El Balboa en tus bolsillos: Monedas que cuentan historias

Historia de Panamá

Con el paso del tiempo, surgieron ediciones especiales de monedas que conmemoran eventos históricos y personajes nacionales, convirtiéndose en pequeños museos ambulantes de nuestra historia.

Postal de Maduro, con las denominaciones de monedas panameñas.
Postal de Maduro, con las denominaciones de monedas panameñas. / Colección Niko Liakópulos

Las monedas de balboa en Panamá representan mucho más que un valor monetario; son símbolo de identidad y patrimonio cultural. Desde su introducción en 1904, un año después de la independencia de Panamá de Colombia, el balboa se consolidó como moneda oficial en un país donde la presencia estadounidense marcaba la construcción del Canal y las dinámicas sociales y económicas. 

A pesar de la circulación simultánea del dólar estadounidense en el país, las monedas de balboa han mantenido un lugar especial en la economía y cultura panameñas. En denominaciones de 1, 5, 10, 25 y 50 centavos, y la icónica moneda de 1 balboa, estas piezas han acompañado la vida diaria de los panameños, coexistiendo con el dólar en una situación única y práctica que caracteriza a la economía nacional. 

Monedas y estampillas panameñas.
Monedas y estampillas panameñas. / Colección Niko Liakópulos

Una breve historia

De acuerdo con el libro Historia Numismática de Panamá 1904-1965 de David Plowman, se cuenta que “una de las primeras órdenes del día tras declarar la independencia y elegir una legislatura y un presidente fue establecer un sistema monetario para el país recién independizado. El 25 de abril de 1904 un grupo de siete delegados de la Asamblea Constituyente propuso que el nombre del nuevo sistema monetario de Panamá se llamara Balboa y que la imagen de Balboa apareciera en las monedas”.

También destaca Plowman en su libro que las monedas colombianas que habían circulado en Panamá fueron recolectadas e intercambiadas a fines de 1904 y principios de 1905, fundidas y con ellas se hicierron las monedas de la nueva república.

Según la Asociación Numismática de Panamá, eran hechas de plata con pureza de 90% y había 5 diferentes denominaciones: de 2½, 5, 10, 25 y 50 centésimos, estos últimos siguieron llamándose popularmente “pesos”. 

No es hasta la década de 1930, cuando a través de nuevos acuerdos con Estados Unidos se aprueba la acuñación de las primeras monedas de un Balboa en plata. Sin embargo, al parecer estas monedas no llegaron a tener una buena aceptación entre la población, ya que por su peso y tamaño eran poco prácticas y se decidió seguir acuñando las más populares entre la población.

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No es hasta 2011 el gobierno nacional acuña la moneda de un balboa de las cuales se emitieron 40 millones. 

En el documento de Carlos Juan Navarro se describe la moneda de un balboa como “bimetálica compuesta por dos partes: el anillo formado por un núcleo de acero y tres capas adiciones (niquel, cobre y externa de níquel), y el núcleo, que también está realizado con acero de tres capas (níquel, cobre y externa de latón). En el anverso tiene la imagen de Vasco Núñez de Balboa y en el reverso el escudo nacional de Panamá. En el canto se puede leer “PANAMÁ 1 BALBOA”. Este diseño se reproduce en los años 2017, 2018 y 2019”.

Un detalle de moneda de un balboa falsificada.
Un detalle de moneda de un balboa falsificada. / Carlos Juan Navarro

Curiosidad y coleccionismo

En la  Feria de Colecciones que organizó la Asociación de Numismática de Panamá el pasado mes de septiembre entre las exposiciones de monedas de algunos de sus miembros me llamó la atención una que mostraba de forma muy original la historia de la falsificación de monedas panameñas.

Se trata de una investigación realizada por Carlos Juan Navarro, coleccionista desde los 13 años de monedas, una afición que adquirió por parte de sus padres que las guardaban por montones en jarros, lo que atrajo su curiosidad desde esa temprana edad. Las empezó a intercambiar con amigos cuando viajaba hasta que en el 2016 llegó a una de las populares ferias de los numismáticos panameños y ahora es miembro activo de este grupo.

Lo primero que me aclaró Carlos fue que la falsificación es un delito y que su motivación para hacer esta investigación comparativa es la curiosidad por los casos de falsificación que se han realizado a lo largo de la historia numismática panameña, sobre todo los más recientes y que tienen que ver con las monedas de un balboa.

