Científicos de Panamá y México buscan antivenenos en escorpiones y serpientes de Panamá

Picadura de alacranes Panamá

El objetivo de dicha investigación es poder encontrar un antídoto para el tratamiento de picaduras de alacranes venenosos, una causa de muerte muy frecuente en Panamá.

Escorpión Tityus / Archivo TVN

Ciudad de Panamá/Pese a que el Ministerio de Salud (Minsa) posee los antídotos para neutralizar el veneno de ofidios y alacranes, cada año, varias personas en Panamá sufren muertes debido a picaduras de escorpión y serpientes. Esto se debe a que es importante, en la medida de lo posible, tratar al paciente con el mismo antiveneno de la especie que lo picó. El último caso trágico involucró a un niño de 5 años del corregimiento de Chilibre, quien falleció a causa de las toxinas liberadas por un escorpión.

En respuesta a esta necesidad, científicos de Panamá y México llevan a cabo una investigación financiada por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), denominada “Búsqueda y Caracterización de Péptidos Antimicrobianos y Neurotóxicos en Veneno de Animales Ponzoñosos de Panamá”.

Esta investigación surge tras la sanción de la Ley 421 de 2024 propuesta por el exdiputado Juan Diego Vásquez, mediante la cual se promueve la investigación, desarrollo, producción y comercialización de sueros antiponzoñosos, antivenenos y otros antídotos en Panamá.

En dicha ley, se instituye al Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos de la Universidad de Panamá (Ciimet) y al Centro Regional de Innovación en Vacunas y Biofármacos AIP, como los encargados de la investigación.

Para conocer más sobre esta investigación, que se encuentra en una fase experimental y se desarrolla en el territorio nacional, TVN-2.com habló con el doctor Gerardo Corzo Burguete, investigador titular del departamento de medicina molecular y bioprocesos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien se encuentra viviendo en Panamá de manera temporal hasta finalizar la investigación.

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Este proyecto tiene como objetivo desarrollar un antiveneno eficaz para las picaduras de escorpiones y serpientes, y pretende explorar la posibilidad de encontrar moléculas antibióticas en los venenos que puedan tener propiedades terapéuticas.

"Dada la biodiversidad que existe en Panamá sobre escorpiones y serpientes, el primer avance fue buscar estos péptidos antimicrobianos en los venenos de los escorpiones panameños, y, en segundo término, buscar neurotoxinas y algún otro tipo de moléculas como las anticoagulantes, que pueden ser también de venenos de escorpiones como venenos de serpientes", explicó Corzo Burguete.

La mayor cantidad de picaduras de arácnidos y de ofidios ocurre en provincias como Veraguas, Coclé, Herrera, Bocas del Toro, Darién, Chiriquí y en zonas comarcales, en donde los centros de salud suelen estar a kilómetros de distancia.

En estos casos, el lapso de tiempo en trasladar al paciente que sufre una picadura es crucial para evitar la muerte.

Corzo Burguete indica que la toxina del escorpión puede durar hasta 24 horas dentro del sistema, y la de la serpiente, puede durar un poco más de tiempo.

“El promedio es una hora, ya en dos horas está en el nivel máximo, porque el efecto es neurotóxico, es una molécula que afecta el sistema nervioso periférico de uno. Con la serpiente no afecta el sistema nervioso, afecta la sangre, glóbulos rojos y glóbulos blancos. Aunque a veces es severo también, porque si tarda mucho se le necrosa y hay que amputarle un dedo, pero da más tiempo a que la gente pueda buscar atención”, agregó.

Picadura de alacrán en un paciente de la provincias de Veraguas / Cortesía/CSS

Avances en la investigación

El estudio dirigido por el profesor e investigador Marcos Salazar del Ciimet, e integrado por la doctora Hildaura Acosta, directora del Ciimet, aborda un campo poco explorado en el país.

Según Corzo Burguete, la colaboración entre los investigadores se originó durante los estudios de doctorado del profesor Salazar en México, donde se realizó una investigación preliminar sobre los venenos de escorpiones panameños, en la que el profesor Salazar solicitó una patente de neurotoxinas de los escorpiones de Panamá.

