Ataques de perros, coyotes, cuatreros y del gusano barrenador, minan la actividad ganadera
El hato ganadero en el país se estima en 1.5 millones de cabezas, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo.
Ciudad de Panamá, Panamá/Potreros en caos. Jaurías de perros abandonados sacian su hambre cazando terneros en la provincia de Los Santos, mientras que los coyotes, los cuatreros y el vuelo rasante del gusano barrenador continúan azotando al sector ganadero del país.
Los perros están matando a los terneros y a las vacas de un año o dos, explicó el ganadero Armando Cedeño, quien agregó que estos son abandonados por los indígenas que se trasladan hacia la región de Azuero a trabajar en las porquerizas y que luego se retiran hacia sus tierras, dejándolos a su suerte.
“Primero van por los despojos de los cerdos y luego por el ganado”, afirmó.
Indicó que esta situación se agrava en el área de Las Cruces, Sabanagrande y El Sesteadero, llegando incluso a Las Tablas, la capital de la provincia de Los Santos.
“En la provincia de Los Santos se contabilizan hasta el momento unos 350 animales muertos por las jaurías de perros. A mí solo me han matado 27”, detalló Cedeño, miembro de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan).
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Nada se puede hacer, pues al tratarse de perros domésticos no se pueden matar, se lamentó el ganadero, al señalar que se han reunido con los alcaldes, con el gobernador y hasta han puesto de sobre aviso a las autoridades de MiAmbiente, pero no han encontrado una respuesta a este grave problema.
“Hace poco en mi finca pude ver como 20 perros estaban rodeando al ganado, que se había juntado en un círculo. Los corretié”, comentó Cedeño.
Consultado al respecto, el coordinador en la provincia de Coclé de la Asociación de Médicos Veterinarios de Pequeñas Especies de Panamá, Gaspar Aguilar, confirmó que, en efecto, los perros pueden matar a un animal para consumir su carne.
Otra plaga que está atentando contra la actividad pecuaria del país son los coyotes (Canis latrans), que continúan atacando a las poblaciones de terneros, chivos, cabras, corderos, gallinas y patos, y que el año pasado causaron pérdidas cercanas a los $100 mil, según reportes que en su momento ofreció la Anagan.
“El coyote está diseminado en todo el territorio, afectando no solo a los ganaderos, sino que a toda la población que vive en las zonas rurales”, sostuvo el gremio en una carta dirigida en enero del 2023 al entonces director de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente, José Victoria. De esa misiva no se conoció ninguna respuesta.
Por si fuera poco, el cuatrerismo “no se aguanta”, provocando pérdidas anuales a la ganadería que suman $2 millones, cifra que de acuerdo con Euclides Díaz, secretario ejecutivo de la Anagan, “va en crecimiento”.
Díaz agregó que los ganaderos necesitan una pronta aprobación del proyecto de ley presentado por el diputado Ronald de Gracia, que elimina el desistimiento, “pues los fiscales todo lo resuelven con arreglos y si la víctima no quiere hacerlo, entonces archivan las carpetillas”.
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El secretario ejecutivo de la Anagan no vaciló en afirmar que “parece que le tienen miedo a las bandas de cuatreros”.
Y es que en los últimos años el abigeato en el país ha cambiado su modus operandi: pocas veces descuartizan los animales en los potreros, pues ahora en horas nocturnas llevan incluso camiones para cargar los semovientes.
Para tratar de controlar el cuatrerismo, los ganaderos propusieron en 2022 a las autoridades de turno colocar sus agentes de cobros en los puntos que tienen los municipios para la extensión de las guías y de los pagos de degüello para contribuir en la revisión de los ferretes, una de las debilidades que se tienen para el control, seguimiento y judicialización de este delito.
No obstante, esto todavía no se ha podido hacer, pero “ya tenemos el proyecto de ley en consulta en nuestros capítulos y esperamos presentarlo a la consideración del Ejecutivo para que lo presente a la Asamblea Nacional el 1 de enero de 2025”, se informó desde la Anagan.
A este enmarañado panorama se le suma una de las plagas que ya había sido erradicada en el país y que por un confeso “descuido” de las autoridades agropecuarias de la administración de Laurentino Cortizo regresó con mayor fuerza, la del gusano barrenador del ganado, que anualmente deja pérdidas millonarias a la ganadería.
Al parecer, de poco o nada valió que el país fuera declarado técnicamente libre del gusano barrenador del ganado el 12 de julio de 2006, comentó un funcionario del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), que prefirió el anonimato.
La Cochliomyia hominivorax, o larva del gusano barrenador del ganado, es causa de una miasis cutánea, o sea, de una invasión de los tejidos de los animales por larvas que dañan las pieles, además de que afectan la producción de carne y leche, limitan el comercio de animales y provocan la muerte si no es tratada a tiempo.
“Primero nos dijeron que debíamos identificar y aretear el ganado para su trazabilidad y después de estar por más de una década en esta tarea ahora resulta que debemos estar curando y quitando los aretes infectados por el gusano barrenador”, se quejó el ganadero Ricardo Morcillo.
¿Podría alguna autoridad del MIDA responder, instruir y recomendar a todos los ganaderos que utilizamos este sistema de identificación qué carajo hacer ante este problema, al igual que con los descornes de terneros y mordeduras de murciélagos?, se preguntó.
Seguidamente, Morcillo se respondió: “O para eso debemos primero enviarles los frascos con gusanos y asistir a las reuniones y días de campo de la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación del Gusano Barrenador (Copeg) y del MIDA...”.
Hasta el 21 de septiembre último en el país se han presentado 17,968 casos positivos del gusano barrenador, mientras que a nivel regional hay presencia en Costa Rica con un total de 6,690 casos desde la declaración del brote, mientras que en Nicaragua se contabilizan 3,307 casos y en Honduras ocho casos por incursiones desde Nicaragua, de acuerdo con la Copeg.
En la actualidad, el insecto se mantiene en etapa de erradicación con incidencias de casos positivos en todas las provincias de Panamá a excepción de la comarca Guna Yala.
Unas 79 personas han sido afectadas por el gusano barrenador del ganado, registra el Ministerio de Salud.
Hoy día, la Copeg está produciendo un poco más de 94 millones de pupas de moscas estériles, cantidad que anteriormente rondaba los 25 millones, informó a los medios Carlos Moreno, director general de la Copeg por Panamá, quien desde marzo de 2023 ocupó la dirección de Salud Animal del MIDA durante la gestión del exministro Augusto Valderrama.
Las moscas estériles están siendo dispersadas en el norte de Honduras y Nicaragua, mientras que en Panamá las autoridades se han centrado en la curación de heridas, toma de muestras y el transporte de animales sanos, revela una nota oficial. Caos en los potreros.