El duro y largo camino de la recuperación para las pequeñas empresas en Panamá

Restaurantes, casinos, cines, salones de belleza y algunos comercios al por menor abrieron recientemente sus puertas tímidamente bajo estrictas medidas de bioseguridad.

Las Mipymes componen el 97% del parque empresarial, en un país en donde el desempleo alcanzó en 2020 el 18.5%, y las proyecciones indican que cerca de 130 mil personas caerán por debajo de la línea de la pobreza.

Ciudad de Panamá
Ciudad de Panamá / Cortesía.
Julio César Aizprúa - Corresponsal digital
24 de mayo 2021 - 06:07

Ciudad de Panamá/El golpe fue certero. Al menos un centenar de micro, pequeñas y medianas empresas en el país no aguantaron la embestida de la pandemia del Coronavirus y cerraron definitivamente sus puertas, mientras que las que se resisten a desaparecer esperan una mayor apertura para reiniciar sus labores, balanceándose al filo de las deudas acumuladas.

Un sector que antes de la pandemia empleaba a más de 222 mil personas, equivalente al 33% de la fuerza laboral, y generaba el 9.7% de los ingresos totales, según cifras oficiales, se tambalea de tal manera que en estos momentos apenas empieza a mostrar algunos signos de recuperación ante una aparente, aunque no convincente, tregua del virus.

La reactivación de las también conocidas como “Mipymes” es “un poco lenta”, reconoce Fabio Martínez, director de la Red Panameña de Microfinanzas (REDPAMIF), entidad que desde octubre pasado mantiene una férrea campaña de divulgación para revitalizar a este maltratado sector de la economía panameña.

Restaurantes, casinos, cines, salones de belleza y algunos comercios al por menor abrieron recientemente sus puertas tímidamente bajo estrictas medidas de bioseguridad, mientras que sectores como el turismo, el entretenimiento, hotelería, congresos, y organización de fiestas, entre otros, aguardan a una distancia de pisa y corre la señal gubernamental para intentar reponerse.

Martínez sostiene que actualmente es muy difícil conocer con certeza el número de micro, medianas y pequeñas empresas que han cesado operaciones, puesto que en el país no se lleva este tipo de estadísticas, aunque una vez se ponga en ejecución la Ley 12 de 2016, conocida como la “Ley de Insolvencia”, se podría contar con este dato.

De sus más de aproximadamente 51 mil empresas, el 84% son microempresas, 13% son pequeñas y 3% son medianas empresas, de acuerdo con datos del Centro Nacional de Competitividad, que afirma que solo la innovación de este sector podrá incrementar su productividad para poder competir, tanto a nivel nacional como internacional.

En el país la mayoría de las Mipymes se ubican en las provincias de Panamá, Chiriquí y Panamá Oeste, donde desarrollan labores de comercio al por menor, al por mayor, hoteles, restaurantes, construcción y manufacturera.

Al 2018 los aportes al Producto Interno Bruto de los restaurantes, la construcción y la manufactura se mantienen entre un 2% y 5%, lo que en opinión del Centro Nacional de Competitividad sugiere que deben reubicarse en actividades con un mayor potencial.

Transitar por el camino de las micro, pequeñas y medianas empresas siempre ha sido “tortuoso”, con o sin pandemia, asegura Fernando García, que regenta un puesto al por menor de venta de artesanías, y quien asegura que los problemas económicos ya se venían dando.

La pandemia solo puso el último clavo. Me obligó a cerrar, al igual que a muchos compañeros, pero confío en Dios que esto sea de manera temporal”, se reconforta.

García se queja de que el acceso al crédito y el apoyo gubernamental para los microempresarios es casi nulo, ya que los requisitos exigidos por las entidades financieras muchas veces no están al alcance de todos.

Categorías para ser catalogadas como pequeñas o medianas empresas en Panamá.
Categorías para ser catalogadas como pequeñas o medianas empresas en Panamá. / TVN Noticias

Tan solo en abril pasado apenas 50 micro, pequeñas y medianas empresas, de un total de 171 que aplicaron, cumplieron con los requisitos exigidos para poder ser parte del programa “Mipymes en línea”, que de acuerdo con el Ministerio de Comercio e Industrias les permitirá recibir capacitación y asistencia técnica para formular estrategias en sus ventas digitales y tener acceso a mercados internacionales.

El programa es implementado por el Centro Regional de Promoción de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, en alianza con el Departamento de Estado de Estados Unidos y ejecutado por más de 40 entidades en cinco países de la región pertenecientes al Sistema de Integración Centroamericana.

Las Mipymes componen el 97% del parque empresarial, en un país en donde el desempleo alcanzó en 2020 el 18.5%, y las proyecciones indican que cerca de 130 mil personas caerán por debajo de la línea de la pobreza, lo que implica un aumento en la tasa de pobreza de 12.1% en el 2019 a 14.9% en el 2020, según el Banco Mundial.

Entre las iniciativas para impulsar al sector, la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa viene impulsando un programa junto a la banca local para emprendimientos que tengan menos de 2 años, y para aquellos que se estén reinventando o reiniciando operaciones, iniciativa que pretende otorgar préstamos de entre 2 mil dólares hasta 5 mil dólares, con un plazo de 84 meses con tasas de interés más bajas.

Fabio Martínez, de la REDPAMIF, aclaró que los apoyos financieros no van dirigidos para quienes a inicios de la pandemia, o en medio de esta, iniciaron emprendimientos como venta de comida, frutas y legumbres, entre otros productos.

Agregó que esto se debe a que esos son emprendimientos del momento, impulsados en su mayoría por personas que perdieron sus empleos o están con contratos suspendidos, pero que una vez se reactive la economía de seguro que volverán a enrolarse en la economía formal.

Martínez reitera que hay programas económicos “para salir adelante”.

Bajo la óptica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en América Latina las pequeñas y medianas empresas enfrentan serios obstáculos, entre ellos los costos para cumplir con regulaciones e impuestos que generalmente son proporcionalmente más altos, mientras que sus presupuestos de investigación y desarrollo y capacitación laboral son exiguos o en muchos casos inexistentes.

En síntesis, el organismo internacional sostiene que el sector necesita reglas de juego más equilibradas.

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