Arroceros chiricanos claman por lluvias para sembrar y molineros aguardan llegada del grano importado

Importación de arroz

Arroz en cascara / Foto/Archivo

Mientras que en los arrozales de la provincia de Chiriquí los productores claman por las lluvias para iniciar las siembras en unas 1,500 hectáreas, que a la fecha registran un “atraso significativo” de mes y medio, los molineros se preparan para antes del 15 de junio recibir el total de los 2 millones de quintales del grano en cáscara que proceden de Uruguay, Paraguay, Estados Unidos y Guyana.

El arroz importado busca cubrir el abastecimiento durante agosto, septiembre y octubre, ya que ante la falta de lluvias los productores estiman que, siempre y cuando los aguaceros se normalicen, podrían estar sembrando en agosto y estar cosechando en diciembre, por lo que no se descarta que se autorice otra importación. 

Y es que las cosechas, que se deberían estar dando a finales de julio, agosto y parte de septiembre, no van a darse en el hectareaje acostumbrado o que se necesita, lo que ha llevado a los productores a levantar su voz de alerta, solicitando una “emergencia nacional”.

Esta declaratoria de emergencia podría ser decretada este martes por el gobierno, según dejó entrever Carlo Rognoni, director del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), siempre y cuando esté basada en un “sustento científico”.

Afectaciones en Chiriquí

En Chiriquí, que es la primera provincia que generalmente inicia la siembra del cereal a finales de marzo, hay productores que sembraron y que han tenido que volver a hacerlo, porque la temporada seca destruyó las matas o debilitó el grano.

Igualmente, en otras áreas arroceras chiricanas las afectaciones serán catastróficas, sobre todo en cuanto al rendimiento del grano, por lo que las mermas serán más que evidentes, dijeron agricultores consultados.

En tanto, el cereal importado, que fue adjudicado en la Bolsa Nacional de Productos S.A. (Baisa) a la empresa TRC Trading Corp., a una tarifa arancelaria de 3% y a un precio de cierre de 21 dólares por quintal, entra al país como materia prima, lo que indica mayores beneficios para los 21 molinos que lo compraron y que al procesarlo sacarán subproductos como el afrecho y la pulidura, que posteriormente también comercializarán.

De los 2 millones de quintales que fueron autorizados en febrero, 1 millón 800 mil en cáscara limpio y seco son para la industria molinera y 200 mil quintales para el IMA.

Importación por sequía

Desde la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres (Acovipa) esta importación es bien vista, debido a las circunstancias de sequía por las que atraviesa el país, aunque aclaran que no es posible que durante este año todo indica que las importaciones del grano serán solo en cáscara, beneficiando a un solo sector.

“La Acovipa tiene un justo reclamo”, señaló su presidente reelecto, Rodolfo Adames, quien agregó que se continúa incumpliendo con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que claramente indica que el contingente debe estar compuesto por arroz en cáscara y pilado.

Estamos violando la ley para salvarlos a ustedes”, manifestó en febrero de este año el ministro de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama, en una reunión con los miembros de la citada cadena agroalimentaria.

Gabriel Araúz, presidente de la Nueva Asociación de Productores de Arroz de la provincia de Chiriquí, reconoció que esta importación solo beneficia a un eslabón de la cadena, pero sostuvo que hablar de importar arroz pilado, que va directamente a los supermercados, que lo procesan y lo comercializan, “de pronto no es viable, pues también se necesitan los subproductos que se dan con el arroz en cáscara”.

Además de generar empleos en la industria molinera, el arroz en cáscara también trae con sus subproductos beneficios para otros sectores, entre ellos los porcicultores y avicultores, sostuvo Araúz, quien indicó que “las importaciones deben permear más y beneficiar a otros entes”.

Recordó que dentro de la Cadena Agropecuaria del Arroz los molineros se comprometieron a aportar otro tipo del grano que necesitaba el IMA para sus programas sociales, además de los 200 mil quintales, y que también tendrían que buscar la manera de poner en las estanterías el arroz de primera, que brilla por su ausencia.

Hoy día en las estanterías de los supermercados no hay arroz de primera, que debe venderse al consumidor en 40 centavos la libra, pero abunda el arroz especial a 2.49 dólares en empaques de 4 libras.

Desgraciadamente, esto ha caído en oídos sordos y no se ha cumplido con los acuerdos”, acotó Araúz.

Sobre el tema, al cierre de esta nota no se recibió respuesta del presidente de la Asociación Nacional de Molineros, Alberto Martinelli.

Respecto a la falta de arroz de primera, hay quienes culpan de esta situación a la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), entidad que junto al Ministerio de Desarrollo Agropecuario inició esta semana un inventario para conocer cuánto arroz hay en el país.

“Posiblemente”, el 25 de este mes se reúna la Cadena Agroalimentaria del Arroz y “no descartamos el hecho de que aprobemos algo más por escasez”, dijo Gabriel Araúz, quien añadió que además se deben analizar los acuerdos establecidos, pues “no puede ser que se tomen acuerdos y no se cumplan”.

No obstante, aclaró que en estos momentos no se puede hablar de un desabastecimiento.

 

 

 

 

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