El adiós de Eduardo Valdés Escoffery: Su legado y los retos del Tribunal Electoral

Panamá/El Tribunal Electoral de Panamá enfrenta retos significativos de cara al futuro, tras la salida de Eduardo Valdés Escoffery, quien concluye 35 años de servicio en la institución. Valdés Escoffery, reconocido por su participación en momentos clave de la transición democrática del país, reflexionó sobre los desafíos que quedan por delante y los logros alcanzados.

Valdés Escoffery llegó al Tribunal Electoral en 1990, en medio de una transición histórica que marcó el paso de la dictadura a la democracia en Panamá. Desde entonces, dijo, trabajó incansablemente para devolverle credibilidad a una institución que había sido severamente desprestigiada tras la anulación de las elecciones generales de 1989.

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Contó en una entrevista a TVN-2.com, que cuando llegó, el Tribunal era visto con "desconfianza", pero que hoy, gracias a los esfuerzos conjuntos de muchas administraciones, lograron convertirlo en un referente internacional en materia electoral.

El Tribunal Electoral que existía en junio de 1990 cuando se inicia su reorganización después de la trágica invasión norteamericana, "era una institución desprestigiada y con una credibilidad negativa que se acrecentó cuando de oficio, anuló las elecciones generales de mayo de 1989".

Pocos pronosticaban que sería posible darle credibilidad y mucho menos transformarla en una referencia a nivel internacional, como lo es ahora, luego de haber liderado por tres décadas y con diferentes magistrados integrando su administración, un proceso de institucionalización de reforma para el perfeccionamiento constante de nuestro sistema electoral, que ya es parte del Código Electoral, y la envidia de los organismos electorales del mundo democrático", acotó el magistrado a TVN-2.com

Durante su gestión, supervisó elecciones generales y referendos, y lideró la creación de herramientas innovadoras como el Sistema de Transmisión Extraoficial de Resultados (TER) y la Dirección de Fiscalización del Financiamiento Político. También impulsó la formación del cuerpo de delegados electorales y organizó la Comisión Nacional de Reformas Electorales, además de diseñar el Plan General de Elecciones (Plagel), considerado un mapa estratégico para los comicios.

Retos del Tribunal Electoral en el horizonte

De cara a los próximos años, Valdés Escoffery señala que el Tribunal Electoral tiene importantes desafíos que enfrentar. Uno de los principales es la próxima reunión quinquenal de la Comisión Nacional de Reformas Electorales, que iniciará funciones en 2025. Esta comisión deberá preparar un proyecto de ley que se presentará en 2026, en miras a las elecciones generales de 2029. El tiempo apremia, pues el Plagel para dichos comicios debe comenzar a implementarse en 2027.

Además, está pendiente la aprobación de una ley para la reconfiguración de los circuitos electorales, una tarea mandada por la Constitución que las últimas dos asambleas legislativas han evitado abordar. Otras iniciativas importantes incluyen reformas al Registro Civil, la Cedulación, la Ley Orgánica del Tribunal Electoral y la implementación de un servicio de carrera para sus funcionarios.

Es crucial que la Asamblea Nacional corrija muchas inequidades en el sistema electoral para garantizar una mayor transparencia y equidad en los próximos comicios”, enfatizó Valdés.

Transición y nuevo liderazgo

Con su retiro, el nuevo magistrado Narciso Arellano Moreno asume como magistrado, un nombramiento que Valdés califica de “excelente”. “Hemos tenido una transición magnífica. Narciso es un profesional íntegro, respetado y comprometido con la continuación de las tareas del Tribunal. Estoy seguro de que estará a la altura de las circunstancias”, afirmó.

Arellano fue designado por el presidente José Raúl Mulino para el reemplazo de Eduardo Valdés Escoffery.

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Un futuro más personal

Para Eduardo Valdés Escoffery, el retiro significa también la posibilidad de enfocarse en proyectos personales.

Lo primero que haré es descansar. Luego, quiero terminar una novela de ficción que dejé inconclusa por mis subsiguientes compromisos laborales que concluyo el 1 de enero”, confesó.

Su salida marca el fin de una era para el Tribunal Electoral, pero su legado y las bases que ayudó a construir seguirán guiando el futuro de la democracia panameña.