Diversidad genética, ¿la llave para salvar a los anfibios en Panamá?

Una nueva investigación científica desarrollada en Panamá, ha permitido observar cómo las ranas con mayor robustez genética resultan más resistentes a enfermedades que amenazan la existencia de toda la especie.

Una rana de la especie Atelopus varius liberada con un transmisor en El Copé.
Una rana de la especie Atelopus varius liberada con un transmisor en El Copé. / Brian Gratwicke, Zoológico Nacional EE. UU
Helkin Guevara - (Corresponsal Digital)
13 de marzo 2021 - 07:15

Una de las claves en los estudios de conservación de anfibios en riesgo de extinción, parece radicar en la riqueza genética de sus poblaciones, una suerte de "escudo" contra la enfermedad del hongo quítrido, que hace años estuvo cerca de acabar con numerosas especies.

Un reciente estudio científico, enfocado en mejorar la capacidad de supervivencia en la naturaleza de la especie amenazada Atelopus varius, examinó y comparó los datos genéticos de las reducidas poblaciones silvestres que han sobrevivido en la región de El Copé Oeste, en la zona central de Panamá, con las muestras que se tenían desde antes de la aparición del hongo quítrido y reveló cómo la genética de las ranas ha cambiado con el tiempo.

"Al tomar muestras de estas poblaciones contemporáneas y compararlas con muestras obtenidas hace más de una década, antes de que el hongo quítrido llegara a Panamá, se encontraron algunas pistas que podrían mejorar las decisiones de conservación y orientar futuras interrogantes de investigación. Los análisis genéticos encontraron que las ranas en esta área provenían de tres antecedentes genéticos distintos. Es decir, los ejemplares de Atelopus varius podrían haber migrado de tres regiones separadas a El Copé Oeste, trayendo nuevos genes a la población y haciéndola más resistente a las enfermedades. En cambio, las poblaciones contemporáneas de Atelopus varius que están en la naturaleza son menos diversas genéticamente que antes de la aparición del hongo quítrido, lo que podría debilitarlas y hacerlas más propensas a extinguirse", detalla un reporte del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI).

Antes, otras investigaciones han demostrado la importancia de la diversidad genética para la resistencia a las enfermedades, identificando genes posiblemente vinculados con el sistema inmunológico de las ranas sobrevivientes, así como con la integridad de su piel, el principal órgano afectado por la infección del hongo quítrido.

Entonces, la reintroducción de ranas criadas en cautiverio a sus hábitats naturales, sin ponderar la diversidad genética, "puede no ser un enfoque exitoso para restablecer poblaciones saludables", resume el despacho del STRI.

La Atelopus varius es parecida a la Atelopus zeteki o rana dorada
La Atelopus varius es parecida a la Atelopus zeteki o rana dorada / Brian Gratwicke, Zoológico Nacional EE. UU.

Prueba de liberación

Hace tres años, científicos del STRI practicaron un ensayo de liberación de unas 500 ranas criadas en cautiverio, en espacios controlados y empleando rastreadores, como parte del Proyecto de Conservación y Rescate de Anfibios de Panamá. No obstante, las ranas (de la especie Atelopus varius) no lograron sobrevivir.

Roberto Ibañez, director de la iniciativa que custodia la supervivencia de los anfibios en el país, comparte los detalles: "Entre los resultados de aquel ensayo, podemos adelantar que la mayoría de los individuos no se estableció en el sitio de liberación, probablemente debido a las lluvias persistentes durante los días de su liberación. Individuos equipados con radiotransmisores se alejaron del sitio y fueron encontrados durante el seguimiento posterior. Sin embargo, pocos individuos, que no tenían radiotransmisores, fueron vistos en los meses siguientes a la liberación. Esto no fue algo inesperado ya que, en ensayos con otra especie (Atelopus limosus), también los individuos sin radiotransmisores eran relativamente difíciles de detectar. Aunque algunos individuos fueron infectados por el hongo luego de su liberación, no se observaron individuos muertos durante el seguimiento que se les dio. Al final del seguimiento, no se estableció una población en dicho sitio; sin embargo, no podemos decir que todos murieron a causa del hongo, ya que algunos pudieron haber sido depredados".

Ese fue el primer ensayo de reintroducción con individuos de la especie Atelopus varius y, más adelante, se realizarán nuevos intentos con individuos de más especies de Atelopus, con el fin de estudiar diferentes aspectos que permitan restablecer algunas de sus poblaciones en su hábitat, señala Ibañez.

El Proyecto de Conservación y Rescate de Anfibios de Panamá cuenta, en el laboratorio de Gamboa, con aproximadamente 2,000 ranas de 12 especies, entre ellas la Atelopus zeteki, la famosa rana dorada nacional, considerada extinta en su hábitat natural hace una década.

De acuerdo con la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, de las 197 especies de anfibios identificadas en Panamá, unas 50 enfrentan algún riesgo de extinción.

El científico Roberto Ibáñez es el director del  Proyecto de Conservación y Rescate de Anfibios de Panamá.
El científico Roberto Ibáñez es el director del Proyecto de Conservación y Rescate de Anfibios de Panamá. / Brian Gratwicke, Zoológico Nacional EE.UU.

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