Día mundial del ambiente: Cambio climático amenaza a más de 60 comunidades en Panamá
Cambio climático
Según un estudio, para 2050, Panamá habrá perdido más del 2% del territorio costero a causa del calentamiento global, lo que provocaría que más de 60 comunidades sean tomadas por el mar.
Ciudad de Panamá/En toda Centroamérica y el mundo ya se tienen registros de cambios en los patrones meteorológicos y condiciones relacionada al cambio climático y al calentamiento global. La mayoría de estos efectos y variaciones climáticas suceden por los hábitos de consumo y actividades humanas.
En el mar Atlántico y el Pacífico, se han incrementado las temperaturas, una cuestión que influye en el cambio de la circulación de vientos, lo que determina la formación del clima sobre una determinada región.
Además de incrementar las temperaturas en los océanos, el cambio climático también ha causado un ascenso del nivel del mar, lo que afecta a todas las costas de la región centroamericana y del Caribe.
En el caso de Panamá, ya existen afectaciones.
A través del estudio de Dinámicas Marinas y Ascenso del Nivel del Mar, de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) se ha identificado que, en 2050, Panamá estaría perdiendo 2.01% del territorio costero.
En el estudio, se ha logrado identificar cuáles son las áreas de manglares, bosques, producción agropecuaria y áreas pobladas. Según el informe, para 2050 más de 60 comunidades se van a ver afectadas por el incremento del nivel del mar.
Tal y como está sucediendo con la comunidad de Gardi Sugdub, en la comarca Guna Yala, en donde 300 familias fueron trasladas y reubicadas en una nueva barriada en tierra firme.
¿El motivo?, la isla en donde vivían estas familias ya está siendo tomada por el mar.
“Hemos identificado 63 comunidades, que son fundamentalmente indígenas y afrodescendientes que van a ser afectadas por el incremento del nivel del mar”, dijo Ligia Castro, directora de Cambio Climático de MiAmbiente.
Gardi Sugdub no es la única comunidad que en el presente está siendo afectada por el incremento del nivel del mar.
Según cuenta, en Isla Colón, provincia de Bocas del Toro y en la provincia de Colón, existen dos comunidades en las mismas condiciones.
“En Costa Abajo de Colón, en Chagres, se han perdido cinco líneas de casa por la erosión e incremento del nivel del mar”, subrayó Castro al tiempo que asegura se debe empezar a trabajar en una estrategia de desplazados climáticos, y empezar a analizar cuáles son las comunidades que a corto y mediano plazo se van a tener que reubicar.
Los eventos 'extremos'
Por otro lado, Castro ahondó en los eventos climáticos “extremos”, los cuales se han hecho más frecuentes y más fuertes cada vez, en comparación con los años 70’s y 80’s, que ocurrían con una alternancia de muchos más.
Por ejemplo, en el caso del evento del Niño y de la Niña, en 1970 y 1980, se alternaban entre 10 a 7 años, en la década de 1990, era entre 3 y 5 años.
Los años que no ocurrían eran denominados “años neutros”. Ahora, en la actualidad, estos fenómenos solo están teniendo entre 2 y 4 meses neutros.
"En nuestros países el evento del Niño disminuye precipitaciones, y el de la Niña incrementa las precipitaciones”, recordó la experta en estudios climáticos.
Estos cambios también se han dando en los patrones de lluvias.
Hace varias décadas podía llover entre 4 y 5 horas, no pasaba nada. Ahora, lo que llovía en 5 horas en el pasado, cae en una o media hora, y además causa serias afectaciones como caídas de árboles, deslizamiento de tierra, inundaciones urbanas y ríos o quebradas desbordados.
Son lluvias torrenciales concentradas, se saturan los suelos y hay más inundaciones. Esto puede ser cada vez más recurrente", advirtió.
Existen tres sectores que emiten más emisiones de carbono en Panamá: desechos sólidos, consumo energético y agricultura.
'El talón de Aquiles'
Con miras a prevenir y minimizar las afectaciones por los efectos del cambio climático, acelerado por el comportamiento del hombre, la directora de Cambio Climática sugiere realizar una serie de cambios en los hábitos de consumo de nuestro día.
Según Castro, el "talón de Aquiles" de Panamá es la gestión integrada de desechos sólidos.
La mala e inadecuada disposición y tratamiento de los desechos sólidos, emite gases metanos lo cual acelera el calentamiento atmosférico.
El problema no es solo la recolección, sino que también la población debe ser educada para disponer la basura de forma correcta, para posteriormente, clasificar lo que se puede utilizar de los desechos y lo que no, desecharlo responsablemente.
No solamente colectarlo adecuadamente, sino clasificar, ver cuáles se pueden reusar y transformar. Pensar que a través de los desechos sólidos se pueden convertir en energías limpias", recomendó Castro.
Consumo energético
Un cambio en el uso de las energías eléctricas, es decir, la implementación de los paneles solares en todos los hogares del país es otro de los cambios de consumo humano que puede ayudar a mitigar los impactos climáticos que se están haciendo cada vez más latentes.
De acuerdo con Castro, no se puede ignorar el hecho de que "cada vez hace más calor", pero en la medida de que se pueda ser más eficiente en el uso de las energías, se contribuye de manera positiva en la disminución de las emisiones de carbono.
La transformación de vehículos de combustibles a vehículos eléctricos, también será muy importante, sin embargo, se debe empezar a tratar de que estos tengan costos accesibles para la población.
Agricultura sostenible
En otro extremo, pero no menos importante, Castro subrayó la transformación de la ganadería y el sector agropecuario.
Por ejemplo, sugiere que Panamá debe pasar de la ganadería extensiva a la "silvopastoril", para que los árboles pueden capturar más emisiones, teniendo en cuenta que el ganado también expulsa una gran cantidad de gas metano que se emite al medio ambiente.
Ese intercalar árboles en la producción agropecuaria, también me permite bajar la temperatura del ganado y que pueda sobrevivir al calor que tenemos hoy día", indicó.
A corto plazo, Panamá también debe prestar especial atención a la arborización de pueblos o ciudades y reforestación en zonas que han perdido su población boscosa, toda vez que además de capturar las emisiones de carbono, brindan seguridad hídrica al país, siendo esta la mayor afectación que se da cuando se registra el fenómeno del Niño.
Los árboles son muy importantes ya que no solo incrementar la captura de emisiones, y la infiltración de agua cuando llueve, sino también para bajar las temperaturas de nuestros pueblos y ciudades", afirmó la experta.
En el último evento del Niño, según el Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá, más de 15 cuencas presentaron sequía hidrológica. El cambio climático ha resultado en una extensión de la temporada seca, cuando antes se daban solo dos meses, hoy día se están registrando entre cuatro y hasta seis meses en algunos casos.
Según el último estudio de cobertura boscosa realizado en el país, existe un 68% de bosques, y el 36% está bajo áreas protegidas. Sin embargo, no se puede perder la vista la importancia de la reforestación y protección de los árboles, lo cual quedó incluido en la actualización de la "normativa de estudio de impacto ambiental, incorporar vulnerabilidad y riesgo climático", explicó Castro.
Además, los proyectos de desarrollo urbano deben incluir la huella de carbono y medidas de adaptación.
El clima cambió y va a seguir cambiando”, puntualizó.