Enfermera panameña cuenta su experiencia tras ser vacunada en Estados Unidos

Desde su aprobación, muchas han sido las personas que forman parte del personal sanitario en Estados Unidos que han recibido las primeras dosis de la vacuna contra la COVID-19, como es el caso de Soraya Neal Salazar, enfermera panameña que trabaja en el Hospital Oncológico Andy Anderson, de Houston, Texas.

Ella, al igual que su esposo se contagiaron del virus meses atrás, pero ambos fueron asintomáticos, “ni siquiera un estornudo tuvieron” durante el tiempo que padecieron con el virus. Para ese entonces, guardaron los 10 días de cuarentena exigidos por las autoridades de salud en esa zona y posteriormente volvieron a sus trabajos.

El gobierno de Estados Unidos estableció que la prioridad en la aplicación de las vacunas fuera para aquellos que proveen servicios en hospitales, policías, paramédicos rescatistas, entre otros.

La dosis que se aplicó Neal Salazar fue la [vacuna] de Pfizer el pasado 16 de diciembre. Se la puso en el brazo izquierdo por “cualquier cosa”, su brazo derecho, que usa con regularidad, no se viera afectado.

Al igual que con la COVID-19 en su caso particular, tras vacunarse no ha tenido ningún síntoma secundario, “absolutamente nada” recalca. Ha seguido trabajando.

Lo “máximo” que ha sentido, ha sido un poco de malestar en la zona en la que le aplicaron la dosis de la vacuna. La enfermera deberá aplicarse la segunda dosis en el mes de enero del 2021.

En el hospital donde trabaja, en Houston Texas, calcula que cerca del 95% del personal ya se ha puesto la vacuna, “felices, porque quieren seguir trabajando y para el beneficio de los pacientes” y no se ha enterado, al menos en ese centro médico de ninguna reacción anafiláctica.

Recomendó a un “100% que cuando llegue la vacuna a Panamá, la población acuda a ponérsela”. Espera que se tenga el éxito que se busca de lograr un control del virus.