La verdadera historia de Santa Claus cuyo origen se remonta a la Edad Media

Santa Claus, el abuelo gordito, de barba blanca, que viste de rojo, el repartidor de regalos por excelencia no siempre tuvo la imagen que conocemos en la actualidad y su origen se remonta a una de las figuras más venerada por los católicos y cristianos de la Edad Media.

Es conocido en el mundo entero por diferentes nombres como Papá Noel, Viejito Pascuero, San Nicolás, Father Christmas, Nikolaus, Colacho, Sinterklaas, Santa Claus, entre otros, pero lo cierto es que antes de instalarse en el imaginario colectivo popular como el godito regalón, fue un sacerdote turco.

San Nicolás nació en el seno de una acomodada familia cristiana en el año 270 d.C., en la ciudad de Patara, actual Turquía. Al fallecer sus padres víctimas de la peste, siendo Nicolás adolescente, donó toda su fortuna a los más necesitados y eligió el sacerdocio llegando a convertirse en obispo de Myra.

Su personalidad decidida, carácter amable y gran capacidad de oratoria, le hicieron muy popular, convirtiéndose en defensor de los cristianos durante la gran persecución, cuando se quemaban biblias y se torturaba a los sacerdotes. Él mismo fue perseguido y encarcelado hasta que Constantino lo liberó cuando el cristianismo se convirtió en la religión del imperio.

Se dice que murió en Myra el 6 de diciembre de 343. Pero ¿por qué se le conoce como San Nicolás de Bari si vivió y murió en Myra?

Esto se debe a que, tras la invasión musulmana, siete siglos después de su muerte, un grupo de fieles sacó a escondidas sus reliquias y las trasladaron a la ciudad italiana donde se encuentran en la actualidad. Por esto, algunos lo consideran de Myra, otros de Bari.

Tras su muerte se convirtió en el primer santo, no mártir, en inspirar una gran devoción en Oriente y Occidente. Su nombre se invoca ante catástrofes naturales, tragedias y naufragios. Es el patrono de Turquía, Grecia y Rusia, además del de los marineros y los prestamistas.

De santo a repartidor de regalos

Durante cientos de años, la popularidad de Nicolás solo fue en aumento y llegaba a su clímax cada 6 de diciembre, cuando se repartían dulces y regalos a los niños celebrando la cercanía y compasión que el santo mostró por la niñez a lo largo de su vida.

Sus fieles le atribuyeron el poder de volar, realizar milagros y se dice que estaba muy interesado en la justicia y la generosidad.

Alrededor del año 1200 empezó a ser conocido como patrón de los niños y portador de regalos, de acuerdo con el hitoriador Gerry Bowler, autor de Santa Claus: A Biography. Estas creencias se alimentaron por medio de historias que tenían a infantes como protagonistas, una de ellas es que el religioso resucitó a tres niños que habían sido asesinados.

Pero tal vez la leyenda más popular alrededor de este personaje es la que asegura que un hombre pobre, padre de tres hijas, no podía casarlas por no tener la dote necesaria, lo cual las condenaba a la soltería.

Al enterarse de esto, Nicolás le entregó una bolsa con monedas de oro a cada una, pero lo hizo en secreto. Entró por la venta y colocó las bolsas de oro dentro de las medias que las jóvenes habían dejado colgadas en la chimenea para que se secaran. Al final, las jóvenes pudieron casarse.

El Papá Noel moderno

Aunque la relación entre San Nicolás y Santa Claus no está del todo clara, puede empezar a vislumbrarse con la reforma protestante que desde los años 1500 hizo que muchos países europeos abolieran el culto a los santos y con el tiempo la figura de San Nicolás fue reemplazada por la imagen del Niño Jesús.

Es así como a inicios del siglo XIX la Navidad había peridido su sentido religioso tanto en Inglaterra como en el resto de Europa, así que no había un personaje que entregara los regalos. Sin embargo, los colonos de Países Bajos en el Nuevo Mundo habían llevado a las tierras de América una tradición, la de Sinterklaas –que se pronunciaba como Santa Claus– que fue transformadose en una figura secular a la que se le quitó la sotana y se le añadió un trineo jalado por renos.

Fue a partir de 1800 que el Papá Noel moderno empezó a aparecer más claramente en libros y poemas, uno de los más conocidos fue A Visit From St. Nicholas (Una visita de San Nicolás) de Clement Clarke Moore, también conocido como The Night Before Christmas en donde por primera vez se daba cuenta del aspecto físico de este personaje que cada Navidad se encarga de llenar las casas de muchos de juguetes, y que recorría el mundo montado en un trineo tirado por renos voladores.

Este poema tuvo una gran repercución, podemos decir que se hizo viral, y fue fundamental para difundir la figura de Santa Claus que tenemos hasta hoy.

La primera representación gráfica que conocemos de la imagen de Santa Claus se dio en 1864 cuando Thomas Nast lo dibuja con rasgos de duende, anciano, con una pipa y el traje característicos para la publicación Harper's Weekly.

Los dibujos de Nast se difundieron rápidamente y su Papá Noel se convirtió en la imagen icónica. Entrado en kilos y en años, con barba cana, pipa holandesa y pómulos salientes. Como la mayoría de las publicaciones eran en blanco y negro no todos sabían que el color del traje era el rojo con el pompón del gorro y el cinturón blancos. Nast se inspiró en el ropaje de los obispos para darle color a la ropa de su personaje.

El Santa de la Coca Cola

Es así como el aspecto físico de Santa Clause se fue estandarizando a lo largo del siglo XIX, ya convertido en el abuelito que vive en el Polo Norte, barrigón, con larga barba blanca y ropajes rojos.

Ya en el siglo XX la historia se consolida ante la masificación de Santa de la mano de la publicidad.

En 1931, la Coca Cola le encargó los dibujos de una campaña al ilustrador, descendiente de suecos, Haddon Sundblom quien definitivamente brindó al personaje los rasgos actuales. Un anciano rechoncho, afable, simpático e inofensivo.

Año a año, hasta mediados de los sesenta, Sudblom fue actualizando sus dibujos de Papá Noel asociándolos a la gaseosa cada diciembre.

Es así como todos terminamos aceptando que Santa llega todos los 24 de diciembre, proveniente del Polo Norte, cargado de regalos, con su trineo tirado por renos y va dejando casa por casa los juguetes a los niños.

Y aunque a lo largo de la historia el personaje el Papá Noel o San Nicolás deriva de tradiciones y leyendas muy lejanas y a veces imprecisas, uno de los pocos datos que podemos afirmar categóricamente es que, como todos sabemos, Santa Claus sí existe.