Aumento de coyotes en zonas rurales panameñas genera preocupación
Ganadería en Panamá
Ciudad de Panamá, Panamá/La población de terneros, chivos, cabras, corderos, gallinas y patos está siendo severamente diezmada por los coyotes (Canis latrans), cuya presencia al parecer se ha incrementado en las áreas rurales del país, provocando pérdidas estimadas en cerca de 100 mil dólares.
Las afectaciones causadas por esta “nueva plaga”, como la llaman los productores, se basan en los reportes estimados que vienen haciendo los ganaderos, agrupados en los 10 capítulos que en el país tiene la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan).
Una denuncia de la Anagan señala que lo peor está ocurriendo en los animales de vida silvestre como venados, conejos, zarigüeyas e iguanas, entre otros, “rompiendo cada vez el balance ecológico”.
“El coyote está diseminado en todo el territorio, afectando no solo a los ganaderos, sino que a toda la población que vive en las zonas rurales”, afirma el gremio en una carta dirigida a José Victoria, director de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente, y que lleva la firma de su presidente, Abilio Saavedra.
Alegan que es por ello que urge que el citado ministerio tome las medidas que permitan mantener en primer lugar el balance ecológico y después minimizar las pérdidas económicas de las comunidades rurales.
Al detallar las consecuencias negativas que están causando los coyotes en el país, señalan que están presentes en los seis distritos de la provincia de Coclé, desde Antón hasta Aguadulce, incluso al sur de la carretera Panamericana.
Por su parte, en la provincia de Colón se han reportado ataques en los distritos de Donoso y Chagres, “sobre todo en terneros recién nacidos”.
Más cerca de la ciudad capital, en el distrito de La Chorrera, se conocen casos en los corregimientos de Obaldía, Amador, Herrera, Santa Rita, Los Díaz, Iturralde, Mendoza, El Arado y Las Zanguengas.
En Capira, los parientes de los lobos y los zorros atacan a terneros recién nacidos, corderos y gallinas en los corregimientos de Cermeño, Villa del Carmen, Campana, Trinidad y Polanco, donde se han tenido que instalar cercas eléctricas.
En Bocas del Toro, siempre de acuerdo al informe que hizo llegar la Anagan al Ministerio de Ambiente, la “nueva plaga” se encuentra en las tierras bajas de los bosques primarios.
El problema se agudiza en las tierras bajas próximas a los bosques primarios y los productores Juan Vargas, Domiciano Vega, Feliciano Saldaña, Darío Araúz y la familia Orocú han dado a conocer casos en Malí, La Mesa, Las 60´s, río Changuinola y Chiriquí Grande.
Los coyotes también se ubican en la provincia de Los Santos, donde según los campesinos han sido múltiples sus ataques, siendo las áreas más afectadas Guararé, El Hato, parte del distrito de Las Tablas y el distrito de Macaracas, o sea, toda la falda del cerro Canajagua.
En la vecina provincia de Herrera estos depredadores marcan su presencia en todo el territorio, con excepción del área costera.
Por su parte, en la provincia de Veraguas se conocen casos en toda su geografía, lo que al parecer está influenciado por la similitud de la topografía y el ambiente con las provincias limítrofes de Los Santos y Herrera. En la parte norte de la provincia bañada por dos mares también se han reportado casos, señala el documento.
Al referirse a la provincia de Chiriquí, sostienen que la situación es grave, toda vez que reportan ataques y una gran cantidad de avistamientos, “al punto que ya no se ocultan ante la presencia de los humanos”.
Tolé, Remedios, de San Félix hasta Bugaba, pasando por Gualaca, es decir, toda la parte baja de la provincia, es la más afectada.
Los daños, al igual que en las demás zonas, se presentan en terneros de poca edad, corderos, cabras y sobre todo en gallinas, aunque también se han visto devorando iguanas, conejos y otros animales silvestres.
“Dada esta experiencia, vamos a incorporar una metodología para recoger las denuncias y de esta forma cuantificar con más precisión la información de las pérdidas que se están dando por este nuevo flagelo del campesinado nacional”, manifiesta la Anagan.
Los menores ataques de estos animales se dan en la zona oriental que abarca las provincias de Darién y Panamá, sin embargo, se dan con más frecuencia en la zona norte de la carretera Panamericana, desde Metetí hasta Chepo, siendo las presas preferidas las gallinas, corderos y terneros.
Para Ricardo Moreno, de la Fundación Yaguará, el problema con los coyotes obedece básicamente a que en las áreas rurales existen potreros abiertos y semiabiertos en donde los animales domésticos son presa fácil, mientras que en las zonas urbanas la mala disposición de la basura facilita que estos animales se acerquen a las casas y a las barriadas, en busca de comida.
Agregó que la baja población de jaguares y pumas también le dan ventaja a los coyotes, pues estos son sus depredadores naturales.
“Este es un problema de todos”, indicó Moreno, quien explicó que la fundación Yaguará, que asesora y propicia cambios en el manejo de las fincas, ha convocado reuniones con representantes de distintas entidades gubernamentales, con la asociación de ganaderos y con algunos bancos para establecer estrategias que permitan evaluar las zonas y propiciar medidas anti depredación.
Moreno insistió en que los residentes de las áreas rurales deben de poner de su parte para tratar de minimizar el conflicto humano- vida silvestre que se presenta.
El también conocido como “perro aullador” se encuentra diseminado en Canadá, Estados Unidos, México y en Centroamérica hasta Panamá, ya que puede vivir en diversos hábitat, como montañas, bosques, desiertos, praderas, en el trópico y en pantanos.