Trump, los aranceles y el comercio exterior de Panamá
Una posible conversación comercial entre Panamá y Estados Unidos bajo el nuevo liderazgo de Trump incluiría múltiples temas por necesidad.
Ciudad de Panamá, Panamá/La llegada de Donald Trump en enero del próximo año a la Casa Blanca de Estados Unidos representa la apertura de un panorama tanto de oportunidades como de retos para Panamá en cuanto a su comercio exterior de bienes.
Por un lado, Trump ha indicado que estará recurriendo a aranceles para —según él— saldar las cuentas comerciales de Estados Unidos con otros países y bloques económicos, en particular, la República Popular de China y la Unión Europea. Trump sugirió que está contemplando un arancel base de entre el 10% y el 20% para la entrada de productos a Estados Unidos, tasa que para China podría verse elevada a entre 40% a 60%.
Un ambiente de aumento de aranceles —el impuesto que deben pagar algunos productos para entrar a un país— es desfavorable para Panamá, tanto por su impacto sobre los retornos que generan el Canal y el sector logístico, como también por el encarecimiento de los bienes que usualmente le sigue.
Por ejemplo, la tensión comercial entre Estados Unidos y China podría presionar la ruta transpacífica que conecta los centros productivos de Asia —en China, Japón y Corea del Sur— con la costa atlántica de Estados Unidos, moviendo desde autos y electrónicos hasta ropa. El Canal de Panamá es parte clave de esta ruta y una merma comercial elevaría la posibilidad de menores ingresos.
Ahora bien, por otro lado, Trump se ha caracterizado por tener una actitud transaccional —su primer libro, publicado en 1987, se llamó El Arte de Llegar a un Acuerdo— y el presidente electo se ha mostrado dispuesto a renegociar acuerdos comerciales que otras administraciones no tenían interés en revisar, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado en 1994. El mismo fue reemplazado en 2020, durante la primera presidencia de Trump, por el Tratado entre Estados Unidos, Canadá y México.
Tal actitud abre la puerta a la posibilidad de diplomacia efectiva por parte de Panamá para revisar su relación comercial con Estados Unidos e incluso tener discusiones frescas sobre ampliar el Tratado de Promoción Comercial, firmado en 2007 entre los dos países. El mismo entró en vigor en 2012.
El valor de las exportaciones desde Panamá a Estados Unidos bajo el tratado sí ha aumentado desde su entrada en vigor, pasando de $51 mil en 2013 a cerca de cinco millones en 2017 y más de nueve millones al cierre del año pasado.
Y el aumento también se vio en la otra dirección: en el 2013, primer año completo de la vigencia del Tratado de Promoción Comercial con Estados Unidos, Panamá importó —específicamente bajo este tratado— un valor en dólares de $587 millones. Para 2022, el valor de la importación bajo el tratado casi se duplicó, superando los mil millones de dólares.
Ahora bien, estas magnitudes deben verse bajo la luz de las cifras generales de comercio exterior entre los dos países, incluyendo aquel comercio que no cae bajo los parámetros del tratado.
Para referencia, el valor de la importación total desde Estados Unidos a Panamá en el 2012 —tanto en general como bajo el tratado— fue de casi $3,000 millones, nivel alrededor del cual se ha mantenido desde entonces. Cayó por la pandemia, pero se recuperó robustamente en el 2022.
A diferencia, el valor de las exportaciones desde Panamá a Estados Unidos —en general— cayó de $160 millones en 2012 a $121 millones en 2022.
Una posible conversación comercial entre Panamá y Estados Unidos bajo el nuevo liderazgo de Trump incluiría múltiples temas por necesidad. Quizás el de mayor interés sería la participación de Panamá en los esfuerzos estadounidenses de nearshoring —traer producción históricamente trasladada a China hacia aliados estadounidenses— particularmente a través de la inclusión de Panamá en la cadena de suministro de semiconductores y componentes electrónicos.
Otro tema necesario sería la seguridad energética del continente y la distribución de gas natural licuado estadounidense en el mismo. Esto de cara a una creciente turbulencia geopolítica a nivel internacional.
No obstante, antes de poder desarrollar cualquier conversación comercial con Estados Unidos, Panamá tendrá que definir precisamente cuál será su política de comercio exterior de bienes para la próxima década, en qué rubros se desea especializar y cómo logrará las eficiencias necesarias para tener una producción competitiva.
Para referencia, las importaciones de bienes desde Estados Unidos a Panamá en 2023 fueron por un valor de $2,700 millones, mientras que desde China fueron por $1,762 millones y desde México fueron $625 millones, siendo los tres países desde los cuales más se importó a Panamá.
En contraste, el país al que Panamá más exportó en 2023 fue China, con un valor de $1,316 millones en exportaciones. Le siguió Japón con $442 millones y Corea del Sur con $233 millones. Estados Unidos es el país número seis en la tabla de exportaciones, con $148 millones.
Y después de todo, ¿qué importa y exporta Panamá?
En 2023, las tres principales exportaciones de Panamá —por valor, no peso— fueron cobre por $2,469 millones, bananas por $148 millones y pescados por $129 millones.
Ese mismo año, las tres principales importaciones de Panamá —por valor— fueron combustible y aceites para carros y maquinaria por $2,694 millones, medicamentos por $640 millones y maíz por $160 millones.