El dilema de los ganaderos panameños: ¿persistir, cambiar o desaparecer?

Economía panameña

Productores colonenses mejorarán el valor genético de su ganadería bufalina
Productores colonenses mejorarán el valor genético de su ganadería bufalina / Foto/Mida
Julio César Aizprúa - Corresponsal digital
19 de julio 2021 - 06:51

Ciudad de Panamá/Las deudas se acumulan en los potreros. Las tierras puestas en garantía para obtener préstamos podrían cambiar de dueño cuando termine la moratoria bancaria, ante la merma en los ingresos de los ganaderos, que enfrentan dificultades para cumplir con los compromisos financieros adquiridos.

Ante esta realidad, no son pocos los ganaderos que poseen tierras con vocación agrícola y que comienzan a migrar hacia la producción de arroz y maíz, cultivos que incentiva el gobierno de Laurentino Cortizo, y que por el momento les promete una mayor estabilidad económica.

La cifra exacta de esta migración agrícola no se tiene, toda vez que el Instituto de Estadística y Censo retrasó el censo agropecuario, y aunque ahora solo se tienen las cifras de hace 10 años, el secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan), Euclides Díaz, la sitúa en 2%.

Los atrasados números oficiales indican que en 2011 existían en el país 43 mil explotaciones agrícolas dedicadas a la ganadería.

Afectado en los últimos 5 años por una baja de 150 mil cabezas, producto de la peor sequía que ha tenido el país causada por el Fenómeno del Niño, que se extendió desde mediados del 2016 hasta junio de 2018, el hato ganadero tuvo un ligero incremento de 1% en 2020, llegando a un total de un millón 550 mil cabezas.

Uno de los mayores ingresos de estos productores, la carne, hoy día se les paga a 3.55 dólares el kilo en canal, cuando hasta hace poco recibían entre 4.15 y 4.20 dólares, amén de que para vender sus animales solo tienen dos opciones: la empresa Carnes de Coclé y la Subasta Ganadera, sostiene el ganadero santeño Luis Martínez.

Los precios cada vez están más deprimidos. A manera de ejemplo, indicó que un novillo con un peso de 900 libras que se vendía a dólar la libra, hoy día su precio es de 756 dólares, lo que representa una merma de 144 dólares que se necesitan para poder cumplir con los compromisos económicos adquiridos.

Explicó que a un promedio de 15 mil novillos que sacrifican mensualmente están dejando de percibir 2 millones 160 mil dólares, que al año representa unos 25 millones 920 mil dólares.

En tres años de crisis arrastramos pérdidas aproximadas por 760 millones de dólares, “lo que nos golpea enormemente”, indicó el ganadero, señalando que “hay que aprender a competir con esos precios”, aunque recalcó que “no estábamos preparados”.

Con una sociedad golpeada económicamente por la pandemia, la clase media es la que ha sostenido el consumo, acción que ha sido reforzada por los programas gubernamentales, entre ellos Panamá Solidario, que en los últimos 18 meses ha comprado 6 mil cabezas de ganado, lo que representa el 1% de la producción total, manifestó Euclides Díaz, de la Anagan.

Aunque esto no es muy significativo en cuanto a cantidad, Díaz indicó que desde el punto de vista del mercado del ganado en pie ha tenido cierto nivel de impacto, al igual que el programa que otorga 10 centavos de incentivo a la producción de leche grado C.

Pese a estos aportes gubernamentales, el ganadero Luis Martínez clamó por más apoyo, alegando que en el 2026 entran en vigencia los tratados de comercio con Estados Unidos, “y vamos a quedar en cero arancel. Ya estamos en cero arancel con Costa Rica en productos cárnicos. Nosotros nos hemos renegociado ningún tratado y todos están vigentes”.

Mientras que para Díaz el sector está “estable”, para Martínez está “paralizado”, por lo que clamó por el apoyo gubernamental para mejorar la productividad.

Dijo que al parecer el Gobierno no está entendiendo el mensaje. “Pensaron que con la eliminación de la Autoridad Panameña de Seguridad de los Alimentos todo se arreglaba, cuando el problema aquí es propiciar un aumento en la productividad”, sostuvo.

Euclides Díaz afirmó que “nos estamos entreteniendo con las exportaciones”, cuando lo que hay que hacer es fortalecer el mercado interno con un poco más de gestión de venta y de incentivo al consumo, cosa que no se ha hecho con conciencia ni con la regularidad que se requiere.

Paradójicamente, al primer semestre de este año el consumo per cápita de carne deshuesada alcanzó los 12.9 kilos.

El representante de la Anagan manifestó que las exportaciones son para cuando hay excedentes, pues el mercado interno bien trabajado “da mucho más”.

Anteriormente las exportaciones de carne panameña iban dirigidas en un 60% hacia el mercado de Taiwán, que ahora se divide con China, además de Jamaica, El Salvador, Trinidad y Tobago, así como algunos envíos hacia Hong Kong.

La pandemia, según Díaz, le ha dejado lecciones bien claras al sector ganadero de mirar hacia dentro. La perspectiva es buena, se puede seguir trabajando y ofreciendo fuentes de riquezas a las comunidades en donde esta productiva actividad se desarrolla, apuntó.

Para el secretario ejecutivo de la Anagan la ganadería debe encaminarse hacia las parcelas pequeñas, para ser más amigable con el cambio climático y de esta manera terminar siendo una actividad que aporte al mejoramiento ambiental.

En plena temporada lluviosa el ganado continúa pastando en los potreros, mientras que muchos ganaderos se enfrentan al dilema de persistir, cambiar, o desaparecer.

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