La Exposición y Bella Vista, barrios con historias aún por contar
Historia en Panamá
Cuando caminamos por la cinta costera parece que ese paisaje junto al mar siempre fue así. Como toda la ciudad de Panamá, el área de la bahía y sus zonas residenciales también han sufrido una dramática transformación en las últimas décadas.
Afortunadamente todavía quedan rastros de los maravillosos barrios de La Exposición, todavía considerado uno de los mejores de la ciudad; y de Bella Vista, son dos ejemplos de urbanización que nos hablan de una propuesta arquitectónica, espacial y cultural que sigue siendo un referente importante en cuanto a planificación urbana y visión de modernidad.
La Exposición barrio histórico
Vamos a recordar un poco. Lo que conocemos como La Exposición fue un ensanche a partir de la Exposición Nacional de Panamá concebida por el presidente Belisario Porras en 1912 “para celebrar la hermandad hispánica y el cuarto centenario del avistamiento del océano Pacífico”.
Aunque se colocó la primera piedra el 25 de septiembre de 1913, La Exposición no fue inaugurada hasta el 6 de febrero de 1916. Sin embargo, como bien explica el arquitecto Eduardo Tejeira Davis en el libro Panamá Cosmopolita, “la construcción y expansión no terminan en 1916. El área se empezó a desarrollar como un verdadero ensanche y se trazaron nuevas calles para ampliar la retícula. Las avenidas Ecuador y Perú se convirtieron en alamedas pensadas para una arquitectura residencial de alto costo”.
Si caminamos por este barrio, que originalmente contaba con 14 manzanas grandes y amplias calles, encontramos varios edificios, espacios y monumentos del conjunto original que han sobrevivido como la Gran Plaza, primero Parque Cervantes y luego Parque Porras, el palacio de España, actual embajada de ese país y obra del arquitecto panameño Florencio Harmodio Arosemena; así como también los palacios de Gobierno y de Bellas Artes, actualmente ocupados por la Gobernación y Procuraduría respectivamente y que fueron obra de los arquitectos estadounidenses H.G. Heath y James C. Wright y terminados en 1914.
La casa de Belisario Porras
Un detalle curioso del área y que poca gente conoce es que el propio presidente Porras levantó su residencia frente a la gran plaza de La Exposición. Ubicada en avenida Perú y calle 33 fue construida entre 1921 y 1922. De apariencia “hispánica” es obra del arquitecto Leonardo Villanueva Meyer quien escogió un lenguaje ecléctico donde predominan detalles de inspiración plateresca.
“Fue una de las primeras residencias suburbanas de volumetría pintoresca e irregular. Destaca la torre esquinera, que guarda un interesante parecido con la torre de la catedral de Panamá Viejo”, destaca Tejeira Davis en Panamá: Guía de arquitectura y paisaje.
En la actualidad es la Procuraduría General de la Nación.
En esta guía de arquitectura y paisaje, se recogen otros hitos arquitectónicos importantes y destacados en el área como el edificio de Archivos Nacionalesde Leonardo Villanueva Meyer, elInstituto Conmemorativo Gorgas de James C. Wright y Ernesto Jaén Guardia. Así como varias viviendas particulares.
Ya para la década de 1920, como señala Tejeira Davis, “empezó a popularizarse la casa unifamiliar aislada en La Exposición y Bella Vista, con bungalows sin grandes pretensiones, casas bajas, muchas veces en madera, y con grandes techos y porches. Sin embargo, la clientela adinerada pasó después a proyectos más ambiciosos y rechazando la madera, ya que se asociaba a la discriminada comunidad afroantillana”.
También hay que destacar que, aunque ciertas calles del barrio inicial eran puramente residenciales, La Exposición siempre fue un barrio de uso mixto: con iglesias, templos, comercios, viviendas, hospitales, parques e instituciones públicas de índole varia.
Avenida Balboa
Sin embargo, hay coincidencia al afirmar que el hospital Santo Tomás fue el “el proyecto arquitectónico más importante del último periodo presidencial de Belisario Porras”.
Su construcción empezó en 1920 y el arquitecto James C. Wright “aprovechó las adaptaciones tropicales del Neoclasicismo”, agregó en la parte frontal del edificio un solar con vistas al mar, y al otro lado de la avenida Balboa, un mirador al océano donde se colocó el monumento a Vasco Núñez de Balboa de los españoles Mariano Benlliure y Miguel Blay. Fue una donación en 1921 del rey Alfonso XIII de España al gobierno del presidente Porras.
La estatua fue inaugurada el 29 de septiembre de 1924.
