Cinco claves para entender la polémica con las monedas de un balboa: ¿Saldrán de circulación o no?
Martinellis
La polémica en torno a la circulación de estas monedas inició hace más de dos años, y se ha reavivado este año, luego que José Raúl Mulino fuera electo como presidente de Panamá.
Ciudad de Panamá/La controversia por la circulación de monedas de un balboa, conocidas popularmente como "martinellis", ha resurgido en Panamá.
Estas monedas, introducidas durante la administración del expresidente Ricardo Martinelli, quien actualmente se encuentra asilado en la Embajada de Nicaragua, han vuelto a ser el centro de atención en la opinión pública.
En esta nota te explicamos en cinco claves: ¿Qué está pasando con las monedas de un balboa?
1- El conflicto comenzó en 2022, cuando el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció que no seguiría acuñando más monedas de un balboa. “El ministro Alexander anunció que no hay planes de seguir acuñando monedas de un balboa”, dijo el entonces viceministro de Finanzas, David Saied. Poco después, el MEF y el Banco Nacional presentaron una denuncia por falsificación de monedas alusivas a la Iglesia Nuestra Señora de La Merced y al logo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) unicolor, acuñadas en 2019. Durante los últimos meses de 2022, una oleada de monedas falsas inundó el mercado, y las denuncias de falsificación continúan hasta el día de hoy. La situación generó preocupación y desconfianza entre los ciudadanos, comerciantes y el gobierno.
2- La controversia se reavivó recientemente cuando Javier Carrizo, gerente del Banco Nacional, anunció que se estaba considerando un proyecto de ley que podría poner fin a la circulación de estas monedas. Carrizo explicó que el MEF estaba trabajando en una legislación que establecería un periodo de vida determinado para las monedas o las retiraría completamente del mercado. Esta información tuvo un impacto casi inmediato en la economía.
3- Tras el anuncio, algunos usuarios reportaron que los comerciantes en minisúperes de los barrios dejaron de aceptar las monedas. Además, la Terminal de Albrook informó que ya no se podrían recargar tarjetas de transporte con monedas de un balboa. Gustavo Granados, director de operaciones de la terminal, explicó que la decisión fue tomada luego que uno de los proveedores de servicios bancarios había incrementado el costo del manejo de estas monedas aproximadamente 55 veces más desde septiembre. "Tomamos esta decisión por este incremento y tratamos de darle respuesta al usuario. Además, tenemos cajas disponibles para que los clientes puedan hacer pagos con otras monedas como 5 centavos, 10 centavos, 25 centavos, entre otras", aseguró Granados.
4- En respuesta a estos eventos, Carrizo aclaró este lunes 17 de junio que las monedas no serían retiradas de circulación. En cambio, se reemplazarán las monedas defectuosas, deterioradas, rayadas, manchadas y las falsificadas, destruyéndolas. Además, Carrizo hizo un llamado a todos los comercios a que acepten la moneda, asegurando que seguirá siendo de curso legal.
5- En cuanto a la cancelación de recargas con estas monedas en la Terminal de Albrook, Carrizo solicitó que se busque una solución, destacando que la moneda debe ser aceptada en todos los comercios y a nivel nacional.
El problema, según los usuarios, es que los dólares de "papel" también se encuentran casi extintos, debido a la masiva circulación de martinellis.
Durante la administración Martinelli se acuñaron un total de 40 millones de monedas de un balboa, mientras que durante la gestión de Juan Carlos Varela se acuñaron 60 millones más. La producción de estas monedas se realiza en Canadá, con un costo promedio de 30 centésimos por cada una, incluyendo su entrega en Panamá.
Cuando se sustentó la eficacia de esta moneda, uno de las ventajas era la vida útil de un dólar de papel, que es de aproximadamente dos años, mientras que la de las monedas es de 20 años. Sin embargo, su sencilla falsificación provocó que se tomara en cuenta el ser eliminadas.
Al respecto, la población espera medidas claras que aseguren la estabilidad y confianza en el uso de estas monedas en la economía diaria.