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Ciudad de Panamá/Hace unas semanas, la noticia del descubrimiento de una especie de anfibio en Panamá tuvo recorrido internacional. La rana Pristimantis gretathunbergae fue nombrada en homenaje a la joven activista ambiental sueca Greta Thunberg y el líder del equipo de científicos detrás del estudio de la nueva especie fue un panameño, el investigador Abel Batista.
Hablamos de un científico con 20 años de carrera, que ha participado en el descubrimiento de 23 especies nuevas para la ciencia (14 anfibios y 9 reptiles), todas descritas mediante las correspondientes publicaciones en revistas y espacios científicos. Y hay que sumar otras 10 especies descubiertas por Batista en Panamá, que actualmente están en proceso de descripción y serán anunciadas más adelante.
El científico de 43 años de Llano Grande Arriba (Chiriquí), comparte a continuación más detalles de su trabajo y trayectoria.
Todo el país, de frontera a frontera y en las montañas más inexploradas de Panamá.
Diecinueve son endémicas: 9 reptiles y 10 anfibios.
Sí, hay muchas especies que hemos descrito que tienen un hábitat muy reducido y en ocasiones particular; por ejemplo hay especies que habitan en un bosque nuboso de tan solo 3 km2, eso es un área muy pequeña y vulnerable a cualquier cambio ambiental o deforestación.
En Panamá, no conocemos nuestra biodiversidad a profundidad, y estamos perdiéndola; un ejemplo es que en 2020 dos especies endémicas de Panamá fueron declaradas extintas. No hablo de dinosaurios, hablo de especies que eran abundantes hasta antes de 2004 y ¡repentinamente desaparecen! Con la descripción de especies hemos logrado captar fondos con organizaciones internacionales para la compra de tierras para proteger el hábitat de muchas otras.
Actualmente, el trabajo lo hacemos con fondos del Sistema Nacional de Investigación de la SENACYT, del trabajo que realizamos en los laboratorios de la Universidad Autónoma de Chiriquí, el apoyo de la asociación Adopta un Bosque Panamá y fondos de organizaciones internacionales.
La rana espléndida (Oophaga speciosa) endémica de la Reserva Forestal Fortuna en Gualaca, Chiriquí, y la rana arlequín de Chiriquí, endémica del Parque Internacional la Amistad entre Chiriquí y Costa Rica.
Desde que entré a la carrera de licenciatura en biología. Con mis compañeros, y por cuenta propia, pasábamos los fines de semana en el campo estudiando y observando los animales en el bosque de la meseta de Chorcha, en el Parque Nacional Volcán Barú o en el PILA; ¡era algo que nos apasionaba! De allí me pregunté ¿Cómo sería ser un científico? Desde entonces inicié mi carrera por estudiar la biología de los anfibios y reptiles y no descansé hasta llegar a ser quien quería ser, y es donde estoy en este momento.
Estudié licenciatura en la Universidad Autónoma de Chiriquí, apliqué para estudios de maestría en universidades de Costa Rica y Estados Unidos y fracasé en el intento; luego trabajé por cinco años en el Ministerio de Educación.
Sin perder mi enfoque, apliqué a una beca con el IFARHU-SENACYT en 2007 y me fui a estudiar una maestría a la Universidad de los Andes, en Colombia, e inmediatamente continúe con estudios de doctorado en la Universidad Goethe en Frankfurt, Alemania. Actualmente regresé con el programa de inserción de becarios de la SENACYT y me incorporé al grupo de científicos de la Universidad Autónoma de Chiriquí. También soy presidente de la Fundación Los Naturalistas, que se dedica a la conservación e investigación de la biodiversidad panameña.
Actualmente continuamos describiendo especies, tenemos un proyecto de colaboración internacional financiado por la SENACYT y que aborda temas de cambio climático y ciencia ciudadana.