Arroz, el plato favorito de los panameños podría subir de precio
Economía en Panamá
Ciudad de Panamá/En el desayuno, en el almuerzo, en la cena, o en cualquier ocasión, la blancura del arroz humeante se apodera del plato de los panameños. “El arroz soluciona”, dice Felipe Martínez mientras en una fonda ubicada en Parita, provincia de Herrera, se frota la barriga en señal de satisfacción, placer que podría verse afectado ante una posible alza en el precio del grano al consumidor.
El probable aumento está sobre la mesa. Los 35 centavos que hoy día se pagan por una libra del grano podría subir hasta en 10 centavos, toda vez que los insumos para el cultivo se han encarecido y los productores alegan que se hace “insostenible” recibir los 24.50 dólares que se les paga por quintal.
De esa cantidad, 17 dólares corresponden al pago que reciben de los molineros y 7.50 dólares del Gobierno, un subsidio que, según dijeron, va directamente a apoyar a los consumidores para que no paguen tanto, pero que ya no es suficiente.
“Por cada hectárea sembrada tenemos un aumento en insumos que promedia los 200 dólares”, aseguró Carlos Santanach, secretario ejecutivo de la Asociación de Productores de Arroz de la provincia de Chiriquí, quien plantea que los arroceros se encuentran en una situación difícil, por lo que necesitan del apoyo gubernamental.
De no darse la ayuda, los productores no se verán motivados para seguir sembrando y se afectaría la producción, pues muchos se retirarían de la actividad, estimó.
Al respecto, una miembro de la comisión gubernamental de la Cadena Agroalimentaria, que junto a arroceros y molineros analiza el tema, fue enfático: “No hay para más. A los productores solo le podemos dar 7.50 dólares por quintal, dinero que de paso todavía no tenemos, pues como se sabe los ingresos del Gobierno están por el piso y no se proyecta que mejoren”.
El funcionario, que pidió la reserva de su nombre, indicó que el Gobierno se compromete a garantizar dicho aporte, e hizo hincapié en que al Ministerio de Desarrollo Agropecuario solo le corresponde establecer los costos de producción por hectárea, no así los precios de venta al consumidor.
Sostuvo que no se puede castigar al consumidor con una pretendida alza en el precio del grano, ya que los precios de los insumos “no son tan significativos” como para llegar al extremo de pretender que se les pague más de 24.50 dólares por quintal. “Ellos (los productores) quieren 5 dólares de aumento por quintal…andan por Marte”, dijo.
“Un aumento en el precio de la libra de arroz al consumidor puede ser utilizado para encender la chispa de una inestabilidad social y eso el Gobierno no lo va a permitir. Hay que proteger al consumidor, y no hay plata para aumentar esos 7.50 dólares”, recalcó el miembro de la comisión, conformada por representantes de Aduanas, de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia, de la Dirección General de Ingresos y de las entidades del sector agropecuario.
Preferimos ver a los productores en la calle que a los consumidores prendiendo y promoviendo la inestabilidad social”, puntualizó.
Pero, Carlos Santanach, de los arroceros chiricanos, señaló que no abogan por un aumento en el precio al consumidor, aunque urgió al Gobierno a “actuar rápido” con este tema, ya que en esa provincia la cosecha inicia el 15 o 20 de este mes de julio y termina el 30 de abril próximo. En Chiriquí se tiene programada la cosecha de 21 mil 500 hectáreas.
En el país el consumo anual per cápita de arroz promedia las 160 libras (72.57 kilogramos), convirtiéndose en el grano favorito de los panameños. “Si no hay arroz, siento que no he comido”, recalcó el comensal Felipe Martínez.
Para este año la cuota de importación del grano, establecida en el Tratado de Protección Comercial entre Panamá y Estados Unidos, es de 296 mil 100 quintales en cáscara y de 157 mil 915 quintales de arroz pilado, mientras que en el contingente de la Organización Mundial del Comercio la cantidad alcanza los 214 mil 104 quintales en cáscara.
De enero a junio de 2020 en la región, Panamá fue el mayor comprador del grano, en comparación con las naciones centroamericanas, con 58 millones de dólares, seguido de Costa Rica con 40 millones de dólares, Guatemala 33 millones de dólares, Honduras con 31 millones de dólares, El Salvador 26 millones y Nicaragua con 17 millones, reseña el portal económico CentralAmericaData.
Según la fuente oficial de la Cadena Agroalimentaria, los molineros sí deberían pagar 19 dólares por quintal y no los 17 dólares que actualmente desembolsan, pues son quienes al final de la cadena se benefician de la venta del grano, y pareciera que son quienes están detrás de todo esto. “Algunos productores nos pidieron no tocarlos (a los molineros)”, confesó.
María Isabel de Anguizola, presidenta de la Asociación Nacional de Molineros (Analmo), aclaró que no pueden asumir un aumento de 2 dólares, porque el precio de venta del arroz de primera se mantiene regulado al consumidor por seis meses más, de acuerdo al Decreto No.88 de 30 de junio de este año.
“En otras palabras, con un mercado regulado, que establece el precio de compra de la materia prima y el precio de venta al público, sin margen, no es viable un aumento”, enfatizó.
La presidenta de la Analmo explicó que para el año agrícola 2021-2022 el sector productivo de arroz informó a la Cadena Agroalimentaria un incremento en los precios de los insumos agrícolas de aproximadamente 20% y su impacto en el precio del quintal de arroz producido.
Dijo que los molineros continuarán participando de manera responsable y proactiva en las reuniones de la Cadena Agroalimentaria, conjuntamente con los otros gremios que la integran, con la seguridad de que encontrarán soluciones viables ante esta situación, que considera es “coyuntural”.
En la región, el arroz ya no está “dormido”, se recalienta. La Federación Centroamericana del Arroz advirtió que es “inminente” la quiebra del sector, debido a la eliminación de los aranceles de importación, tal y como lo establece el Tratado de Libre Comercio DR-CAFTA.
La mesa está servida y las porciones del grano podrían disminuir en el plato de los panameños. Felipe Martínez lo sabe, se persigna.