Exportación de cebolla a Costa Rica desabastece el mercado local
Exportación cebolla
Ciudad de Panamá, Panamá/Sin llanto. A pesar de que este año se sembró menos cebolla, los productores chiricanos de Tierras Altas y de las provincias de Herrera y Los Santos exportaron el bulbo hacia Costa Rica, lo que está causando un desabastecimiento en el mercado nacional.
La exportación hacia el vecino país obedece a los bajos precios que localmente ofrecen los intermediarios y los supermercados, quienes compran el quintal de esta hortaliza en aproximadamente unos 30 a 40 dólares, lo que no es rentable para los cebolleros, afirmó Edwin Pérez, presidente de la Asociación de Productores de Cebolla de Azuero.
A principios de este mes de mayo el Ministerio de Desarrollo Agropecuario anunció que a través de sus técnicos de Sanidad Vegetal apoyó la exportación de un contenedor con 23,000 kilogramos del bulbo hacia el lado tico.
“Son los intermediarios y los supermercados, que actúan como tal, los que definen el precio de esta hortaliza, a pesar de los esfuerzos de los productores por tratar de recibir precios justos”, afirmó Pérez.
Sobre este punto, desde la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares de Panamá (Acovipa) se informó que se tuvieron reuniones productivas con los cebolleros de Azuero, aunque desafortunadamente no hubo un consenso en el precio de compra.
Los miembros de la Acovipa basaban la compra en los precios internacionales, mientras que los productores lo hacían en los precios nacionales, lo que daba una diferencia de al menos 10 dólares por quintal.
“Aquí se pudo comprar toda la producción”, afirmó Rodolfo Adames, presidente de la Acovipa, quien no dudó en afirmar que en medio de las negociaciones surgió lo que llamó el “fuego amigo” desde Tierras Altas, que mediante anónimos y desprestigio a su gremio y a otros profesionales motivó que los asociados se apartaran y dejarán a la libre la negociación netamente comercial.
Confió en que a futuro esta situación mejore y todos vuelvan a sentarse tarde o temprano para poder retomar la producción nacional, donde se busque el beneficio de los consumidores.
“Muy a mí pesar, lamento que ese fuego amigo interrumpió las negociaciones que llevaban un buen camino”, apuntó Adames, quien agregó que la exportación es el camino, pero siempre garantizando la seguridad alimentaria local.
Por su parte, Pérez aseguró que hoy día la poca cebolla que se encuentra en las estanterías de los comercios es la que se siembra en Natá, provincia de Coclé, pero que en los campos la misma se está “pudriendo” por las primeras lluvias que han caído y por la mala calidad de la semilla utilizada.
En Panamá producir un quintal de cebolla tiene un costo cercano a los 25 mil dólares la hectárea, para un rendimiento de 700 a 800 quintales por hectárea, mientras que al consumidor se le vende entre 1.25 y 1.30 la libra.
El bulbo se siembra en secano al iniciar las lluvias entre mayo y junio, y con riego durante todo el año, aunque solo un 0,4% de la superficie sembrada se produce bajo este sistema, de acuerdo con la información oficial.
Se cultiva en todo el territorio nacional, aunque la mayor producción se da en las provincias de Chiriquí, Coclé y Herrera.
Desde las áreas cebolleras de la provincia de Chiriquí se informó que el desabastecimiento es cada vez más notorio, con el inconveniente de que actualmente no se puede importar el bulbo, por encontrarse el país en su última etapa de cosecha.
Pedro Acosta Insturaín, presidente de la Unión Nacional de Consumidores de la República de Panamá (Uncurepa), confirmó que la escasez se debe a que una gran parte de la cebolla de buena calidad que se produce en el país se está yendo para Costa Rica, “lo que nos abre un hueco acá, porque no ha salido la que aquí se produce”.
Instó a los miembros de la cadena agroalimentaria de este rubro a incentivar planes tendientes a lograr una mayor siembra y a que se paguen precios justos a los productores para evitar la escasez, que recordó propicia la especulación.
No obstante, en este último aspecto aclaró que “no hay ninguna ley ni ninguna norma que obligue a comprar o vender la cebolla a un precio determinado”.
El presidente de la Uncurepa hizo un llamado a preservar la seguridad alimentaria para garantizar la demanda nacional.
“Esto que pasa con la cebolla solo es el primer ejemplo de la ineficacia de la tan cacareada ley protectora de Política Agroalimentaria de Estado (Pade) de la administración Cortizo, que declara como prioridad nacional la producción agropecuaria para asegurar la seguridad y soberanía alimentaria”, comentó por su parte una fuente del Ministerio de Desarrollo Agropecuario.
Adujo que curiosamente los productores de Tierras Altas, que “en primera fila” defendieron a capa y espada la también llamada ley del “Pade…spués”, así como la política agrícola de “Cortizo y su combo”, fueron los primeros en enviar cebolla a Costa Rica, desabasteciendo el mercado local.
Además de la cebolla, en el lado tico también hay una pobre producción de papa y zanahoria, productos que de acuerdo con el informante, que por la posición que ocupa prefirió el anonimato, “no se extrañen si empiezan a escasear”.
Lejos del “Pade…spués”, productores consultados indicaron que cifran sus esperanzas en el apoyo que les pueda brindar la gestión del nuevo presidente de la República para el periodo 2024-2029, José Raúl Mulino.
En su discurso de proclamación, Mulino se comprometió a “designar un gabinete, un grupo, un consejo asesor agropecuario, para que siempre el sector agropecuario esté cerca de mi gestión, pudiendo resolver los problemas que tanto lo agobian”.
El mandatario electo insistió durante su intervención en la necesidad de salvar al sector agropecuario “de sus limitaciones, poniéndolo a producir comida, granos para el mundo, a través de los incentivos necesarios para que siembren más, vendan más aquí y exporten más allá”.