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Fricción crediticia: intereses altos persistirán

Economía en Panamá

Imagen de los dólares.
Imagen de billetes de dólar / Foto cortesía: Pixabay

Ciudad del Vaticano, Santa Sede/En el último año y medio, Panamá se ha visto presionada por un aumento en sus tasas de interés. Esto, tanto a nivel público, a través de la deuda del Tesoro Nacional, como a nivel privado, en las tasas que paga la ciudadanía.

Si algo paliaba estas subidas era la expectativa de que el sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos —que determina el precio del dólar— bajaría su tasa de referencia en la segunda mitad del año, pero cambios en la dirección de los vientos macroeconómicos globales han puesto tal expectativa en entredicho.

¿Cómo ha sido la historia de los intereses en Panamá en los últimos 20 años? ¿Qué afectó la posible decisión del sistema de Reserva Federal? ¿Y qué suerte le espera a los deudores panameños? Veamos.

Montaña rusa

Durante los primeros cinco años del siglo corriente —del 2001 al 2005— la tasa de referencia del Sistema Bancario Nacional para el crédito a la construcción promediaba el 8.0%. El año 2000 fue el último año del siglo pasado.

Los bonos que emitía el Tesoro Nacional para esa época pagaban un cupón —interés anual— de 7.6% en promedio.

Los cinco años siguientes —del 2006 al 2010— la tasa del crédito a la construcción promedió el 7.8%. Y el cupón de los bonos del Tesoro bajó a 6.7%.

En 2010, Panamá obtuvo el grado de inversión, primero por la casa calificadora Fitch. Ésta también fue la primera en quitarlo, en marzo de este año.

Entre 2011 y 2015, la tasa del crédito a la construcción promedió 6.3%. Y el cupón de los bonos del Tesoro era de 4%.

Para referencia, una caída de un punto porcentual —un 1%— en el interés de un préstamo de $150,000 a 30 años equivale a cerca de $100 dólares menos a ser pagados en cada letra mensual y varias decenas de miles de dólares ahorrados al final del crédito.

Imagen de la página de la calificadora Fitch
Imagen de la página de la calificadora Fitch / AFP

Del 2016 al 2019, el interés a la construcción se mantuvo cerca del mismo nivel que tenía entre 2011 y el 2015.

Lo mismo sucedió con el interés sobre la deuda pública —en promedio— aunque en esta época se reportaron mínimos históricos.

Por ejemplo, en julio de 2019, el Tesoro Nacional obtuvo $1,550 millones a 3.1%.

Esto implica el pago de $48 millones anuales entre los bono-habientes hasta la fecha de vencimiento de los bonos, el próximo miércoles, 23 de enero de 2030, cuando se pagará el capital prestado.

Entre 2016 y 2019, el cupón promedio del Tesoro Nacional estuvo cerca del 3.9%.

Descoordinación

Año 2020: la pandemia inicia.

En este momento, en muchos sentidos, cambian todas las medidas y relaciones.

La gran cadena de suministro tiembla, elevando costos a lo largo de toda su distancia.

El golpe de timón de la Reserva Federal no es pequeño: entre marzo y mayo de 2020, el suministro de dólares estadounidenses explota, multiplicándose por cuatro: de cerca de $4 millones de millones, se pasó a $16 millones de millones.

Esto se hizo, en parte, bajando su tasa de interés de referencia de 1.5% a casi 0%.

Aún estamos viviendo las consecuencias de esa explosión monetaria. 

Y lo mismo sucedió —en distinta medida— con la libra esterlina y el euro.

Durante este periodo, en septiembre de 2020, el Tesoro Nacional obtuvo $1,100 millones a 2.2%.

Luego, en 2022, el sistema de la Reserva Federal empezó a recoger el exceso de circulante de dólares, que ya estaba empezando a alimentar una inflación insistente.

Entre marzo de ese año y marzo del siguiente —2023— el sistema de la Reserva Federal subió su tasa de referencia de casi 0% a por encima del 4%. Esto fue mucho más rápido que en las dos subidas fuertes anteriores de 2004 y 2016.

