El fotógrafo de Natá que inmortalizó imágenes de este pueblo que cumple 500 años

500 años de Natá

Natá de los caballeros, la segunda ciudad levantada sobre el litoral del Pacífico, cumple 500 años de fundación.

Dentro del marco de la celebración de los 500 años de Natá se presentará un video con las fotografías de Raúl Vásquez Calderón.

Fotografía de la visita del arzobispo a Natá en enero de 1932 de Raúl Vásquez Calderón. / Raúl Vásquez Calderón colección familia Méndez Vásquez

¿Se imaginan atravesar Perú, Ecuador y Colombia hasta llegar a Panamá caminando?

Pues este fue el camino que hizo el señor Eloy Belmont Ardilas, en 1931 cuando recorrió más de cinco mil kilómetros a pie. Salió de La Paz en Bolivia hacia Nueva York en Estados Unidos.

A Natá llegó 14 meses después de su partida el 11 de marzo de 1931, tal y como lo registró el lente de Raúl Vásquez Calderón quien inmortalizó la visita, hace 90 años, de Belmont el 21 de mayo de 1932 en Natá.

Lo interesante de esta historia es que Vásquez Calderón era un fotógrafo aficionado, cosa bastante singular en esos tiempos y en la ciudad de Natá.

Aunque ya para 1930 la fotografía empezaba a estar disponible para las masas con la introducción del color y la reducción significativa del tamaño de las cámaras, que de enormes artefactos de madera se había convertido en pequeñas cajas de aluminio que rápidamente se popularizaban.

Panamá no era la excepción. Nombres como Santiago León, Edward Bennet, Virgilio Cedeño, John Fred Flatau, entre otros, surgieron y establecieron estudios fotográficos para atender la demanda, explica Mario Lewis Morgan en su escrito “La fotografía en Panamá”.

Sin embargo, la actividad parecía estar centrada principalmente en las ciudades de Panamá y Colón.

En la foto vemos a Raúl Vásquez Calderón (d) junto a Eloy Belmont Ardilas. La foto fue tomada en Natá el 21 de mayo de 1932. / Colección familia Méndez Vásquez

Un fotógrafo en Natá

Raúl Vásquez Calderón ha dejado a su familia una interesante colección de fotografías tomadas por él en Natá y sus alrededores desde finales de la década de 1920 hasta la mitad del siglo pasado.

La enorme colección consta de más de mil registros fotográficos entre fotos ampliadas y negativos que la familia se ha dispuesto a recuperar para no solo preservar el legado de un padre y abuelo, sino para ofrecer a la comunidad de Natá esa memoria histórica que cuenta el desarrollo de una pujante sociedad.

En esta colección se muestra principalmente a la gente de Natá. Vemos sus tradiciones religiosas, acontecimientos políticos, eventos sociales, paisajes naturales y escenas cotidianas y familiares que nos ayudan a conocer las características y rasgos de la sociedad en esa época.

Era muy frecuente que hiciera excursiones a regiones cercanas para fotografiar los hermosos paisajes naturales que rodaban a Natá en esos tiempos.

Dentro del marco de la celebración de los 500 años de la fundación de Natá de los caballeros se presentará hoy viernes 20 de mayo a las 9:30 de la mañana un video en la Casa Municipal que contiene una selección de fotos de la ciudad captada a través del lente fotográfico de Raúl Vásquez Calderón.

Fotografía de Raúl Vásquez Calderón de la construcción de la Casa Municipal de Natá en 1935. / Colección familia Méndez Vásquez

Un ciudadano de su época

De acuerdo con su nieto Raúl Méndez Vásquez, su abuelo nació en 1900 en Natá. A los 22 años se graduó de la Escuela de Artes y Oficios como plomero, sin embargo, su interés estaba en la electricidad, así que utilizando la revista Mecánica Popular estudió por correspondencia hasta adquirir los conocimientos necesarios para considerarse un profesional.

A esto se dedicó con entusiasmo compartiendo su vida profesional y familiar con sus pasiones artísticas: la fotografía y la música, ya que también era un virtuoso de la guitarra y la mandolina, y llegó a componer algunas populares piezas como el pasillo Melidita, inspirado en su hija.

Cuenta Méndez Vásquez, que” sus hijos Héctor, Aida, Mélida y Raulito emularon a su padre, cada uno desde su visión. Así, por ejemplo, Héctor mecánico de formación llegaría a ser alcalde de Natá en 1982; Aida incansable cooperadora en la mejora de su comunidad Capellanía; Mélida dedicó su vida a la formación en ética y moral de generaciones de jóvenes en el Colegio Mariano Prados de Natá. Raulito encontró en el periodismo su pasión e inspirado por profesor Gil Blas Tejeira, del que llegó a ser su mano derecha, fortaleció su deseo de servir a los más necesitados con su ágil pluma, tal como lo haría el Caballero Esplandián”.