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 “Las monedas falsas para mi cuentan una historia. Por ejemplo, en una reciente exposición que hice en el centro cultural La Manzana no me enfoqué en las monedas de un balboa actuales, sino en varias monedas de diversas épocas. Entre ellas, la más vieja era una de 1833. Es una moneda española de dos reales con una interesante historia. Resulta que la original era de plata, pero en 1833, el peso en plata valía más que los dos reales de la moneda, así que la falsificaban para derretir la plata y hacían una moneda de otro material cualquiera, así vemos como desde el siglo XIX ya se hacían ese tipo de cosas. La falsificación no es una actividad de ahora. Muchos de los coleccionistas panameños tienen ejemplares falsificados en sus colecciones”, comentó Carlos.

Otro ejemplo muy interesante que se incluía en la exhibición es el caso de la moneda de cinco centésimos panameña de 1916 que es muy particular, ya que por su escasez es una de las más caras del catálogo panameño de coleccionistas. 

Para Carlos Juan, “lo interesante de la exposición de La Manzana es que hay cuatro diseños de la moneda de cinco centésimos de 1916, pero esa moneda no se hizo con la intención de falsificarla en la época, la sospecha que tenemos y por lo que hemos visto, es una falsificación de la década de 1970 aproximadamente y esta falsificación se hizo con la intención de estafar a coleccionistas”. 

Moneda de cinco centésimos de 1916 falsificada.
Moneda de cinco centésimos de 1916 falsificada. / Colección Niko Liakópulos

La falsificación de monedas

Desde el pasado mes de abril hasta agosto, Carlos se dedicó a ir todos los sábados a varios bancos a cambiar billetes por rollos de monedas de un balboa, debido a que son las más falsificados últimamente. Luego los revisaba concienzudamente para detectar las imitaciones hasta conseguir un catálogo de 13 ejemplares diferentes. Aunque aclara que hay más, “hace poco compré un helado y me dieron uno que no está en el listado y varios compañeros me han enviado fotos de cuatro diseños que tampoco están en mi catálogo”. 

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Según Carlos Juan de las monedas actuales las más falsificadas son las de un balboa. Las copias empezaron a aparecer más o menos en el 2021. Pero ¿cómo sabemos si tenemos una falsa?

Responde que, “hay muchas formas de darse cuenta. Las personas que manejan efectivo constantemente lo ven a simple vista porque los diseños son un poco diferentes y lo que principalmente las delata es el peso, que casi nunca es el mismo que el de la moneda real, el material es de peor calidad y se oxida mucho más rápido; ademas siempre hay detalles que las hacen resaltar, aunque no hay un solo diseño específico. Quienes las falsifican inventan sus propios diseños, algunos con patrones característicos de cada fabricante, lo que me permitió clasificarlos de acuerdo con esto”. 

Lo que explica Carlos es que identificó varias monedas que tienen un asterisco en el canto, así que bautizó a este grupo de copiadores como la “fábrica asterisco”. Otro caso es la “fábrica Baleoa” palabra que utiliza en vez de balboa. Otra es la “fábrica Iglesga”, en vez de Iglesia.  

Moneda de un balboa de 1934.
Moneda de un balboa de 1934. / Colección Niko Liakópulos

Estos detalles —que podemos pensar son errores en la elaboración de las monedas—le hace suponer al coleccionista que se trata de varios grupos de personas que se dedican a la actividad de falsificación. Además, agrega que hacer una moneda no es sencillo y los errores hacen pensar que tal vez acuden a métodos artesanales.

Las monedas de balboa siguen circulando como piezas clave en la vida diaria de Panamá, pero también como símbolos de un país que ha sabido forjar su identidad entre múltiples influencias y retos históricos. Cada moneda que pasa de mano en mano lleva consigo la memoria de un pasado que resuena en el presente, desde los primeros días de independencia hasta la consolidación de una economía única. En cada transacción, los panameños no solo intercambian valor, sino también el orgullo y la historia de una nación que, a través del balboa, reafirma su cultura y su soberanía día tras día.

El documento preparado por Carlos Juan Navarro bajo el título Falsificaciones de monedas de Panamá Balboas años 2011 a 2019 se puede conseguir a través de su Instagram @cjcoinspanama donde también publica información de sus colecciones.

Conocer el pasado nos ayuda a entender nuestro presente.

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