La subida de 2022, que llegó hasta 5.5%, se hizo notar inmediatamente en los mercados internacionales.

La misma precipitó cambios urgentes de estrategia en todo tipo de portafolios de inversión y elevó el costo de financiamiento a lo ancho del mundo.

En Panamá, al cierre de 2022, la tasa de interés a la construcción rondaba 6.7%, mientras que el cupón del Tesoro ya iba por 6.4%.

Alarmas ignoradas

Para 2023, era claro que las casas calificadoras nos estaban advirtiendo que nuestra ruta crediticia apuntaba en mala dirección.

En septiembre de ese año, la casa calificadora Fitch cambió su perspectiva de la deuda soberana panameña de estable a negativa.

Una gran expansión del gasto presupuestario en 2024 aumenta el riesgo de deslices […] que podrían resultar en una trayectoria alcista de la deuda pública,” dijo Fitch ese mes.

Múltiples reformas serán requeridas para asegurar la sostenibilidad del sistema. No obstante, ha habido poco progreso en formar un consenso político alrededor de tales reformas y la administración actual ha enviado señales de su renuencia a efectuarlas”.

El gasto público está siendo presionado por costos más altos de interés [y] el presupuesto [para 2024] asume una sub-ejecución en un año de transición gubernamental”.

Fitch concluyó su reporte augurando que el país no logrará cuadrar sus cuentas fiscales al cierre de 2024.

Poco es necesario comentar que la administración pública no corrigió su rumbo.

Y, en consecuencia, como se mencionó, Fitch quitó el grado de inversión a Panamá en marzo de este año.

Tormenta perfecta

Menos confianza en el país es igual a un financiamiento nacional más caro.

El bono más reciente de Panamá paga un cupón de 7.8%, nivel no visto desde 2004.

La tasa de interés a la construcción ya va por 7.5%.

Una de las esperanzas es —mejor dicho, era— que el sistema de la Reserva Federal bajaría sus intereses durante el 2024.

Tal bajada habría suavizado un poco la presión financiera, ayudando a mitigar el impacto de la pérdida del grado de inversión sobre la economía, pérdida que terminó también afectando a empresas privadas.

La Reserva Federal.
La Reserva Federal. / AFP

El panorama cambió rápido.

Incluso para febrero de este año —a pesar de lenguaje muy cauto por parte de los gobernadores de la Reserva Federal— los mercados de valores estadounidenses esperaban —en agregado— que la tasa de referencia de su banco central estaría en 4.5% al inicio del segundo semestre.

Estudios de la Superintendencia de Bancos y la base de datos El Tabulario sugieren que las tasas bancarias de Panamá estarían ligadas a aquella del sistema de la Reserva Federal, con una diferencia de seis meses.

Para Panamá, tal reducción de tasa habría sido una ayuda seis meses después, entrando en el 2025, primer año completo de la nueva administración presidencial y —quizás— de un nuevo rumbo macroeconómico.

No obstante, reportes económicos domésticos en Estados Unidos estarían enviando todas las señales al sistema de la Reserva Federal para que aún no baje sus tasas, con los mercados de valores estadounidenses ahora esperando —en agregado— que la tasa se mantenga cerca del 5% incluso hasta enero del 2025.

Financiamiento

Todo esto implica que será más caro, tanto para el país como para sus ciudadanos, conseguir dinero, al menos en el corto y mediano plazo.

Esta realidad golpea a todos: ministerios con carteras de proyectos, familias con planes de vida, empresarios con ideas por desarrollar, jóvenes con ganas de estudiar y la lista continúa.

¿Cómo hará la sociedad panameña —país y ciudadanos— para enfrentar esta fricción crediticia en el camino a sus aspiraciones? ¿Y cuáles políticas públicas podrá adoptar el país, no solo para dar liquidez a las necesidades inmediatas de crédito, sino también para solventar a largo plazo la situación financiera del país?

Siendo tiempo de elecciones, es el mejor momento para hacer estas preguntas.

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