El Precio del Perdón
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El mal servicio del transporte selectivo es un tema de nunca acabar, aseguran los usuarios, mientras que los taxistas claman por una regulación por parte de las autoridades.
Falta de educación, la negación al servicio, hurtos y discusiones son las quejas más frecuentes de usuarios por el mal servicio que prestan los taxis, llamado también transporte selectivo.
Aunque se han dado avances en materia de transporte público masivo en Panamá, en el servicio selectivo persisten las malas prácticas que afectan la calidad del servicio y la seguridad de los pasajeros.
El famoso "no voy" o la discrecionalidad del conductor de elegir al pasajero y el viaje que va a realizar siguen siendo las respuestas más comunes a los usuarios.
De acuerdo a la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) en la ciudad de Panamá hay registrados 23 mil taxis activos, de los cuales están circulando 15,500.
Hace 5 años, el exdiputado Gabriel Silva presentó una nota a la ATTT, pidiendo que se regule el servicio del transporte selectivo en el país, para que se ponga un orden en la entrega de cupos a los taxistas.
La iniciativa o los planes de la ATTT es que sean eliminados y crear un nuevo modelo de gestión tipo concesionarias para que el servicio de taxis esté regulado.
La gran cantidad de cupos genera un desorden en la prestación de esta actividad, incluso con piqueras improvisadas, que TVN pudo captar, en los alrededores de la estación 5 de Mayo, en San Miguelito, cerca de la estación de la 24 de Diciembre.
Los conductores se defienden alegando que es necesaria una revisión de la tarifa a nivel nacional.
La inseguridad que representan muchos taxis para sus usuarios representa otro problema frecuente del servicio.
El otro problema es la forma peligrosamente desordenada como se conducen muchos taxis en nuestras calles, violando las leyes existentes, razón por la cual se demanda mayor vigilancia de las autoridades.
El caos y la mala calidad del servicio de transporte selectivo son parte de una crisis general del transporte público en el país, resultado de largos años de corrupción, ausencia de planificación, falta de autoridades competentes y de políticas públicas que pongan, de una vez por todas, a los usuarios como beneficiarios y no como víctimas de un sistema que atenta contra el bienestar de la población.