Crisis humanitarias y violencia: las alarmantes cifras de los conflictos

Día Mundial de la Paz

🏳 Se estima que el impacto económico de la violencia a nivel mundial fue de 19,1 billones de dólares en 2023.

🏳 Un reciente informe denominado "Índice de Paz Global 2024", elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, reveló que el mundo se ha vuelto menos pacífico por duodécima vez en los últimos 16 años. 

🏳 De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 117,3 millones de personas fueron desplazadas en 2023.

Franja de Gaza.
Un reciente informe denominado "Índice de Paz Global 2024 (Global Peace Index)", elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (Institute for Economics and Peace), reveló que el mundo se ha vuelto menos pacífico por duodécima vez en los últimos 16 años. / AFP

Ciudad de Panamá, Panamá/Las tensiones geopolíticas, las guerras civiles y las continuas disputas por el control de recursos vitales han dejado una estela de destrucción, desplazamiento y muerte, constituyendo una amenaza global para la estabilidad y el bienestar de la humanidad.

En 2023, el mundo permaneció inmerso en numerosos conflictos armados y episodios de violencia, que impactaron a millones de personas en diversas regiones.

Con el fin de promover el cese de los conflictos y fomentar la paz entre las naciones, la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1981 instauró el 21 de septiembre como el Día Mundial de la Paz.

Esta fecha brinda a las personas la oportunidad para reflexionar sobre los desafíos actuales y la necesidad urgente de construir sociedades más justas y pacíficas en un mundo marcado por la desigualdad, la inseguridad y la lucha constante por los derechos humanos.

De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 117.3 millones de personas fueron desplazadas en 2023.
De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 117.3 millones de personas fueron desplazadas en 2023. / AFP

Panorama global de la paz en deterioro

Un reciente informe denominado "Índice de Paz Global 2024 (Global Peace Index)", elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (Institute for Economics and Peace), reveló que el mundo se ha vuelto menos pacífico por duodécima vez en los últimos 16 años.

El estudio, publicado en junio de 2024, vislumbra un deterioro del nivel promedio de paz del 0,56 % en comparación con el año anterior. Aunque 65 países mejoraron en términos de paz, 97 registraron un empeoramiento. Uno de los aspectos más alarmantes del informe es el aumento de la militarización, con un deterioro del 1.7 %, el mayor registrado desde el inicio del índice.

De los 163 países evaluados, 108 experimentaron un incremento del gasto militar, siendo Ucrania, Myanmar y Macedonia del Norte los que mostraron mayores aumentos, especialmente en el porcentaje del PIB destinado a defensa. Los conflictos armados en curso también sufrieron un fuerte deterioro, con 85 países registrando un incremento en las muertes y enfrentamientos internos.

Aunque la atención mediática se centra en las guerras en Rusia con Ucrania e Israel y Hamás en la Franja de Gaza, existen decenas de conflictos activos en diferentes puntos del planeta que pasan desapercibidos para la opinión pública.

Según el informe, el único ámbito en el que se observó una mejora fue en el dominio de seguridad y protección, con 81 países mostrando avances en comparación con 77 que empeoraron. Las mayores mejoras se dieron en la reducción de manifestaciones violentas, el impacto del terrorismo y los delitos violentos.

No obstante, pese a que el impacto del terrorismo disminuyó en algunas regiones, el estudio señala que el número total de muertes por actos terroristas aumentó, lo que sugiere una mayor concentración de este tipo de violencia en áreas específicas.

Entre los países que registraron mejoras en este ámbito, destacan Kazajistán, Irán, Ucrania y Uzbekistán, donde se redujeron notablemente las manifestaciones violentas. Agregaron que, a pesar de estos avances, 13 de los 23 indicadores utilizados en el índice de paz global mostraron un deterioro, lo que resalta la persistente fragilidad de la paz en muchas regiones.