"Cuando era niño, disfrutaba muchísimo cuando mi abuelo tocaba la guitarra, lo hacía muy bien, por eso todo el tiempo lo buscaban para dar serenatas y también para enseñar. Y las fiestas en el portal de su casa en Penonomé eran memorables, duraban toda la noche y la música no paraba hasta el amanecer”, recuerda Raúl Méndez.

La pasión de Raúl Vásquez por la música y la electrónica lo llevó a ser el representante de la famosa compañía discográfica y fabricante de radios RCA Víctor en la década de 1930. Al disponer de estos aparatos, cada domingo llevaba su radio al parque de Penonomé para que la gente escuchara las noticias y los programas de entretenimiento después de la misa.

También compró dos pianos para alquilarlos a los artistas que desde la capital se presentaban en ciudades como Penonomé. En esa época el viaje tenía que hacerse en embarcaciones y era imposible transportar los enormes instrumentos musicales sin que se desafinaran, como es el caso de los pianos. Así que él los transportaba desde su casa al lugar de actuación y los afinaba.

Don Raúl Vásquez, dedicó la primera parte de su vida a Natá. La fotografía y un espíritu inquieto le permitieron a tener una idea profunda de las necesidades de la comunidad.

En su deseo por mejorar la calidad de vida de los natariegos llega a la alcaldía en la década de 1930, y su vocación de servicio público lo empuja a llevar a cabo varias obras públicas que se mantiene vigentes y activas en la actualidad.

Es así como se enfrasca en la construcción del mercado público y la Casa Municipal. Se hacen trabajos de rehabilitación de la iglesia y se ponen en marcha acciones de mejora y diseño de la actual Plaza Urrutia con bancas, árboles y áreas verdes para el disfrute de la comunidad.

Fotografía de Raúl Vásquez Calderón de la visita del presidente Harmodio Arias a Natá en marzo de 1935. / Colección familia Méndez Vásquez

Los 500 años de Natá

En el día de hoy Natá de los Caballero cumple 500 años de su fundación, siendo la segunda población más antigua del litoral pacífico americano después de la ciudad de Panamá.

Fue fundada por Pedro Arias Dávila el 20 de mayo de 1522 bajo el título de Alcaldía Mayor y abarcaba desde lo que hoy es Chame hasta los límites con Veraguas. Estuvieron bajo su jurisdicción durante años Penonomé, Olá, Antón y Parita.

Se nombre en honor al cacique Natá, que gobernaba el área y “de los caballeros” por la llegada de 100 caballeros españoles enviados por Carlos V, Rey de España para conquistar, manteniendo el dominio sobre los indios y conservando la cultura hispana, así como propagando la fe católica.

De acuerdo con Alfredo Castillero Calvo en la Nueva historia general de Panamá, “Natá pues, se convirtió en centro agropecuario y en punta de lanza hacia los promisorios yacimientos de oro de Veraguas”.

Foto de Raúl Vásquez Calderón del proceso de planificación de parque de Natá en 1934. / Colección familia Méndez Vásquez

Legado colonial

Entre las joyas coloniales de la ciudad de Natá se encuentra la basílica Santiago Apóstol.Aunque no se sabe la fecha exacta de su construcción se cree que empezó cuando Pedrarias instaló una gran cruz de madera en el punto donde se alzaría la obra.

De acuerdo con Orlando Acosta en el artículo “Natá, más de 500 años de historia” publicado en El Faro, “La iglesia es el legado hispánico monumental de Natá. La iglesia de Nata fue consagrada al Apóstol Santiago y tiene el mérito de ser la iglesia más antigua de América, aún en uso. El edificio de la iglesia fue declarado Monumento Histórico Nacional, mediante la Ley 68 de 1941. Hoy es uno de los edificios emblemáticos de la ciudad junto con la capilla de San Juan de Dios. Los dos edificios y el trazado urbano es lo que perdura como parte de la herencia hispana; sin embargo, Natá es más que una iglesia”.

Destacan de su construcción la alta torre, desde la cual se puede ver Natá, Aguadulce y parte de la Cordillera Central a lo lejos. Así mismo se destaca el altar mayor y los altares menores.

Se dice que la torre fue utilizada como punto estratégico de observación militar por los españoles. Los estilos barroco, plateresco y churrigueresco se combinan en este monumento nacional.

Celebrar los 500 años de fundación de Natá de los caballeros es una gran oportunidad para conocer y valorar el rico patrimonio y la contribución del mismo a la construcción de la identidad nacional.

Temas relacionados

Si te lo perdiste
Lo último