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El fallido plan de la CSS para 'rescatar la entidad' antes de reformar el IVM

Situación CSS

El ex subdirector de la CSS, Francisco Bustamante, reveló en exclusiva en qué consistía el plan que quiso llevar adelante en la entidad. La propuesta, que nunca llegó a la Asamblea por falta de consenso con el Ejecutivo, buscaba crear una “institución confiable, eficiente, solvente”, para luego “poder convencer a la ciudadanía de la necesidad de cambios paramétricos”.   

Caja de Seguro Social
Caja de Seguro Social / TVN Noticias

Ciudad de Panamá, Panamá/El pasado 18 de octubre, el director de la Caja de Seguro Social, Enrique Lau, pidió a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que venga a Panamá a “sustentar” el estudio que hizo por encomendación del Mitradel sobre el sistema de pensiones panameño. Lau se quejó en televisión del estudio: “No es suficiente que la OIT nos haga un diagnóstico. Nosotros también queremos que nos digan qué alternativas nos quedan”.

Pero en líneas siguientes, Lau reveló que “la Caja tiene sus estudios…por supuesto que lo hemos estudiado…pero ni me pregunten que no lo voy a decir porque tenemos la responsabilidad de dar un ambiente equilibrado, sosegado para que todos los actores puedan concurrir sin sesgos y ponernos de acuerdo los panameños”.

Leyendo entre líneas las declaraciones del Lau y sumándolas a las del economista y ex sub-director de la entidad, Francisco Bustamante, quien justificó su renuncia aduciendo que lo habían dejado sin norte y objetivo, es claro que la administración de la Caja tiene mayor información de la que hasta ahora ha revelado sobre la crisis del subsistema de beneficio definido y una eventual y necesaria reforma del IVM. O quizás –otra lectura entre líneas- es que la CSS no esperaba soluciones de parte de la OIT, sino el sello de legitimación del organismo para implementar su propia receta.  

Bustamante, quien al principio declinó comentar sobre el objetivo fallido que lo llevó a renunciar, reveló por primera vez la tarea que no pudo ejecutar en la CSS.

Se trataba de un plan de reformas y modernización que tardaría tres años y que serviría para fortalecer las finanzas, los procesos de compra e inventario de medicamentos, la modernización de los sistemas informáticos y el mejoramiento de sistemas de cobros de cuotas. Todo ello permitiría, según Bustamante, convencer posteriormente a la población de la necesidad de cambios paramétricos. Aunque justamente los cambios paramétricos fueron descartados por el presidente Cortizo antes de que se instalara el diálogo por la Caja de Seguro Social.

El economista contó que el equipo técnico de la Caja -que inició labores en enero 2019- presentó una propuesta a fines de ese mismo mes para modernizar los sistemas informáticos y los procesos “como condición necesaria para poder implantar la reforma de la Caja”. Esta propuesta consistía “en recuperar las inversiones hechas en informática, mediante la adquisición de un SIPE que se comunicara con el Safiro, Sistema de Administración Financiero, la migración de los datos del Mainframe al Safiro mediante el SIPE (Sistema de Ingresos y Prestaciones Económicas). El Safiro podría generar los estados financieros debidamente construidos sin intervención manual. También contemplaba la revisión de las cuentas pendientes con la empresa poseedora de la plataforma SAP, que es en la que corre Safiro”.

La actualización informática -o lo que algunos llaman interconexión, más bien- devendría en una mejor planificación de la demanda de medicamentos, citas médicas y servicios conexos, explicó Bustamante.

Otro rubro que consideraba el plan de rescate era el de fortalecer el brazo financiero de la entidad. Para ello, dijo el ex funcionario, el borrador de la propuesta consideró “la necesidad de contar con un banco propio”. En consecuencia, una idea surgida en las discusiones del grupo fue el de adquirir la Caja de Ahorros como banco de los trabajadores, y a través de éste, gestionar los recursos de la Caja, mismos “que se siguen administrando en hojas de Excel”. Y se consideró un subdirector para Servicios Médicos y otro para Servicios Administrativos y Finanzas.

Pero, ¿Cómo se pretendía resolver el déficit del subsistema de beneficio definido?. De acuerdo a Bustamante, para hacerle frente a las pensiones “se consideraba un préstamo del Subsistema Mixto al Subsistema de Beneficio Definido, llamado solidario, con garantías de bonos de la Nación a favor del Mixto”. Y, para financiar el pago de los bonos, agregó Bustamante, “se analizó la posibilidad de que se aumentaran algunos impuestos” para financiar el déficit y  los bonos de garantía a su vencimiento.

Además, parte del plan incluía fortalecer la administración de ingresos, de las cuentas por cobrar, de los aportes tanto de trabajadores como de empleadores, entre otros.

Como las modificaciones implicaban cambios en la Ley Orgánica, Bustamante advirtió que se introdujo la “posibilidad de un título constitucional” para la CSS, propuesta que presentaron ante la Comisión de Reformas Constitucionales que creó Cortizo en el alba de su mandato, pero que “hasta donde supimos”, no fue incluida en el borrador de las reformas que se enviaron a la Asamblea. Este paquete de reformas fue ampliamente rechazado en las calles con protestas que obligaron al Ejecutivo a retirarlas, sorteando la crisis con el diálogo del Bicentenario.

El plan de rescate allanaría el camino para reformar posteriormente el programa de Invalidez, Vejez y Muerte. En palabras de Bustamante, “había que crear una institución confiable, eficiente, solvente, de manera tal que cuando se analizaran las opciones de reforma, pudiera convencerse a la ciudadanía de la necesidad de los cambios paramétricos”.

Con base en las corridas que realizaron para evaluar la profundidad de los cambios, Bustamante patentizó en primer lugar que “en todos los escenarios resultó que a mayores cambios en las paramétricas, menor era el peso en las finanzas públicas para absorber el déficit de pensiones”, y en segundo lugar, que “de no hacerse ajustes paramétricos, la carga total del déficit tendría que ser absorbida por el Gobierno Central”. 

El plan no llegó a presentarse como una propuesta formal porque “no fue posible consensuar con el gobierno central”, concluyó el ex subdirector de la CSS.

El diálogo instalado se estancó esperando el informe de la OIT. En el camino el gobierno aseguró que no tenía “capital político” para llevar adelante la reforma del sistema de pensiones, por lo que “le quedaría al próximo gobierno”.

Se consultó a la CSS por los estudios a los que se refirió el director de la entidad, Enrique Lau, pero al cierre de esta nota, no se obtuvo respuesta

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