Se estima que el impacto económico de la violencia fue de 19,1 billones de dólares en 2023. Esto se traduce en un aumento del 0,83% desde el año anterior, debido en gran medida a un aumento de las pérdidas del PIB a causa de los conflictos, así como de los aumentos en gastos militares.

América Central y el Caribe: luces y sombras

En América Central y el Caribe, la paz se deterioró levemente en 2024, con una caída promedio del 0,17 %. De los 12 países de la región, cinco mejoraron y siete empeoraron. La violencia relacionada con el crimen organizado y los disturbios civiles sigue siendo uno de los principales factores que afectan la estabilidad en la región.

En dicho informe, Panamá registró, por segundo año consecutivo, una disminución en el nivel de paz, cayendo a la posición 96 con un puntaje de 2.14, la más baja registrada en los últimos cinco años.

Costa Rica, tradicionalmente el país más pacífico de América Central, registró un aumento alarmante en los delitos violentos y la tasa de homicidios, que subió más del 35% debido a cambios en los patrones del narcotráfico. De acuerdo con el informe, pese a los esfuerzos del Gobierno para reducir la violencia, las luchas políticas internas han retrasado la implementación de políticas efectivas para abordar el crimen organizado.

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Por otro lado, El Salvador destacó como el país con la mayor mejora en la paz a nivel mundial; el estudio atribuye esto a la drástica reducción de la tasa de homicidios. Bajo un estado de emergencia, el gobierno arrestó a más de 60.000 miembros de pandillas, lo que resultó en una de las mayores caídas en los índices de criminalidad de los últimos años.

Sin embargo, esta estrategia ha sido objeto de controversia debido al aumento en la tasa de encarcelamiento, que ahora es la más alta del mundo, con más del 1% de la población en prisión.

Haití, en contraste, sufrió el mayor deterioro de la región y se convirtió en el país menos pacífico de América Central y el Caribe. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, el país ha enfrentado una crisis política y social profunda, con un aumento desmedido de la actividad de las pandillas que controlan gran parte de la capital y el país. La violencia y los delitos han alcanzado niveles alarmantes, lo que ha agravado la situación humanitaria.

Según el informe, el único ámbito en el que se observó una mejora fue en el dominio de seguridad y protección, con 81 países mostrando avances en comparación con 77 que empeoraron.
Según el informe, el único ámbito en el que se observó una mejora fue en el dominio de seguridad y protección, con 81 países mostrando avances en comparación con 77 que empeoraron. / AFP

El impacto humanitario y la búsqueda de soluciones

Los conflictos armados y la violencia generan profundas crisis humanitarias. De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 117,3 millones de personas fueron desplazadas en 2023 debido a persecuciones, conflictos, violencia, violaciones de derechos humanos y otros acontecimientos que alteraron gravemente el orden público; la cifra más alta de desplazados forzados en la historia moderna.

Según los datos operativos de ACNUR, el desplazamiento forzado continuó aumentando en los primeros cuatro meses de 2024, superando los 120 millones de personas al cierre de abril de este año. Este fenómeno subraya la magnitud de los desafíos actuales y la necesidad de respuestas urgentes y coordinadas.

Organizaciones internacionales, como Naciones Unidas, han hecho llamados para aumentar la ayuda humanitaria en las zonas de conflicto y redoblar los esfuerzos diplomáticos en busca de soluciones pacíficas. Sin embargo, los intereses políticos y económicos en muchas de estas zonas dificultan el progreso hacia una paz duradera.

El camino hacia la paz y la justicia es largo y complejo, pero resulta esencial para asegurar un futuro más seguro para las generaciones venideras. Es urgente que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos, no solo para mediar en los conflictos activos, sino también para abordar las causas profundas de la violencia, como la desigualdad, la pobreza y la falta de oportunidades.

La paz no puede alcanzarse solo con palabras; requiere acciones concertadas y una voluntad colectiva para poner fin a la violencia que sigue devastando tantas regiones en todo el mundo.

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