Los avatares de la educación privada en medio de la pandemia de la COVID-19
Ciudad de Panamá/La Academia Bilingüe y Computacional Shekinah, ubicada en el distrito de La Chorrera, de la provincia de Panamá Oeste, además de un centro de formación, es el sueño hecho realidad de Luis Lasso, uno de ocho hermanos que a temprana edad quedaron en la orfandad y encontraron en los estudios el camino para seguir adelante y mejorar su calidad de vida.
No obstante, la sacudida que la pandemia de la COVID-19 le dio al sistema de educación particular hizo tambalear la quimera en la que Lasso trabaja desde el pasado 2004 para hacerla una realidad permanente.
Como Lasso, otros propietarios y administradores de centros de formación particular han tenido que buscar los mecanismos para sobrevivir a las exigencias que la nueva normalidad les impone, aunque algunos no lo alcanzaron.
Datos de la Unión Nacional de Centros Educativos Particulares confirman que, como consecuencia de la pandemia, seis escuelas de unas 720 que existen en el país cerraron sus puertas, mientras diez no seguirán el próximo año y tampoco descartan que por factores económicos y de baja matrícula otras analicen tomar medidas similares.
Un año duro
Lasso, quien visualizó en la creación de una escuela la oportunidad de compartir con otros los beneficios que le brindó la educación, expresó que, independientemente de cuáles sean los costos, mantener vigente la educación particular es un trabajo muy duro, aún con el esfuerzo que realizan para sacar lo más positivo de esta situación.
Y es que estos centros educativos pasaron por una serie de eventos, los cuales comenzaron cuando por órdenes del Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación (Meduca) se suspendió la educación presencial, lo que, a diferencia del sector oficial, los llevó a mantenerla a distancia, con la utilización de diversas herramientas tecnológicas, hasta que la entidad rectora de la educación en el país las suspendió para someterlos a un proceso de evaluación.
La medida de las autoridades del Meduca se adoptó luego de un mes de que paralizaron las clases presenciales en el país, pero pasado los meses permitieron a los centros educativos particulares la continuidad de la educación a través de la utilización de todas las herramientas que tuvieran a su alcance, porque consideraron que “lo importante era mantener el contacto con los estudiantes, a través de las clases”, pero no todos pudieron reiniciarlas, expresó Lasso.
Superado este obstáculo, se encuentran con dificultades para cubrir la planilla de los docentes y administrativos, así como los otros gastos de operación de las escuelas, porque los padres de familia tenían sus contratos de trabajo suspendidos, perdieron el empleo o simplemente no pagaban, porque la terminación del año escolar todavía era un tema incierto. En ese sentido Lasso, explicó que el 95% de los padres de familia, en algunas escuelas, no podían pagar las mensualidades de las colegiaturas de sus hijos, lo que a su vez no le permitía a los centros escolares hacerle frente a sus gastos de operación.
Los problemas para el sector de educación particular no terminaban. El 20 de julio el Meduca reinició el calendario escolar a distancia, todas las escuelas tenían que reiniciar las labores, pero la falta de solvencia económica se mantenía, porque los padres de familia les dieron prioridad a otros compromisos financieros y postergaron el pago de la educación de sus hijos, lo que obligó a los centros particulares a acogerse al decreto que les permitía reducir la jornada laboral, pero esta decisión también afectaba la calidad de la enseñanza a los estudiantes, indicó Lasso.
La morosidad de las colegiaturas era alarmante. En algunas el 50% de los padres pagaba, es decir una de dos, pero en otras esa ecuación matemática estaba alrededor del 80%, o sea que ocho de cada diez no lo hacía, añadió Lasso, quien agregó que esta situación no varía, porque actualmente muchas solo pueden hacerle frente al pago de sus docentes, mientras todos los demás compromisos económicos como cancelación de alquiler o deudas con las entidades financieras siguen pendientes o se pagan a medias.
Las perspectivas del 2021
La vicepresidenta de la Unión Nacional de Centros Educativos Particulares, Kathia Echeverría, expresó que superaron el tema de brindar clases virtuales, producto del “gran esfuerzo” que hicieron los centros educativos particulares a través de la adaptación de plataformas y metodologías.
Además aseguraron la cobertura de contenidos priorizados y consolidaron los derechos fundamentales de aprendizaje para el próximo nivel, con el apoyo de los docentes que por su vocación demostraron que “no hay barrera para el buen docente que le impida enseñar y lograr aprendizajes en sus estudiantes, con abnegación y esfuerzo”.
Para Echeverría el aprendizaje tampoco se hubiera podido lograr sin los padres de familia que acompañaron a sus hijos en este proceso de cambio y adaptación que conllevó a mucho acercamiento socioafectivo y flexibilización de normas y exigencias usuales en tiempos normales para ser cónsonos con la nueva realidad.
No obstante, reiteró que es difícil, porque todo el proceso de cambio y adaptación que conlleva vivir en pandemia hizo que seis escuelas dejaran de funcionar, otras diez anunciaron al Meduca que no seguirán abiertas para el próximo año y existe la posibilidad de que otras están analizando decisiones similares.
A pesar de este panorama, Echevarría expresó que confía en que con esfuerzos extraordinarios y el apoyo de los padres de familia, habrá centros educativos que harán todo lo posible por no cerrar sus puertas y continuar con su misión educativa. “Cada centro que cierre será una pérdida invaluable para la sociedad”, sentenció.
Subsidio o Auxilio Económico Gubernamental
Por otro lado, Echevarría informó que los gremios de centros educativos particulares, unidos, luego de largas negociaciones en una mesa de trabajo con el Meduca y el Ministerio de Economía y Finanzas, lograron que el Meduca les hiciera un reconocimiento económico a los padres, que en una primera etapa contempla a los que tienen hijos que asisten a colegios cuyo costo mensual sea de 150 dólares mensuales o menos.
El director de Asesoría Legal del Meduca, Virgilio Sousa Valdés, informó que se trata de 2 millones de los 80 millones que ya obtuvieron como un crédito extraordinario en la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional para entregarlo como un subsidio o auxilio económico.
Para tener acceso a este beneficio las escuelas deberán elevar un memorial a la titular de Educación, la cual la pasará para su evaluación a una comisión que se creará para tal efecto con funcionarios de tres departamentos del Meduca (Educación Particular, Finanzas y Asesoría Legal) expresó Sousa Valdés.
Añadió que esta comisión todavía no está formada, pero según las proyecciones de la institución este subsidio, que amortizará la deuda que los padres de familia, beneficiará a unos 55 mil estudiantes distribuidos en 343 escuelas de 14 regiones educativas y áreas de difícil acceso.
Al respecto, el propietario y director de la Academia Bilingüe y Computacional Shekinah, Luis Lasso, sostuvo que el número de escuelas beneficiadas representa menos del 50% del total de los centros educativos particulares existentes en el país; tampoco representa un alivio real, porque la suma asignada por el Meduca es casi nula para quienes serán beneficiados y es excluyente al dejar sin apoyo a los padres de familia con hijos en escuelas con mensualidades arriba de 150 dólares, pues ellos también enfrentan las dificultades que trajo consigo la pandemia de la COVID-19.
El docente también indicó que este “auxilio económico” representa aproximadamente 30 dólares por estudiante, cuando en la mayoría de las escuelas existen padres de familia con más de cinco cuotas pendientes.
Pero, a pesar de todas las dificultades que, como consecuencia de la pandemia, tuvo que vivir, Lasso persiste en su anhelo de mantener vigente el sueño de llevar educación de calidad a la población, porque es (la educación) el mejor instrumento de cambio dentro de la sociedad.