Agroexportación en Panamá: un sector golpeado que pide ayuda ante el cierre de calles
Ciudad de Panamá/Las manifestaciones que desde hace dos semanas continúan bloqueando las carreteras nacionales vienen golpeando duramente la actividad agroexportadora, cuyos productos no han podido llegar con prontitud a los puertos de embarque.
Esta situación ha aumentado el costo de los agroexportadores, que en el caso de los productores de piña, por ejemplo, han tenido que pagar horas extras para que sus trabajadores pueden llegar a los puertos en la madrugada, antes de que los manifestantes se tomen las vías.
Hipólito Vergara, nuevo presidente de la Gremial de Agroexportadores No Tradicionales de Panamá (Gantrap), confirmó que el panorama actual en el país “nos ha afectado dramáticamente”, sobre todo en momentos en que en Europa, el principal mercado, los precios de las frutas están deprimidos.
Esto, explicó, se debe a que en julio los europeos consumen las frutas que cultivan en sus campos, dejando poco espacio para los cultivos importados, “por lo que los envíos hacia ese continente son prácticamente para pagar planilla y mantener la actividad”.
Semanalmente los agroexportadores panameños envían sus productos a Francia, Italia, España y Holanda.
Desde 1984 hasta el 2009 los productos agrícolas para la exportación se cultivaban anualmente en unas 12 mil 500 hectáreas, con un valor de retorno a la economía superior a los 100 millones de dólares, generando más de 25 mil empleos permanentes, temporales y eventuales.
“Todo esto liderado por cucurbitáceas como melón, sandía y zapallo, con aproximadamente 6 mil hectáreas y seguido de unas 2 mil 800 hectáreas de piña”, detalló el agroexportador Francisco Antúnez.
Añadió que este importante sector agrícola ganó prestigio y presencia en los principales mercados internacionales de Estados Unidos, Canadá, Europa y en las naciones caribeñas, donde el producto panameño mantenía el interés de importadores y comercializadores.
Por ello, la actividad se había trazado un plan de crecimiento anual para el 2025 de 30 mil hectáreas de cultivos no tradicionales para la exportación y la agroindustrialización.
Tal crecimiento, agregó Antúnez, garantizaría más de 60 mil empleos temporales y permanentes por año, pero además aportaría el 30% de alimentos entre unos 22 rubros, frutas y vegetales a la seguridad alimentaria nacional, aparte de generar el ingreso de aproximadamente 400 millones de dólares en retorno por el valor de los productos comercializados en el extranjero.
El plan de desarrollo de la agroexportación quedó truncado en 2009, por lo que Antúnez llamó a tomar un nuevo impulso, “necesario para contribuir a la mejoría de la economía nacional de manera más sostenible y permanente”.
Considera que en el corto y mediano plazo el sector con mayor capacidad para dinamizar la actividad agroexportadora local es la exportación de raíces y tubérculos, melón, sandía, zapallo, calabacitas, piña, mango, papaya, plátanos, jengibre, pepino, guayaba, maracuyá, ocra, limoneros, mieles y chayotes, entre otros, que son altamente demandados en el mercado internacional.
Vergara coincide en la necesidad de reforzar la agroexportación, pues hay otros países que cultivan iguales productos que Panamá, por lo que los compradores pueden preferirlos, sobre todo por el clima de tranquilidad social que mantienen.
En su caso, explicó que tenía una venta de piñas para una cadena comercial local, pero que esta no pudo enviar sus camiones a buscarlos, debido a las protestas, por lo que el fruto se quedó en la finca.
La obstaculización de las calles viene afectando al sector productivo en general, a tal punto que en Merca Panamá los pocos productos agrícolas que empiezan a llegar presentan severos daños, por estar por mucho tiempo en los camiones que los trasladan.
Este fin de semana la Asociación Nacional de Porcinocultores (Anapor) sostuvo que la incapacidad de las autoridades gubernamentales de presentar soluciones a las peticiones de la población y las acciones de los grupos que se encuentran día y noche obstaculizando el movimiento de sus vehículos de carga y el personal que labora en las fincas y centros de procesamientos, “nos están obligando a detener nuestro trabajo y, de esa manera, impidiendo a una población de más de 35 mil empleados de Panamá, disfrutar de su derecho al trabajo”.
Los porcinocultores señalan que históricamente las medidas de regulación de precios no afectan a los intermediarios, pero sí terminan perjudicando a los productores.
“Es urgente que se instaure el orden, el diálogo y que de manera inmediata se abran las vías de comunicación”, clamó por su parte la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan), mientras que la Asociación Nacional de Avicultores (Anavip) aboga por que no se “impongan acuerdos poco analizados y meditados sobre las extensas solicitudes de incluir más productos de la canasta básica en la regulación de precios”.
Hasta el momento el ministro de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama, mantiene distancia y absoluto silencio ante la posición de los gremios y la grave situación por la que atraviesan.