Cambios tectónicos: el dólar y el LIBOR
Ciudad de Panamá, Panamá/En el panorama internacional monetario y financiero, dos importantes sucesos merecen ser destacados: primero, el llamado del presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva por una nueva moneda americana que pueda competir contra el dólar estadounidense, y segundo, el cierre de libros de la controvertida tasa LIBOR. Veamos.
El futuro del dólar
De acuerdo a una nota reciente publicada en la revista estadounidense Foreign Affairs, en los últimos años han aumentado los cuestionamientos contra el dólar como la moneda dominante a nivel mundial.
El principal argumento citado contra la dominancia del dólar tiene que ver con la cada vez menor porción relativa que representa los Estados Unidos de la economía global. Y el principal argumento a favor es la inercia monetaria: el dólar ha sido la moneda preeminente de referencia por ya más de medio siglo y tomará mucho tiempo antes de que ceda el puesto.
Incluso, se han dado argumentos de que Estados Unidos podría preferir permitir la disminución del poder del dólar a nivel internacional, ya que esto le permitirá establecer mejores incentivos de capital en relación a su propia inversión, reduciendo el impacto de los desequilibrios económicos de otros países.
Uno de los retos que enfrentan los países que buscan desplazar la predominancia de Estados Unidos y su dólar —como Brasil— es desarrollar sus mercados domésticos a un nivel similar de eficiencia y eficacia, para así poder sostener una moneda con un valor estable en los mercados internacionales, que permita la planificación futura de la demanda sobre tales valores.
Repaso histórico
Según la investigación del historiador Liaquat Ahamed, el panorama monetario internacional previo a la Segunda Guerra Mundial estaba dominado por los bancos centrales del Reino Unido, Francia y Alemania, emitiendo libras, francos y marcos, respectivamente. Toda esta emisión estaba respaldada por las reservas de oro de estas naciones.
Pero la disputa entre estos bancos sobre si ajustarse nuevamente el estándar de oro —y a qué paridad— luego de haberlo suspendido durante la Primera Guerra Mundial llevó rápidamente a fuertes conflictos, estableciendo las bases para la siguiente guerra y abriendo el campo para el surgimiento del poderío del dólar, cuya emisión estaba pasando a manos del sistema de la Reserva Federal.
Con el importante salto industrial que logró Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y su ejecución de planes de reconstrucción en Alemania y Japón, el dólar hizo camino fácil en tal campo estableciéndose como la moneda de referencia de la nueva economía internacional.
Vale la pena indicar que durante las conversaciones de paz posterior a la Segunda Guerra, se debatió la posibilidad de establecer una moneda internacional de referencia, llamada el bancor —del francés banque or u oro bancario— pero el concepto no prosperó más allá de la mesa de dibujo.
Fuentes de poderío
Entre otros, un factor que dota al dólar de su enorme influencia internacional, es el desarrollo avanzado del ejército estadounidense, cuyas capacidades de proyección de fuerza se mantienen aún sin rival en todo el mundo. Mientras que la República Popular de China tiene, por ejemplo, dos portaaviones con uno bajo construcción, Estados Unidos tiene 11, con tres en construcción y un historial de 55 ya fuera de comisión, los cuales sirvieron de sustento para su curva de aprendizaje.
Si bien es cierto que debido al surgimiento de nuevos formatos de conflicto, las ventajas en armamento y equipamiento de Estados Unidos irán perdiendo vigencia, por el momento sigue siendo la nación que mejor invierte en investigación y desarrollo, manteniéndose constantemente a la vanguardia de la competencia global militar.
No solo el poderío militar configura la influencia del dólar, sino su poderío económico, con la economía estadounidense aún suficientemente sólida como para recibir los impactos económicos del uso del dólar por otras naciones.
Nuevos liderazgos monetarios, como aquel de Da Silva y Brasil, deberán aún producir economías con un nivel comparable de innovación y eficacia para poder flotar una moneda que sostenga operaciones financieras regionales de forma estable en el tiempo.
Postrimerías del LIBOR
Un evento presente que recuerda la frase bíblica de David —“¡Cómo han caído los poderosos!”— ha sido el colapso en desgracia de la Tasa Interbancaria Ofrecida de Londres (LIBOR, por sus siglas en inglés).
Desde 1986, la tasa LIBOR se había establecido como una de las tasas de interés de referencia más importantes del mundo. Pero recientemente reportó The New York Times que ya los últimos días de la tasa estaban contados, luego de un colosal esfuerzo de gran parte de la industria bancaria internacional.
LIBOR funcionaba así: como es preferible para un acreedor tener una tasa que refleje los verdaderos costos de prestar en el tiempo, bancos y casas de inversión alrededor del mundo fijaban sus propias tasas en referencia a la tasa LIBOR —sumando o restando puntos porcentuales. De esta forma, si el costo de prestar aumentaba, la tasa LIBOR reflejaba tal aumento, siendo Londres uno de los centros bancarios más importantes del mundo, ajustándose automáticamente los contratos vinculados.
El problema fue cuando se descubrió, a inicios de la década pasada, que la tasa estaba siendo manipulada, con varios bancos siendo multados con un total de $10 mil millones, entre ellos, el banco británico Barclays.
Nuevas referencias
Para reemplazar el LIBOR, ahora se produce —por el sistema de la Reserva Federal en Estados Unidos— la Tasa Negociada de Financiamiento de Entre Días (SOFR, por sus siglas en inglés). Con este cambio, continúa el proceso de debilitamiento del mercado financiero londinense de cara a sus rivales estadounidenses y franceses, acelerado en parte por la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
La ventaja del SOFR es que —en vez de ser calculado mediante paneles bancarios como LIBOR— se basa en la estadística de transacciones reales acumulada por el sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Aprovechando la terminología gramatical, se pasó de un sistema prescriptivista a uno descriptivista.
No obstante, aunque contados, todavía quedan días bajo el modelo de LIBOR, con decenas de miles de contratos aún utilizando esta tasa como referencia, representando miles de millones de dólares en pagos de crédito.
En medio de los cambios en los mercados financieros globales y la transición fuera del LIBOR, el mundo de las finanzas se encuentra en un período dinámico y transformador.