Estudian presente y pasado de la recuperación de los bosques secundarios en Coiba
Un investigador panameño trabaja en un proyecto científico que estudia la dinámica de los bosques secundarios de Coiba, tomando datos del estado actual de la vegetación leñosa y de su pasado, 100 años atrás.
Coiba, Veraguas/Un bosque secundario es definido como una vegetación leñosa que se desarrolla en un terreno determinado tras la eliminación de la vegetación original, campo de estudio científico que está siendo abordado actualmente en el Parque Nacional Coiba por un nuevo proyecto de investigación.
"Recuperación de la diversidad y biomasa vegetal leñosa en bosques secundarios según sus historias de uso del suelo en Coiba", es el nombre del proyecto científico que tiene entre sus objetivos suministrar datos sobre cuáles usos de suelo en el pasado de Coiba resultaron "en un presente con bosques en mejor o peor grado de recuperación y con ello orientar la toma de decisiones y la administración territorial", apunta el ecólogo forestal Edgardo Garrido Pérez, líder de la iniciativa en calidad de investigador asociado de la Estación Científica Coiba AIP.
El proyecto, explica el doctor Garrido Pérez, cuenta con un periodo estimado de ejecución entre 2023 y 2024 para la parte del trabajo de campo en el que se desarrollará un inventario de bosque. "Ya se hizo alrededor de la mitad del trabajo y con ello estamos diagnosticando el presente de los bosques secundarios de Coiba", detalla el investigador.
Pero, destaca Garrido Pérez, el estudio también irá atrás en el tiempo, más de 100 años, para abarcar el periodo entre 1919 y 2004, en el que Coiba funcionó como una colonia penal. "Para entender los bosques secundarios es muy importante buscar datos sobre la historia del uso que el ser humano le dio a esos bosques; queremos reconstruir la historia de la utilización agropecuaria de los terrenos que hoy son ocupados por los bosques secundarios en Coiba y cómo, a partir de 2004, con el cierre de la cárcel, y desde unos años antes con la creación del parque nacional, poco a poco fue cambiando el uso del suelo en el lugar, pues la historia de los bosques secundarios, bosques en general y la historia ambiental de Coiba no se detuvo en 2004, sigue y está en pleno desarrollo", argumenta.
De momento, los investigadores han registrado áreas en Coiba que se están recuperando y otras que, tras más de tres décadas, carece de vegetación.
Establecer parcelas permanentes de vegetación que sirvan de grupos de control para tomarle el pulso a otros ecosistemas forestales de Panamá, es otro de los objetivos del proyecto gracias a que Coiba cuenta con una topografía, características climáticas y usos de suelo en el pasado, que son bastante representativos respecto al resto del país. "Coiba es un punto para sacar información útil para todo el país", acota.
Y un tercer propósito de la investigación es capacitar a jóvenes científicos, porque el estudio de bosques es un trabajo que necesita de relevo generacional para poder extenderse en el tiempo. "Si queremos que el monitoreo de bosques en el futuro siga suministrando información valiosa en medio de una crisis ambiental que ya se vive, necesitamos que más jóvenes formen parte de este tipo de investigaciones y dediquen todo el tiempo que se requiere para entender bien la dinámica de los bosques", resume Garrido Pérez.
En la medida que la investigación avance en sus diferentes etapas, la Estación Científica Coiba AIP compartirá los respectivos resultados.
Entre la vegetación del Parque Nacional Coiba se han contabilizado 1,045 especies de plantas vasculares, 205 especies de aves, 39 especies de anfibios y reptiles y 36 especies de mamíferos, según registros de la Estación Científica Coiba AIP. El parque fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005.