Como comenta Álvaro Uribe, ya para los años 40 se empieza la construcción de la avenida Balboa con un tramo de varios metros que cubría desde el restaurante Boulevard Balboa hasta donde estuvo la antigua Embajada de Estados Unidos. Ya se le habían colocado dos vías de cuatro carriles con isleta verde en el medio, un patrón que se mantuvo a lo largo de todo el recorrido costero y que permaneció durante el siglo XX.
A principios de esa década se ubica en los terrenos de Vista de Mar la Embajada de los Estados Unidos, lamentablemente el edificio fue demolido hace varios años. Frente a él se desarrollo, más o menos en esa misma época el parque Anayansi en homenaje a la supuesta compañera indígena de Balboa. Este parque fue muy popular y era conocido como el “parque de los enamorados”, también fue destruido.
Bella Vista un barrio en permanente transición
De acuerdo con el arquitecto urbanista Alvaro Uribe, “Bella Vista se construyó en dos épocas: en 1913 y en 1928. La primera parte, entre la Vía España y el mar y las calles 43 y 45, le dio a la ciudad el parque Urracá y propició el barrio de La Exposición en 1916. La segunda, a ambos lados de la Av. F. Boyd, favoreció la aparición de los barrios de La Cresta en 1930, Campo Alegre en 1943 y Marbella en 1972. Principalmente por su ubicación y un poco por su trazado, Bella Vista ha experimentado una continua transformación de usos de suelo, desde residencial de baja densidad, a usos mixtos, mayor densidad y altura, claramente a partir de los años 1970, que ha ido sustituyendo los chalets originales del barrio de 1913 en grandes edificios de apartamentos que aún se construyen; por su parte, el sector de 1928, se convirtió en una zona de apartamentos, con una concentración bares, restaurantes y discotecas en torno a la calle Uruguay, que todavía va a conocer nuevas modificaciones en los próximos años. En síntesis, es un barrio en permanente transición”.
Pero ¿Cuáles son las características que lo hacen tan particular?
Para el urbanista, fue el barrio que marcó la expansión de la ciudad hacia el este, a 3 kms de la ciudad del intramuros, a partir de 1913.
También fue el primer ejemplo de lo que ahora se conoce como desarrollo urbano orientado por el transporte colectivo (DOT), mediante el tranvía Catedral-Miramar, que lo acompañó desde el principio.
En este punto es importante destacar que el tranvía salía de la Avenida Central en San Felipe hasta La Sabana (Pueblo Nuevo), pero tenía ramales. Uno era hacia el edificio del Casino en La Exposición y en la calle 34 giraba hacia el Hospital Santo Tomás en la avenida Balboa y Bella Vista. El servicio del tranvía duró hasta mayo de 1941.
Arquitectura bellavistina
Desde el punto de vista de planificación, en Bella Vista se realizó un diseño de urbanización en manzanas rectangulares (como las de Marañón) que se dividieron en lotes individuales y facilitaron la creación de dos nuevos productos inmobiliarios: primero la vivienda unifamiliar aislada -el chalet- y, desde 1935, el edificio de apartamentos.
Algunos de estos edificios de apartamentos se destacan por sus rasgos arquitectónicos como por ejemplo los edificios Sousa e Hispania detrás de Parque Urracá. Fueron construidos respectivamente por Julio N. Sousa y por el conocido estadista Ricardo J. Alfaro. Un detalle importante es que el archivo histórico de Alfaro está en la planta baja de este edificio.
Los dos fueron diseñados por Wright & Schay con conceptos similares. Según Tejeira, “ambos edificios presentan volumetrías muy complejas y una plétora de detalles pintorescos: revestimientos que parecen calicanto colonial; barrotes torneados; aleros de teja”.
Desde el punto de vista arquitectónico Samuel Gutiérrez lo describe como “un amable urbanismo: amplias avenidas y calles arboladas, las casas con techos de tejas, arcos en las puertas y ventanas, discretos balcones, rejas decorativas de hierro, y una aplicación extensiva de detalles arquitectónicos a manera de vestidura estilística, como era corriente en esa época”.
Se trataba de lo que se conoció como español californiano, que le dio a estar urbanizaciones un especial carácter, unidad e identidad, elementos que definieron la arquitectura de un período conocido como bellavistino.
Hoy estos barrios están gravemente amenazados por la destrucción y el crecimiento desordenado de la ciudad, por lo que urge tomar decisiones para protegerlos ya que forman parte importante del patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad.
Como dice el arquitecto Uribe, "La Exposición ha sido uno de los mejores proyectos de diseño en la historia de la ciudad, tanto en lo económico como en lo urbanístico. El barrio está ahí para demostrarlo, con su trazado abierto, ordenado y generoso, atributos que le permiten adaptarse a cualquier exigencia contemporánea".
De momento les invito a visitarlos, a caminar por sus calles para disfrutar de esa generosidad para así construir nuevas historias.