Esta investigación inicial proporcionó valiosa información sobre la composición molecular de las proteínas y toxinas en los venenos de escorpiones, sentando las bases para el estudio actual.

Según explica, dichos péptidos antimicrobianos que pretenden encontrar en los animales ponozoñosos “son moléculas un poco más grandes que los antibióticos convencionales, pero que tienen un modo de actuar diferente a los antibióticos convencionales”.

Detalló que el Ciimet cuenta con un alacranario en la sede de la UP y un serpentario en la provincia de Veraguas en el que tienen acceso a poder realizar los estudios en dichos animales.

Investigadores que buscan antídotos y antivenenos en animales ponzoñosos de Panamá / Imágenes tomadas de la Universidad de Panamá

Objetivos del estudio

De momento, el estudio se encuentra en una fase preámbulo en la que se está analizando la forma en la que las moléculas antimicrobianas y neurotóxicas interactúan con la toxicidad o letalidad de un veneno.

Indicó que existen dos formas en las que se puede neutralizar un veneno:

1. Atacando las moléculas tóxicas

2. Atacando las moléculas sinérgicas con las tóxicas para que haya un efecto de antiveneno

Este trabajo sirve además para desenmascarar qué otras moléculas hay en los escorpiones y serpientes, que puedan ser tóxicas al humano o que pueden acelerar la actividad neurotóxica de los componentes propios”, precisó.

La producción de los antídotos o antivenenos se podría realizar desde Panamá, si se adaptan instalaciones adecuadas y su comercialización podría representar grandes oportunidades en diversos sectores para el desarrollo de oportunidades de esta índole en el país, sugirió Corzo Burguete.

Importancia del estudio

Destacó que este tipo de investigación es crucial para Panamá, dado que el país posee una rica biodiversidad de escorpiones que puede ser explotada para encontrar soluciones biomédicas innovadoras, y teniendo en cuenta que habitan dos géneros que suelen ser potencialmente peligrosos.

“Hay mucho que hacer en esto; Panamá es increíble porque en este país confluyen los escopriones del norte de América y los escorpiones del sur de América. Panamá es único porque tiene los dos géneros de escorpiones que son peligrosos al humano: Centruroides y Tityus”, explicó.

En el caso de los Centruroides, según el Ministerio de Salud, es la especie más común y con más altas densidades de población dentro de áreas urbanas de Panamá, y es el alacrán mayormente asociado a picaduras en la población panameña.

No obstante, el Tityus es el género de mayor importancia médica por ser el más venenoso de Panamá y al que atribuyen picaduras mortales.

Aclaró que el tamaño del escorpión no es proporcional con la toxicidad del veneno, pero sí con la cantidad de veneno que almacena.

Estadísticas

Según los informes del Minsa, las picaduras de alacranes han registrado un aumento considerable en los últimos años, registrando un rango de 13 casos por cada 100,000 habitantes en el 2000, a 61 casos por cada 100,000 habitantes en el 2021.

En el caso de las mordeduras de ofidio, en el mismo período, se registra una disminución del riesgo, con rangos de 65 casos por cada 100,000 habitantes en el año 2000 y 34 casos por cada 100,000 habitantes en el 2021.

En dichos años, se registraron 25 defunciones por mordeduras de serpientes, y 9 defunciones por picadura de alacrán, la mayoría de las defunciones correspondió a niños menores de 9 años.

Mientras que, en el caso de las serpientes, el grupo de 65 años o más fue el que registró la mayor frecuencia en defunciones.

Según los informes, esta cantidad de defunciones tanto por picaduras de alacrán como mordeduras de ofidio pudo deberse, a la toxicidad de la especie involucrada en el evento y al tiempo entre la picadura y la aplicación del anti-veneno.

Se espera que con el desarrollo de la investigación se disminuya la tasa de mortalidad, y se aumente la capacidad de respuesta del sistema inmunológico con el tratamiento de antídotos de los animales ponzoñosos.

El proyecto está previsto para concluir en seis meses (diciembre 2024) y los resultados del proyecto serían presentados en junio de 2025. El avance en esta investigación no solo puede proporcionar soluciones para los problemas actuales relacionados con las picaduras de escorpión y serpiente, sino también ofrecer nuevas perspectivas para el tratamiento de infecciones resistentes a antibióticos.

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