemente, el presidente de este gremio, Luis Carlos Castroverde, explicó que en estos momentos se está en una etapa exploratoria entre los productores y autoridades gubernamentales para evaluar la evolución que tendrá el Tratado de Promoción Comercial con Estados Unidos a partir del próximo año, y las gestiones que deben desarrollarse de manera conjunta para mitigar en el mediano plazo la flexibilización del proceso hacia el libre comercio.
Castroverde coincide con Díaz en el sentido de que a los estadounidenses hay que hacerles los planteamientos políticos, económicos y sociales que justifiquen la adopción de medidas negociadas permanentes para la protección y salvaguarda de los rubros reconocidos como sensitivos.
Los esfuerzos, de acuerdo con la Anavip, deben estar enfocados en demostrarle a Estados Unidos la importancia que tiene la producción primaria de países pequeños como Panamá para procurar la independencia alimentaria y sobre todo garantizar la estabilidad política económica y social que cimientan su democracia en la paz social y en el acceso a un trabajo y sustento digno para los más de 300,000 panameños que dependen de las actividades del agro.
En los potreros y en los corrales las promesas del TPC con Estados Unidos se están convirtiendo en una pesadilla cada vez más cercana, más real.